Propuesta

De nuevo estábamos en camino, esta vez fui yo la que evitó algún contacto con el emperador, si él no quiere contarme es por que tiene sus razones, por otro lado cada día lo veo más débil, a este paso seguro morirá.

Llegamos a Frori, un pueblo amable, se que comercializan piedras mágicas, es un reino lleno de vegetación, el paraíso en la tierra.

Aquí debíamos quedarnos 3 días según nos informaron para esa fecha zarparía el barco, ya no podíamos seguir en tierra, la travesía duraría una semana. Todo para llegar al puerto de Mazuren, este viaje nos ahorraría tiempo de viaje.

Una vez instalados en el reino, decidí explorarlo, siempre busco opciones para mi, no se que me depara el futuro pero si llego a sobrevivir quiero tener una vida tranquila.

El reino se veía bien, la comida era maravillosa, decidí ir a la taberna del pueblo, ya extrañaba el licor, la música era alegre, el ambiente era agradable, siento que me hacía falta.

En la puerta habían hombres del emperador, seguro vigilando, yo bailaba como nunca lo había hecho.

Pasada la media noche decidí ir a dormir, me dolían los pies de tanto bailar. Justo cuando llegue a la posada vi al emperador, estaba hablando con sus hombres, yo solo dije buenas noches y pase.

Llevaba al rededor de media hora durmiendo cuando escuché que tocaron mi puerta, quería lanzarles un rayo o una maldición. ¿Quien se atrevía a tocar a esta hora?-

Al abrir vi que era un soldado, venía sudando y bastante angustiado.

Jazmin: ¿Que pasa?

Soldado: Es el emperador

Jazmin: ¿Ahora que le paso?

Soldado: Está delirando, lo vimos caer desmayado.

Corrí detrás del soldado, me llevó a la habitación de Bastian, estaba en la cama, de nuevo decía cosas sin sentido.

Jazmin: Está que arde en fiebre. ¿Por que?

Soldado: ¿Que hacemos?

Jazmin: Llenen la bañera de agua, debemos meterlo allí.

Los hombres corrieron hacerlo, cada día tenia más dudas, ¿Que tiene el emperador? ¿Por que su familia no lo cura? O bueno ¿por que no estan aquí?.

Bastian: Bruja…

El emperador hablaba casi en susurro, pero al menos una parte de él estaba consciente.

Lo llevamos a la bañera, lo sumergí por completo, ingrese con el, unos segundos duro bajo el agua, levante su rostro para que respirara. Le pasaba paños de agua por el rostro, producía tanto calor que derretía el hielo que había forjado para el.

Se que no debo hacerlo pero la curiosidad me estaba matando.

Toque su frente, comencé a meterme en su mente, quería sacar recuerdos dolorosos e importantes.

Vi que el emperador hablaba con Ares, estaban algo molestos, una discusión, él se negaba a seguir el curso, Ares le pedía que debía casarse, no había otra opción.

Luego estaba Bastian enfrente de una balanza, tenía destellos morados, por lo que percibía estaba un poco desnivelada, él intentaba por todos los medios alinearla pero era imposible.

Hubo una gran explosión, la balanza se rompió en mil pedazos, la tierra temblaba, vi grietas, Bastian cayó de rodillas, su mano estaba ahora en su pecho, al parecer algo dolía.

Quería ver más pero sentí como me sujetaron del cuello.

Solté la conexión, una vez volví en si noté que el emperador tenía sus manos en mi cuello.

Bastian: ¿Que crees qué haces?

Jazmin: Investigación

Bastian: No te permito que entres a mi mente.

Jazmin: Debía hacerlo, estabas delirando, pense que morirías, debía ayudarte.

Bastian: ¿Por que me ayudarías?

Jazmin: Primero ¿podrías soltarme? Solo permito que me ahorquen mientras tengo sexo del resto no.

Bastian quitó sus manos de mi cuello, yo a penas me sobaba.

Jazmin: Ya te expliqué que no pretendo hacerte daño, el tiempo en que yo era el dolor de cabeza de tu familia pasó, ahora solo quiero tener una vida tranquila.

Bastian: Sabes que es imposible confiar en ti.

Jazmin: Lo se, no pretendo que lo hagas, solo no quiero que mueras mientras estoy a tu lado por que tu familia me buscará y me partira en pedacitos.

“Vi como sonrió”

Jazmin: Bueno ya estás mejor así que saldré de la bañera a menos que quieras final feliz, ¿lo quieres Zenda?

Bastian: No

Jazmin: Agua fiestas, sería sexo casual, para afianzar la amistad, yo no soy virgen supongo que tú tampoco así que no quedaríamos unidos.

“Salí de la bañera, lo mejor era volver a mi habitación, no sé si era el licor pero me sentí con más confianza de proponerle que tuviéramos intimidad”

El emperador es guapo, fuerte y por lo que ya he podido ver esta muy bien dotado,

Volví a mi habitación, me cambié de ropa, a penas toqué la almohada quede profunda.

“Comencé a soñar con los recuerdos del emperador, no entiendo por que esta débil, ¿por que la balanza explotó?”

Al despertar era un nuevo día, aún tenía dos dias más en el pueblo, baje a desayunar, al parecer todos ya lo habían hecho, seguí en mi recorrido por el pueblo, llegue hasta una pequeña casa, estaba algo vieja pero tenía la vista mas hermosa del mundo.

Podía ver el mar, las gaviotas pasaban volando, el viento hacía que la vegetación se moviera, el ruido que causaba era relajante.

Decidí preguntar quién era el dueño, al parecer era una pareja de ancianos, no me resistí y les pedí que me permitieran estar allí al menos ese día. Los ancianos muy generosos me invitaron almorzar, les mencioné que si algún día me venderían su casa, moría por esa vista.

El día fue tranquilo, había hecho nuevos amigos, ya cuando la noche caía escuché el golpeteo de unos caballos.

“Bruja”

Esa manera de llamarme solo podía ser de una sola persona.

Jazmin: Emperador.

Lo vi bajarse de su caballo, hoy traía su cabello suelto, estaba algo más relajado.

Bastian: Debes volver.

Jazmin: ¿Por que?

Bastian: Sabes que debemos vigilarte.

Jazmin: Pues esta noche no dormiré en la posada, me quedaré acampar cerca al mar.

Tome mi caballo y mis cosas, sin que me respondiera comencé a caminar, había un sendero que me llevaría a la orilla del mar. El emperador seguía detrás mío.

Una vez llegue me quite algunas prendas, quede solo en ropa interior, quería entrar al agua, se veía tan majestuoso, tan imponente.

Jazmin: Te puedes ir emperador, yo estaré mañana en el puerto sin falta.

Me adentre en el mar, el agua estaba cálida, la luna se reflejaba en las pequeñas ondas.

Dure quizás una hora, no quería salir pero ese hombre no se iba, lo vi instalar su tienda de dormir, despacho a sus hombres, así que fui hacia el.

Jazmin: Te he dicho que no me iré.

Bastian: Me quedaré contigo.

Jazmin: ¿Por que?

Bastian: ¿Aún estás dispuesta a tener sexo conmigo?

Jazmin: Así es

Bastian: Bien, hagámoslo.

“Pero qué invitación más placentera”

El emperador comenzó a desvestirse, por lo visto esta noche comeré muy bien, pensé.

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