Mudanza

Laura tiene visita en el hospital, Enrique fue a verla con un ramo de flores. Ella estaba despierta y semi sentada leyendo una revista que Elmer le trajo para matar el tiempo. Al entrar a la habitación, el guardaespaldas se retira para dar privacidad a la pareja.

- ¿Cómo te sientes, mi amor? – se sienta a su lado.

- ¿Por qué has venido? – está inexpresiva.

- Eres mi esposa y es mi obligación estar al tanto de ti y cuidarte.

- Te he visto con Sara.

- Sara me drogó y de eso estoy seguro. Pero ya tuvo su lección.

- Excelente excusa.

- Voy a probar mi inocencia. Es más, he comprobado que Sara es mentirosa, se aferra a la mentira para salir limpia. En pocas palabras es mitómana.

- Sara no es así.

- Mi amor, escucha, hay gente que para llevar a cabo sus planes hace cosas inimaginables. Yo ya tenía sospechas de Sara desde el día de la boda, ella se comportó de una manera extraña durante el baile, luego cuando me tomó de la mano y me la acarició para no llamar a mis padres que fueron al aeropuerto.

- Sí, lo vi, fue tan desagradable ver eso. Tú te dejaste.

- Cuando regresamos de la luna de miel, tú te fuiste a dormir, minutos después yo me acosté a tu lado quería velar tu sueño, pero me llamaron porque mi padre quería hablar conmigo en la biblioteca. En esa discusión descubrimos la jugada de Sara, ella lo preparó todo y fue muy desvergonzada en mentir a sus mayores y pasarlos a ellos como mentirosos, eso es repugnante.

Laura empieza a conectar los cabos conforme Enrique habla, luego ella plantea preguntas…

- ¿Tuviste una discusión con tu padre ese mismo día que regresamos de viaje? ¿Sara dijo que hubo cambio de hora en el vuelo? ¿Me estás haciendo entender que ella acarició tu mano como señal de que algo ocultaba?

- Así es, mi amor. Empecé una investigación en su contra. Ésta mañana me llamó tu abogado, -ahora se le quiebra la voz – si tú supieras lo mal que me sentí al saber que solicitaste el divorcio. Estamos recién casados – le sostiene las manos – luchemos por lo nuestro, hay que salvarlo.

- Quiero estar lejos de ti durante las investigaciones.

- La lucha se hace juntos, mi amor.

- Si es verdad que Sara tiene la mayor responsabilidad, no la quiero ver. Pero yo vuelvo con mis padres.

- Está bien. De seguro te sentirás mejor en casa de tus padres. Será un secreto para tu seguridad, pero iré a verte, te llamaré por teléfono. Mantendremos nuestra relación de esta manera.

- Gracias por comprender.

- Enviaré tus cosas esta tarde, pero estaremos comunicados. Esta tarde te daré una tarjeta para tus gastos diarios. - Enrique muestra sumisión ante ella, todo le permite, le hace saber que ella tiene razón, ella puede mandar.

- No hace falta.

- Quiero dártela. - le suplica que acepte.

- Por favor, no insistas. - su voz es firme.

- Como tu digas. - Es vencido de un dos por tres.

Ulises y Ana son avisados por Laura. Elmer le prestó su celular a la jefa para llamar a sus padres. Estos han decidido de ir al hospital y hablarlo personalmente. Camino al hospital a Ulises le llega una llamada del extranjero, es Drew.

- ¡Hola! Buenos días, Drew.

- Buenos días, señor Olguín. Quería saber sobre la actualización de la princesa.

- Se ha sentido mal otra vez. Parece que se va a divorciar, debemos conversar todavía para entender el asunto. Estamos camino al hospital. En cuanto a lo otro es positivo, tiene seis semanas de embarazo.

- Bien, haremos el arreglo para la habitación real del bebé. En cuanto a la situación del matrimonio me entristece que acabe tan pronto, pero es un punto a favor para que ella pueda retornar cuanto antes a Escocia. Lo ideal es que ella pueda dar a luz en Escocia. A penas me es posible volveré a llamar.

- Muy bien estamos en contacto.

- Que tenga un buen día.

- De igual modo.

