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Como Pedro por su casa

Han pasado cinco días desde la desaparición de Kalé, tres días en los que el falcón que contrato la duquesa no tienen rastro alguno de él, la última vez que se le vio fue vagando por las calles de Hamill después de eso no hay más rastro.

Lo que si lograron resolver es sobre el oro desaparecido y aunque él primer día se tenía la sospecha de que había sido Kalé, está sospecha quedó en el pasado cuando a Kalé no se le encontraba mientras que el oro había sido encontrado justo a las afueras de la mansión Hamill, el gran bolso de tela contenía una nota, esto era un mensaje para la duquesa, que decía fuerte y claro *Esto es una prueba de que se le puede robar a una leona, ahora imagina querer ganarle a un Dios, no eres nada a mi lado, que tengas suerte querida "duquesa".

Tu admirador secreto*

Era claro que se trataba de un enemigo alguien que solo quería herir el orgullo de la mujer, que aún en su propia casa le habían robado.

Luego de ese insidente que tuvo suceso al día siguiente de la desaparición del oro, dos días después es que tuvo noticias nuevamente de "su admirador secreto", está era una carta que contenía otra ofensa para la duquesa.

*Imagino la gran vergüenza que debe estar pasando "duquesa" yo me sentiría así si alguien entrara a mi casa como si fuera la suya y tomara cosas que no le pertenecen, está carta solo tiene un propósito y es avisar a usted mi amada y queridísima "duquesa" que si usted no se rinde ante mi, su ducado sufrirá las consecuencias, antengase a las consecuencias, créame no tiene oportunidad contra mi, usted una simple Leona contra un Dios como yo - no me haga reír-.

Atentamente: Su admirador secreto*

Esta situación solo enojaba más y más a Camila, quien se veía afectada por tal cosa que había sucedido ya tres días atrás en su ducado, que pensaba ese idio** para pensar que se iba a quedar de brazos cruzados, bien podía ser una leona y el un Dios, pero acabaría con ese charlatán, lo haría pagar por haber jugado con ella.

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Un llanto desgarrador detuvo  a la duquesa quien ya se dirigía a su habitación para poder descansar de un largo día, si bien ella dormía al otro lado de donde se escuchaba aquel llanto pudo escucharlo fuerte y claro gracias al silencio de la fría y oscura noche y también gracias a lo fuerte  y desgarrador que esté era.

Estaba consiente de quién era aquel llanto que rompía su corazón, pero ¿por qué lloraba?.

Jane que no había tenido noticias de Kalé, pudo escuchar hace un día atrás como su madre lo buscaba, al parecer este se encontraba desaparecido, y eso la preocupaba de mayor manera, su pequeño corazón no la engañaba ella sabía bien que Kalé no se encontraba bien, pero aún así decidió obedecer a su cerebro quien le decía que estaba bien y que pronto regresaría - que mentiras eran aquellas -.

Jane llevaba días y noches llorando a más no poder y esto solo aumento cuando descubrió que no había rastro alguno de su amigo a quien consideraba alguien importante en su vida, el le llenaba la vida de risas y colores como nunca alguien lo había hecho, ese sentimiento no podía compararlo con nada en su corta vida, si bien ella amaba a su madre está nunca la había hecho sentirse querida.

Comía y trataba de dormir lo mejor posible pues se había jurado estar bien por lo que Layla le había dicho hace algunos días atrás, pues si no fuera por eso la niña abría sufrido por mala salud desde el primer día que Kalé faltó en la mansión.

Camila quien se encontraba pegada a la puerta de la habitación de su hija pudo escuchar como el llanto de Jane se calmaba poco a poco, por lo que se dispuso a abrir la puerta lentamente, lo que vio por aquella pequeña abertura la dejo impresionada y a la vez hirió su frío corazón, en el buró que se encontraba al costado de la cama de su hija podía observar perfectamente como descansaba aquella pequeña que era su hija, - a quien había cargado en su vientre nueve meses- encima de aquel mueble Jane se encontraba con una muñeca de trapo que Kalé le había regalado a la niña, está se encontraba pegada a su pechito, la agarraba con tantas fuerzas que parecía que la iba a romper en mil pedazos.

Camila reconoció que no sabía de dónde había sacado ese juguete y menos porque su hija lloraba tan desconsoladamente apretujando ese trapo.

Jane quien había visto que alguien se asomaba por la puerta de su habitación secó sus lágrimas levantándose del buró para después tirarse a la cama todo en tiempo récord.

–¿Layla? - la voz de la niña salió un poco apagada y frágil al susurrar el nombre de su nana.

Camila que no sabía que hacer cerro la puerta de su hija bruscamente escapando del lugar

–Kalé ¿Dónde estás? - susurro la pequeña niña cerrando sus ojitos dejándose llevar por los brazos de morfeo.

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En algún lugar de Eudora

El joven en la silla de metal quien se encontraba atado a esta no mostraba signos de vida, su cuerpo magullado solo daba indicios de que había sido golpeado a más no poder, por la forma en que lo habían golpeado se podía saber que lo estaban torturando, y simplemente podía haber diferentes razones para llegar a esto, podía ser por venganza, placer o para sacar algún tipo información.

Mientras que Kalé el chico casi muerto rogaba porque los hombres quienes seguramente se habían confundido de persona se dieran cuenta de Su error y lo dejarán libre, extrañamente en sus pensamientos, sueños y anhelos solo se encontraba la pequeña cara de Jane la niña que lo hacía sentirse querido, la niña quien le enseño lo que era sentir ese calor familiar, era por aquello que Kalé aún se encontraba luchando contra todo pronóstico, debía ir con Jane y decirle que la quería como a una hija y que deseaba ser parte de su vida.

Continúen leyendo para saber más sobre el destino de nuestros protagonistas, gracias por todo su apoyo.

Besos y abrazos.

..DM..

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