No sale de mi cabeza.

Cómo les explico lo que ha sido mi vida este tiempo dos años casi y no sabía nada del amor de mi vida era como si la tierra se la hubiese tragado desde ese día en mi apartamento cuando Alejandro me salvó de suicidarme no he dejado de buscarla y no había ningún tipo de información hasta que hizo público su compromiso con ese desgraciado de Erik me he tratado de acercar a ella al igual que la familia, pero él dice que ella nos odia hace poco la Vi de lejos y realmente ha cambiado sé muy triste esa no es mi niña, estoy muerto en vida ya ni sé si estoy vivo o no estoy en el bar con mi amigo Fernando y su esposa si así tal cual Alejandra se casó, cuando mi amigo me lo comento le dije que no esperara a que el destino le jugará chueco como a mí y de inmediato le propuso matrimonio y ahora es su flamante esposa.

La boda fue el mismo día que la de Massimo y saira ellos también se casaron las cosas entre Massimo y yo todavía siguen un poco tensas desde aquel día. Estamos aquí en un bar como les decía, pues yo casi ni salgo y los chicos decidieron que lo mejor era distraerme están los trillizos, Massimo, máximo mi amigo y yo me pongo a tomar y a recordar todo lo que ha pasado en este tiempo y el hecho de casi me mato mi madre Alexa me confesó que decirme aquella mentira había sido idea suya y lo hizo por rabia, ya que ella no quería que la hija de Ania tuviese algo conmigo dijo que la perdonara, pero ese amor de madre no nació en ella nunca.

La relación con Ania y Maximiliano, ellos no se cansan de pedirme perdón y yo sinceramente aún no puedo perdonarlos fueron muy egoístas con nosotros, sobre todo con mi princesa. Este es un bar donde hay bailarinas, Alejandra, fue la que lo recomendó según su padre me ayudaría, ja nada puede hacerme olvidar a mi princesa, las luces se apagan y anuncian a la diosa de la noche, solo hace un baile y debo decir que es un baile extraordinario, es una chica hermosa me pierdo en sus ojos y en sus movimientos es maravillosa es pelirroja con un antifaz se ve demasiado hermosa y sus movimientos me tienen hechizados sus ojos se encuentran con los míos y es algo maravilloso esa mirada no sé... Me hace desearla mucho, pero como puedo pensar así si yo amo a mi princesa, aunque se quiera casar el día que me llegó la demanda de divorcio me partió el alma, pero luego dudé por qué al pedir que me diera la cara para poder firmarlo se negó yo sé que algo sucede ella no se casaría de nuevo y menos con él.

Es realmente bella, todos están locos por la chica es la más sensual de la noche, Alejandra se levanta minutos después de que la chica terminará su turno y regresa con una sonrisa pícara y dice.

— Alessio, camina tu sorpresa está lista, recuerdas hoy cumples años, eso vinimos a celebrar.— Dice ella.

— Alejandra no quiero ser grosero, pero no tengo que celebrar desde que ella no está.— Digo triste.

— Ella y mis amigos empiezan a decirme que despeje la mente solo eso.— Ha pasado tanto tiempo desde que no estoy con una mujer y realmente me causa deseo, perdón, princesa, suspiro y voy con Ale.

Llegamos a una habitación y la chica empieza a mover sus caderas al ritmo de la música bajo mi mirada atenta y Dios realmente deseo está mujer no había causado efecto en mí hasta que la vi a los ojos sacudí mi cabeza de aquel pensamiento que llegó a mi mente y trate de disfrutar el show solo era ver.

La chica al terminar saca un pastelito y con una velita me dice.

— ¡Pide un deseo guapo! — Dice como cambiando su voz a fuerza y sale sexy.

— Lo siento señorita, pero el deseo que se me podría cumplir lo he pedido desde hace casi dos años y nada.— Digo mirando el pastelito y ella me dice.

— Vamos guapo, deja esa tristeza y pídelo.— cerré mis ojos y soplé la vela.

Después empezó a besarme y me maldije a mí mismo, la única que causaba este efecto en mí era ella negué con la cabeza y me iba a retirar, pero no lo permitió, me empujó a la cama y comenzó a besarme, yo negaba, negaba, pero el deseo me estaba ganando la tome por los hombros y le dije que me encantaba, pero que era casado y que amaba a mi esposa con locura, que esto no estaba nada bien.

Ella sonrió y me dijo que mis amigos le comentaron que ella ya no estaba y yo necesitaba olvidar un momento, le respondí que con todo respeto nadie podría hacerlo, ella insistió y se abalanzó sobre mí, esos labios eran adictivos, su olor, su mirada hizo que yo cayera ante aquella tentación y le fallara a mi amor que a pesar de estar comprometida con ese, dudo que me haya olvidado es solo que todavía está dolida por haberla dejado.

Los besos y caricias me hicieron viajar al día que hice mi mujer a Mía, ese día que dejó de ser una niña en mis brazos, el día más maravilloso de mi vida, deje besos en su cuerpo, disfrute de sus pechos a mi gusto y luego de sentirla lista me coloque en su entrada y me adentre en ella está mujer para tener este trabajo estaba muy apretada hasta me dolió un poca y a ella igual con cada estocada que le daba me sentía vivo

— Mmm, ah, mi amor, mi princesa.— dije

Ella también gemía de placer y sus gemidos y gritos eran música para mí, eso me prendía a un más, gritó mi nombre y allí perdí el control, llegué junto con ella diciendo

— Oh Mía te amo.— Y sus ojos se abrieron de par en par.

Rápidamente, me disculpé, lo siento perdón por llamarte, así soy un imbécil, me besó con locura y dijo que no importaba que estuviese tranquilo, yo no la quería dejar ir, le pregunté si estaba encuentra de su voluntad en este lugar y me dijo que no le pregunté por qué estaba tan estrecha y ella contestó que ella solo baila, pero hoy decidió aceptar otra cosa me alarme y le dije que no se lo aceptara a nadie más que yo vendría por ella a verla y a estar con ella.

Salí de ese lugar con la sonrisa más grande en mi rostro, todos me miraron extraño, Alejandra solo sonreía.

Al llegar a mi casa no la pude dejar de soñar, no salía de mi cabeza, la necesito.

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