Batalla

El camino hacia Irís no estuvo para nada tranquilo, tuve que librar algunas peleas, los malnacidos que nos encontrábamos pensaban que se iban aprovechar de una mujer y sus dos pequeños hijos.

“Bueno al menos eso pensaban de nosotros”

Vimos la entrada de Iris, un pueblo mágico, había escuchado historias de este lugar, se que no es territorio de Zenda, aquí hay una familia que lo gobiernan, se dice que son hechiceros muy poderosos razon por la cual no desean hacer uniones con los Zenda, yo supongo que no es necesario.

Roberto: Pronto te librarás de nosotros.

Jazmin: No lo digas así, ustedes dos son mis únicos amigos, en estos días les tome mucho cariño.

Roberto: ¿Nos volveremos a ver?

Jazmin: Claro que si, vendré a verlos cada cierto tiempo.

“Seguimos el recorrido por el pueblo, preguntábamos por María, ella era la tía, nos indicaron dónde estaba su casa”

Una vez llegamos toqué la puerta, una mujer de aproximadamente 40 años nos abrió la puerta.

Jazmin: Buen día, estoy buscando a la señora María ¿Es usted?

“Lo soy”

Roberto: ¿Tía?

María: ¿Roberto?

“La mujer pasó casi sobre mi, vi como abrazó a los pequeños, la pobre no pasaba de llorar”

María: ¿Como es posible? Me dijeron que habían muerto.

Roberto: Solo fueron nuestros padres, nosotros quedamos en la calle.

María: Perdóneme, yo debi ir, hacer mis propias indagaciones.

“Al menos los niños ya estarían a salvo, por lo que puedo ver la tía los ama de verdad”

María: Por favor sigan, se quedarán conmigo.

Jazmin: Yo hasta aquí llego, les dejo a los niños, por favor cuídalos mucho.

Roberto: ¿Jazmin no te quedarás?

Jazmin: No puedo, tengo un viaje que debo realizar, te dejare un obsequio.

“Saqué una piedra de mi bolsillo, era un cuarzo blanco”

Jazmin: Te pido que si tienen algún problema o desean hablar conmigo me llames, le hablaras al cuarzo y yo te escucharé.

Roberto: Gracias por lo que haz hecho, se que la vida te lo va a recompensar.

“Yo solo sonreía pero en mi interior sentía la amargura por saber que mi destino final siempre es la muerte”

Recorrí toda la casa, al parecer la señora María era una mujer viuda, no tenía hijos, estaba en una posición económica estable, se que los niños estaría bien.

Al despedirme de los niños le entregue a Roberto una bolsa con monedas de oro, sería usado solo en caso de emergencia.

No pensé que fuera tan duro despedirme de ellos, me había acostumbrado a sus voces.

Me subí al caballo, me reía por acordarme que se lo había robando a Bastian.

Tarde 4 días en llegar al siguiente reino, una vez ingrese el territorio se sintió hostil, el pueblo parecía casi fantasma.

Llegue a la posada, por poco no me abren la puerta, al parecer tenían miedo.

Jazmin: Buenas noches, deseo una habitación.

Casera: No debería estar aquí.

Jazmin: ¿Que es lo qué pasa?

Casera: Se aproxima una batalla.

Jazmin: ¿Quienes son los enemigos?

Casera: Creo que nosotros.

Jazmin: No entiendo, ¿por que pelean?

Casera: Nuestro rey se unio con cinco más, según sabemos desean derrocar a los Zenda.

Jazmin: Van a morir.

Casera: El pacto que tienen con el mismo destino, hace cientos de años que se están preparando para esto.

Jazmin: ¿Donde será la batalla?

Casera: En iris.

Jazmin: ¿Que? ¿Cuando?

Casera: En dos días.

“Salí huyendo del lugar, había tardado 4 días en llegar aquí, ahora debía volver en 2”

Jazmin: Caballito debo hechizarte, espero me perdones.

Le di a beber una poción, se que no se cansaría y aumentaría su marcha, lo que me preocupa es que cada vez que el efecto termina, el hechizado cae en un profundo sueño. Espero no muera por que seguro el Zenda me castiga a la horca.