La llamada fue breve, pero los escoceses están al pendiente de su princesa. Necesitan de su gobernante, ahora que están libres de la influencia inglesa.

Una vez en el hospital, los Olguín se identifican e identifican a la paciente para poder ingresar. Ellos ven a Elmer vigilando la entrada de la habitación por si alguien sospechoso interfiere en la recuperación de la señora De Aragón.

Elmer y los Olguín intercambian unas palabras, y muestran sus teléfonos que efectivamente hubo una llamada entre ellos, por lo tanto, Elmer, al no ver peligro para la señora De Aragón, los deja pasar haciéndose a un lado de la puerta.

- ¡Papá, mamá! – Laura se emociona.

- Mi princesa ¿Cómo así te has desmayado? - papa fue directo.

- Me voy a divorciar, quiero alejarme de Enrique.

- ¿Tan pronto falló a sus promesas?

- Se acostó con Sara.

- Vamos a casa. – interviene Ana.

- Mamá, Enrique no quiere, dice que esa lucha es de los dos, pero que si el querer irme de casa es mi última palabra que así sea, pero se comunicará conmigo.

- ¿Todavía con esas? – Ana está sorprendida.

Ulises está escuchando y pensando en la conversación que tienen madre e hija.

- Mamá, al parecer él no está dispuesto a darme el divorcio. Según las investigaciones, todo apuntan a Sara como la discordia.

- Pues no parece.

- Enrique aceptó a que yo me mudé con ustedes por mi seguridad.

- Pues de una vez vamos por tus cosas. Sara está dando miedo y ojalá que el futuro pague por destruir un hogar

- Enrique se ofreció a llevar mis cosas a casa. Lo vi triste cuando me dijo que va a demostrar su inocencia.

- Esperaremos el resultado de las investigaciones.

Laura también está triste.

- No llores hija, entiendo que duele ser traicionada, pero si él jura ser inocente y que Sara es la discordia, pues dejémoslo todo en manos de la justicia. Piensa en tu bebé, eso le puede afectar.

- Yo amo a Enrique, mamá. Entre los dos hemos buscado tanto un hijo y mira todo lo que pasó.

- ¿Enrique sabe que será papá?

- No, no lo sabe. Si se lo digo, no sé cómo podrá reaccionar, quizá cometa una locura y media, además las aguas están muy inquietas, no es el momento de dar con la noticia.

- Hija – aclara Ulises – voy a buscar a Enrique De Aragón y su padre para esclarecer todo el panorama, hay muchas piezas sueltas y quiero armar el rompecabezas.

- Te cuidado querido, no vaya a ser que Sara esté allí…

- Haré como si nada. Después de mi reunión con ellos, mudaré tus cosas a casa.

- Ulises, no digas nada del bebé.

- Descuida, mi vida. La noticia del bebé será oculta. Nos vemos a la noche.

Se despide de su hija, de su esposa, abandona la habitación, se despide de Elmer y abandona el hospital.

Una vez en casa de los De Aragón, Ulises, Roberto y Enrique conversan y desnudan en su totalidad a Sara. Fueron dos horas de intensa conversación, los tres hombres están asqueados de ella.

- Para culminar – habla Ulises – quisiera llevarme las cosas de mi hija.

- Ella es mi esposa y a ella quiero protegerla. Yo la amo.

- Cometiste un error tontamente, yo te puedo perdonar como hombre que soy, te entiendo, no estabas en tus cinco sentidos, pero una mujer jamás lo verá de esa manera, ellas se sienten traicionadas y amenazadas, por lo tanto, mi hija corre peligro si Sara sigue suelta y aferrada a ti.

- No voy a fallar. Si voy a cumplir con mis votos, usted sabe que soy de palabra.

- La agraviada es mi hija, tu matrimonio es con mi hija, no conmigo.

- Voy a probar mi inocencia. - habla con convicción.

- Por favor, para llevarme las cosas de mi hija. - quería abandonar la biblioteca.

- Señor Olguín, me siento muy incómodo en como las cosas se han presentado. Las cosas de su hija serán trasladadas a la suya sin demora. - Se disculpa Roberto

Los empleados domésticos inician el preparado de las maletas, los tres hombres bajan a la sala para conversar de temas generales, cuando son interrumpidos por el mayordomo.

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