XIV Pasado

La princesa Aria apareció de nuevo en el banquete de bodas, su hermana se acercó a ella y la abrazo.

-Como te sientes?.

-Mejor, no te preocupes por mí, estoy bien, disfruta tu noche.

Los novios continuaron su velada, después de unos minutos desaparecieron de la vista de todos los presentes. La reunión terminó hasta altas horas de la madrugada, todos los invitados se fueron retirando de a poco, dejando a la familia real sola.

Aria se acercó a su padre y pidió permiso, quería salir del domo de seguridad, quería estar lejos, quería pensar.

Su mente fue invadida por los recuerdos, no quiso volver a pensar en ello, su hermana siempre las había protegido y solo quería que su día fuera realmente especial, pero ver aquella reliquia, a su hermana con ella y la ráfaga de recuerdos la invadió, y se sintió golpeada.

Su padre acepto su petición, la abrazo durante largos minutos y las lágrimas rodaban por sus ojos, Aria había visto a su madre morir, y la Reina Adela había bloqueado aquellos recuerdos, la había protegido, pero era momento de que ella recobrará sus recuerdos, unos recuerdos dolorosos pero también felices.

Los guardias la acompañaron, y cuando Caspian intento seguirla el rey se lo impidió, era un momento de ella, solo de ella, debía derramar todas las lágrimas y recobrar sus recuerdos, debía estar sola, el Rey Egeo sabía que en algún momento esto debía suceder, Aria era la más poderosa de sus hermanas, ella había adquirido de su madre todas sus fortalezas, pero al momento de bloquear sus recuerdos sus poderes también lo hicieron, por lo que ella comenzaría a despertar de forma tardía.

Aria salió del domo de seguridad, los guardias del rey Egeo la siguieron, ellos estarían a una distancia prudente. Ya que el despertar de la princesa sería traumático.

A una distancia prudente Aria se sentó en una roca marina, lloro durante casi una hora, la oleada de recuerdos la invadió, sentía que estaba viviendo ese momento de nuevo, sentía las manos de aquel hombre sosteniéndola, arrastrándola lejos del mar, a su madre interponiéndose con sus poderes, creando oleadas y la luz fuerte que los segó, después escucho fuertes gritos de aquellos hombres. La fuerza del mar sobre su piel, y posteriormente abrió sus ojos y vio a su madre, con aquel arpón en su vientre siendo abrazada por su padre.

Nado hasta estar cerca de ella y sintió sus manos sobre su mejilla, de ella salió una luz violeta, que la cubrió. -Hija mía te amo, estoy orgullosa de ti, serás una hermosa mujer, muy sabía e inteligente - La reina dejo salir algunas lágrimas que tiñeron el mar de un color oscuro, Aria logro ver qué toda la vegetación se marchitaban, el agua estaba oscura, el viento era fuerte, su madre retiró su mano y toma las de su padre -Cuida a mis hijas, te lo ruego, protegerlas - la reina estaba pálida, su cuerpo resplandecía y la marca de la unión se tornó oscura, el rey le dio un beso en los labios, ante la mirada atónita de Aria, después le pidió a sus guardias que la alejaran de ellos.

El rey abrazó a su esposa, y entre sus brazos ella se desvaneció, las joyas y prendas que usaba la reina quedaron esparcidas a su alrededor, y en sus manos quedó el collar que le había regalado.

El rey pidió a sus guardias que cazaran a aquellos hombres, habían atentado contra la vida de la Reina y eso era una señal de que la tregua se estaba rompiendo. Los guardias cazaron a todos los hombres que pudieron solo de ellos lograron escapar tres y todos iban heridos.

Los recuerdos de Aria iban y volvían, había recuerdos que su madre había bloqueado, su poder había intentado despertar, antes del tiempo, pero no lo hizo, había logrado hacer florecer corales y anémonas, tenía la capacidad de desviar las aguas, pero todo eso había quedado bloqueado. Cuando su madre Intervino.

Aria comenzó a brillar, su cuerpo comenzó a suspenderse en medio del inmenso mar, de ella salían destellos de todos los colores, creo un enorme remolino de agua que la engulló, este llegó hasta la superficie, a su alrededor todas las platas florecieron, los animales se quedaron así alrededor viendo como su poder crecía.

Los guardias que la cuidaban observaban todo con preocupación, Caspian quien la había seguido pese a la advertencia del rey, veía asombrado a la mujer que sería su esposa.

La magia que Aria desprendía de su cuerpo era mucha, capas de curar el mar, de protegerlos siempre, él sabía que algo especial había en ella, y la adoraba pero también amaba al mar, a su reino y su propósito principal era cuidar a todo lo que le importaba, ella había sido solo un medio, pero con el tiempo aprendió a quererla.

Después de su despertar el cuerpo de Aria quedó suspendido, el remolino seguía y la magia seguía fluyendo de su cuerpo, Caspian la veía preocupado debía intervenir.

Se acercó a Aria, la fuerza del remolino lo expulsaba pero el logro llegar a ella, la abrazo y sintió que algo en ella le pedía ayuda, logro sacarla de su trance y la atrajo más hacia él.