Me subí en el, íbamos contra el viento, éramos como dos rayos, rogaba para que nada se me atravesara, si era así de seguro le haría daño.

Llegue a Irís, escuchaba gritos y llantos, la ciudad estaba hecha un caos, al llegar a la casa de la señora María entre casi rompiendo la puerta.

Roberto: ¿Jazmin?

Jazmin: ¡Roberto! ¿Cariño estás bien?

Roberto: Si, estamos bien

María: Mi niña venga con nosotros, debajo de la casa tenemos un escondite.

Jazmin: ¿Ya están en batalla?

María: Así es, unos 20 kilómetros al norte están reunidos.

Jazmin: Señora María por favor escóndase con los niños.

Roberto: ¿Y tú?

Jazmin: Voy a proteger el pueblo, no quiero que ustedes paguen por su estupido Lider.

Una vez se escondieron lancé un hechizo de protección, la casa no sería afectada, si llegarían a lanzarle algún tipo de ataque el escudo haría que rebotara.

Emprendí mi marcha, debía llegar a la zona del ataque, por primera vez en mi vida iba a luchar por defender a alguien, mis amigos y su tía.

Llegue al campo de batalla, efectivamente estaban los reyes con un gran ejército, unos mil soldados, el emperador de Zenda había llegado, traía con él quizás unos 100 hombres.

Me baje del caballo, una vez mis pies tocaron el suelo sentí la magia, todo el campo estaba bajo algún tipo de hechizo, mire a mi alrededor, habían hombres escondidos bajo tierra, otros en árboles.

Jazmin: Esto va a estar interesante.

“No pienso intervenir, no sé quién tiene la razón aquí, solo deseo proteger el pueblo”

El ataque comenzó, me hice en la cima del campo, quería tener la mejor vista.

Los reyes comenzaron el ataque, el emperador se defendía, parecía una batalla ganada por Zenda, pero el campo se activó, los hombres quedaban inmovilizados, solo el Zenda se movía.

Pese que era una solo hombre contra mil, lo hacía ver como si no se tuviera que esforzar.

Los hombres de los reyes si podían moverse, todos tenían cristales mágicos en sus armaduras, los soldados Zenda iban muriendo uno a uno. Esto ya era una masacre.

Mis manos sudaban, algo me decía que debía intervenir, ¿pero por que?

Ya solo quedaba el Zenda y quizás unos 10 soldados suyos, por el otro lado eran pocas las bajas.

El Zenda era atacado por todo el enemigo, se que son poderosos inclusive dioses pero hoy seguro perdería.

Bastian cayó de rodillas, estaba agotado, conté 500 hombres muertos por su espada.

Jazmin: ¡Maldición! Tengo que intervenir.

Baje lo más rápido que pude, desde allí comencé a lanzar ráfagas de poder, mi intension era romper todos los cristales de los hombres, él plan funcionaba, los soldados quedaban inmovilizados.

Escuché al líder de Iris pedir que levantaran el campo de magia, una vez lo hicieron ellos siguieron con el ataque, me acerqué al Zenda.

Jazmin: Te vez horrible emperador.

Bastian: Lárgate bruja.

Jazmin: También me alegra verte.

Cerré mis ojos, hace años que no utilizaba este hechizo pero hoy debía hacerlo.

De mi cuerpo salían sombras las cuales entraban en los cuerpos yacientes en el suelo, sea soldado Zenda o enemigo, cada uno de esos cadaveres se levantaban, eran mis marionetas.

Comencé a elevarme, quizás estaba a unos 20 metros del suelo, les ordene atacar al enemigo, era un ejército de muertos vivientes.

Poco a poco los reyes cayeron junto a sus hombres. Pero no contaba que el uso excesivo de poder me saldría muy caro.

Una vez el enemigo cayó, yo también comencé a hacerlo, sentí como caía por el aire, ya no tenía fuerza para evitar el impacto, solo me quedaba esperar el golpe…

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