Aria y Caspian estaban en sus respectivas habitaciones, la princesa no había salido de la suya debido a la gran tristeza y el principe, estába ideando una forma de ver a su amada.
Habían pasado quince días desde el incidente, el rey Egeo había enviado a revisar a la joven, el mismo había pasado varias noches cuidandola, Aria había tenido delirios, su mente estaba siendo consumida, la culpa, la pena y el dolor, de saber que su madre había perecido por su responsabilidad.
Su padre, le hablaba en sueños, le decía que no cargará con esos recuerdos tristes, que llenará su corazón de los momentos bellos y especiales que habían tenido como familia.
También en sus sueños veía a su madre, ella le decía lo mucho que la amaba, que era una niña especial y que merecía ser feliz.
Anla, le daba reportes a la corte, sobre el estado de la princesa, solo se decía lo que el rey permitía, Luana no había viajado a celebrar su unión a solas con su esposo, la boda de su hermana Sahory había sido aplazada. Todos estaban preocupado por la princesa.
Caspian por su parte se debatía sobre si contarle su verdad a Aria, si era el momento adecuado, el también había visto morir a su madre, el también tenía una historia que contar, pero no sabía si eso ayudaría a su amada a salir del trance o solo la afectaría más.
Su mayor deseo era ver a la princesa que ocupaba sus sueños, pero ya había ideado un plan, ese día llevaban de visitas varios emisarios de los otros reinos, estaban preocupados por los acuerdos, el rey se había ausentado de su cargo y la princesa Luana había realizado y ajustado muchos acuerdos y peticiones, sin embargo el monarca debia hacerse cargo.
Fue así como logro verla, se escabullo en la habitación de Aria, Anla siempre estaba al lado de ambos y los vigilaba.
Verla allí recostada en la cama, con el brillo ausente en su piel. Aria había pasado muchos días allí, no se había alimentado bien, su cuerpo se sentía cansado, Caspian sabía que no era solo los recuerdos, un despertar de esa forma, afectaría a cualquiera, más cuando no se tiene conocimiento de la magnitud de magia acumulada.
Se acercó a Aria, tomo su mano y le dió un cálido beso.
-No sabes cuánto extraño tus ireverencias y travesuras, espero que abras pronto tus ojos amada mía. - beso la frente de ella, y se quedó sosteniendo sus manos. -Aria, no estás sola, yo también perdí a mi madre, y cuando despiertes te voy a contar mi historia, quiero que escuches de mi lo que pasó con ella, pero me gustaría que tus bellos ojos me vieran.
Las manos de ambos comenzaron a destellar, Caspian sabía lo que estaba haciendo, estaba compartiendo su energía con ella.
-Su alteza, a su majestad no le agradará lo que usted está haciendo, mi señora se recuperará pronto, por favor no le insista.
-Anla, desde hace cuántos años conoces a la princesa, eres su acompañante desde hace muchos años, conoces de ella más cosas que su propia familia.
-Su alteza, yo le he servido por qué así me ha nacido.
-Y si ha Sido así, debe ser muy duro para ti verla en esta condición, verdad?
-Su alteza siempre ha Sido alegre, traviesa y activa, le gusta visitar a los súbditos, juega con las otras chicas.
-Puedes arreglar que yo la vea, así sea por unos minutos.
-Yo no puedo hacer una cosa como esa!, solo su majestad decide quien puede verla. Yo solo existo para servirla.
-Comprendo.
-Deberia irse, si su majestad lo encuentra aquí, yo no sobreviviré muchos días.
Volvió a besar su frente y salió del lugar, Caspian sentía su cuerpo pesado y agotado, pudo ver que su energía había ayudado a que el semblante de Aria cambiará, llegó a su habitación y se recostó en su cama, durmió hasta el día siguiente.
Las reuniones del rey y la Futura reina Luana con los súbditos consumían todo su día, Caspian regreso a su reino, después de despedirse formalmente, logro visitar a Aria un par de días más pero ella aún seguía en cama, su semblante había mejorado pero no era una recuperación total.
-Que debemos hacer padre, me preocupa mi hermana.
- Los sabios la han visto y visitado, para ella no ha Sido facil recordar, debemos dejarla.
- Pero que dices padre, como vamos a dejarla, mírala, allí dormida, sabías que el principe se fue muy preocupado.
-Ese muchacho, el es el culpable de todo esto.
-Te refieres a que hibieses preferido que no recordara bien a mamá, que no supiera lo que pasó.
-No quiero que mi hija sufra.
-Padre, Aria es adulta, se casara pronto, la realidad y la verdad la foraleceran, ella será una buena gobernante, por qué te empeñas en seguir bloqueando sus recuerdos.
-No quiero reviva ese día.
-Ya lo hizo -Luana entrelazo los brazos con su padre -Es fuerte, solo te pido que la liberes, se que tú estás haciendole algo, por el amor que le tienes y nos tienes, deja que sus recuerdos fluyan, si es necesario yo la acompañaré a u lugar deshabitado, pero déjala ser quien ella es.
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