Una broma salida de control.

Al día siguiente me levanté muy temprano y fui con mi amiga Saira, pero no la encontré según salió muy temprano, entonces fui a buscar a mí mello y tampoco estaba que está pasando, llamé a Massimo y no contesta Saira igual entonces le pregunté a la abuela Sasha y me dijo que Saira había decidido irse a vivir a Rusia según le salió una vaca para estudiar así que llamé al grupo de locas no podía permitir que mi Amix hiciera lo mismo que el imbécil de Alessio, subimos al auto y Alessio.

— A dónde van y esas caras.— preguntó Alessio.

— Vamos a evitar que Saira cometa la misma estupidez que tú — Le dije a Alessio y este no dudó en subir a su auto y seguirnos. Después de largos minutos, Massimo se encontraba muy mal en uno de los asientos con sus manos en la cabeza .

— Hermano que paso dónde está saira.—

— Soy un imbécil la perdí Mía perdí al amor de mi vida. — Mi pobre mello lloraba y estaba muy mal.

— Massimo es lo mejor, es que tú no quieres nada con ella, solo juegas ni tu mismo sabes lo que quieres.—

— Claro que lo sé amo a Saira y soy capaz de todo por ella Mía.— Grito Massimo desesperado. Mire a las chicas y ellas asintieron Alessio nos veía confundido saque mi celular y marqué.

— Aló listo, puedes venir besos también te amo.— Dije y corté la llamada.

La cara de Alessio no tenía precio, se acercó a mí con todo la intención de reclamarme, pero luego dijo su mirada hacia un lado y comprendió, mi hermano tenía sus manos en la cabeza mientras su rostro estaba húmedo.

— Me iré a Rusia, no la puedo dejar ir.— Dijo con su cabeza agachada.

— No es necesario Massi aquí estoy.— Dijo Saira y Massimo levantó su cabeza, se acercó y le dio varios giros, luego se detuvo a besarla todos reímos y mientras ella lo besaba a espaldas de Max me dio el puño en señal de un buen trabajo. Ellos no eran los únicos que se ponían de acuerdo para planear cosas juntos.

Alessio se me acercó al ver la seña y me dijo pequeña bribona.

Ellos se separaron y Massimo tomó a Saira de la mano y se la llevó.

— A dónde van hermano.—

— A la casa de campo me aseguraré de que está princesa, no se aleje de mí nunca más.— Dijo y sentí miedo, le hice seña a las chicas para seguirlos.

Efectivamente, llegó a la mansión con Saira de la mano, todos estaban en el jardín y Massimo dirigió a saira hasta allá, la cara de mi amiga era de miedo, al parecer la broma se salió de las manos. Nosotros los seguimos y Massimo aclaro su garganta.

— Abuelo Demian, abuela Sasha y tío Vladímir quiero decirles que Amo a Sasha y que acepto si me quieren golpear, por eso lo acepto, pero quiero que sepan que quiero todo con ella.— Dijo Massimo y a mí me faltó el aire. La cara de saira se puso del color de un papel y mi abuelo Demian se levantó con brusquedad al mismo tiempo que mi tío Vladímir.

Mi padre solo veía todo serio y expectante mientras detenía a mi madre por su mano para que no interviniera.

— Qué es lo que acabas de decir mocoso.— Dijo mi abuelo Demian con una mirada aterradora, pero Massi ni se inmutó.

— Lo que escuchó abuelo yo Amo a saira y si no había dicho nada era por qué ella no tenía la edad, por eso calle, pero ahora nada me lo impide, me quiero casar con ella, lo quiero todo y no soy mocoso, ya me hago cargo de las empresas y soy muy bueno en mi trabajo esto no es un capricho.—

Padre de Saira.

Tío Vladímir.

— Mira, niño, te doy la oportunidad que te rías y digas que todo es una broma.— Dijo mi abuelo.

— Pues no lo es, estoy enamorado de saira y me voy a casar con o sin su consentimiento, aunque preferiría que fuera con él.—Dijo Massimo viendo a mi abuelo y luego a Saira.

— Y mi princesa que tiene que decir a esto, ella se quiere casar contigo muchacho.— Dijo mi abuelo.

— Bueno, de hecho todavía no se lo pido, necesito su autorización primero.— Dijo viendo a saira.

— Muchacho me estás diciendo que quiere mi permiso enfrentándote a lo que yo te pueda hacer sin tener certeza que vaya a valer la pena por qué si te rechaza todo abra ha sido en vano.— Dijo mi abuelo con ironía.

— Si va a valer la pena estamos hablando de saira y si no igual corro el riesgo ahora dígame me da su permiso.— Pregunto firme.

— Está bien, te lo daré por qué tienes agallas muchacho, pero no está de más decirte que te reduciré a nada si mi niña sufre.— Dijo mi abuelo, luego mi tío Vladímir también le dijo algo parecido.

Pero los hermanos trillizos de saira le dieron un golpe cada uno a mi hermano.

— Esto es por imbécil, acaso no hay más mujeres o mejor dicho, niñas— ese fue Damián.

— Ojalá y no acepte cuando le pidas matrimonio.— Dijo el otro trillizo.

Pero no pasó a mayores, entonces Massimo dijo.

— Eso lo vamos a averiguar hora, mismo.— Vio a Alessio y este le lanzó una cajita, Massimo se arrodilló y se lo propuso.

— Amor sé que estamos muy jóvenes, pero eso no importa, yo te amo y esperaremos hasta el tiempo que sea, ahora respóndeme una duda Saira ¿Te Quieres Casar Conmigo.?— Saira lloro grito y dijo que sí, yo estaba feliz al igual que todos a excepción de los trillizos.

Todos los felicitaron, pero le pusieron la condición que esperarán un poco más para que estuvieran muy seguros de ese paso.

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