Tras dejar su oficina, Máximo se dirigía a su habitación, ahora mismo debía arreglarse para al reunión de compromiso que organizó su madre.
Por otro lado, Anabella terminaba sus prácticas en una sala de entrenamiento que por suerte estaba vacía y así ella se enfocaba más en concentrarse, a lo último creando cuadros de magia protectores y hechizos de ataque, Sofía la interrumpe.
— mi lady... Se le hará tarde.
— oh, es cierto... Ya terminé por hoy, así que podemos irnos.
Tanto como Sofía y ella se marcharon, tenía mucho que arreglarse. Como petición de la emperatriz, Sofía no debía asistir como una doncella, sino como la pareja de su hijo menor, el príncipe Arasha, ya que está era una reunión familiar.
Una vez llegada al lugar, Anabella acompañada de su dama, entran al salón. Al parecer eran las últimas en llegar, sin embargo, no llegaron tarde, pues era justo el momento donde Máximo buscaba a Anabella, pero no solo él, también Arasha, quién toma a Sofía para escoltarla.
— lista para lo que verás...— susurró Arasha a Sofía, mientras que se alejaba de su hermano y Anabella.
— ¿Eh?... ¿El príncipe le tiene una sorpresa?
— no exactamente, pero será algo conmovedor de ver...
Máximo tomo a Anabella de la mano y la llevó al medio del salón, tanto como la emperatriz y el emperador veía desde sus asiento lo que su hijo estaba por hacer.
El primer príncipe habla para que todos los invitados presente oyeran.
— no hace mucho mi compromiso se hizo público y por lo tanto pronto me casaré con la mujer que elegí... Pero aún así, no he podido hacer lo más primordial que es pedírselo a mi futura esposa...— arrodillándose frente a ella, saca la caja del anillo—... Anabella Hills... Con este anillo pido que seas mi esposa, te prometo cuídate y amarte hasta mi último aliento...
Como negarse al hombre que ella ama, diciéndole si con una gran sonrisa y más con el anillo de compromiso, pues fue hecho con el diamante más deslumbrante. Apesar de todo, Anabella no se esperaba algo así. Y de inmediato abrazo a Máximo una vez puesto el anillo. Todo los presentes aplaudían con gozó.
Arasha abraza repentinamente a Sofía, tomándola de sorpresa.
— algún día, nosotros seremos igual de felices...— Sofía se voltea y con una sonrisa le pregunta.
— ¿Que dices?... Al estar a tu lado lo soy, me siento afortunada de estar con mi príncipe... ¿Y tú?
— es cierto... No me gustaría estar con nadie más que no sea contigo...
Arasha aprovecha la distancia y le da un beso a la doncella. Ahora no era el momento, pero algún día Arasha le propondrá matrimonio.
La fiesta siguió hasta el anochecer, los invitados quedaron más que alegres de ver a la feliz pareja. Sin embargo, como la reunión había terminado, Máximo pensaba ir con su familia a seguir celebrando el momento, pero es cuando llega su subordinado.
— su alteza... Entiendo que este ocupado, pero creo que debería venir conmigo.
Por suerte, Máximo se encontraba alejado de las personas, así que cuando se acerca para hablar, le anuncia lo siguiente a su familia, incluida Anabella.
— me tengo que ir por unos momentos, ya vuelvo.
La emperatriz habla.
— Máximo... Prometiste no trabajar hoy.
— lo sé, pero es algo que no puedo dejar pasar, solo me tomará un rato, prometo volver antes de la cena...
Antes de irse, miró a Anabella y le pidió disculpas, ella lo toma pero con una mano en su rostro le dice.
— no te tardes...
— no lo haré...— bensado su frente, Máximo se va.
Anabella veía la espalda de él, tan imponente y segura, aún así, algo le preocupaba.
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Máximo se dirigió a una habitación del palacio que solo se utiliza para interrogar a las personas que se muestren sospechas para un crimen o algo que se viole la ley del imperio.
— su alteza — abrió la puerta el subordinado Marcus— aquí está el sacerdote, como dije, él se mostraba sospechoso al momento de ir al templo.
Máximo le da una orden antes de continuar.
— todo lo que oigas aquí jamás debe salir, ¿Entendiste?
— si...
El sacerdote es empujado por Marcus para que Máximo lo viera, es cuando el sacerdote pide clemencia.
— ¡Su alteza... Yo no he hecho nada malo!... ¡Se lo juro por los dioses!— gritó el sacerdote, quién estaba esposado pero de pié.
— iré al grano, tengo un compromiso al cual volver... ¿Conoces a una santa llamada Alisa?... Dime todo sobre ella y puedo bajar un poco tu castigo...
Mirando algo nervioso, no le toca más que decirle.
— todo fue por usted, príncipe... La santa Alisa estaba preocupanda porque su prometida desprendía un aura distinta... Ella me suplicó y yo acepté pero ahora me arrepiento.
— ¿A que aceptaron?... ¿Que acuerdo llegaron ustedes contra mi prometida?
— le preste mi poder para saber quién era su prometida... Y al darnos cuenta de que su alma no pertenece aquí ella pensó en advertirle...
— hay poderes que se necesita el permiso de la familia real o del mismo sumo sacerdote, pero usted lo uso porque esa mujer se lo pidió... Tu cargo será llevado al despido, ya no trabajaras en el templo por prestar tu poder a alguien sin relevancia. Esta información jamás debe ser relatada o me aseguraré de silenciarte.
— yo... Aceptaré cualquier castigo. No tengo como disculparme y mantendré esto en secreto. Aún así, Alisa ha decidido ir sola.
— ¿A que te refieres?
— ella fue a verme antes de que me trajera aquí. Me dijo que iría a resolver el asunto con su propia mano, le pregunté que era y ella solo me respondió que devolvería el alma de la señorita a donde pertenece, y que regresaría a la dueña del cuerpo.
Máximo al escuchar eso, pidió rápidamente el arresto de Alisa Bell, y con ello, se fue velozmente hacia donde esté Anabella, pues presiente que algo está mal ahora que sabe de peligro de ella.
“ ¡Maldición... Solo espero no llegar tarde!... ¡Anabella!"
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Por otro lado, Anabella estaba en el pasillo acompañada de Sofía. Por petición de la dama, buscaban al príncipe Máximo.
— mi lady... Creo que deberíamos regresar, de seguro su alteza volvio sin darnos cuenta— le da escalofríos— además el ambiente se siente extraño...
— yo también lo siento... pero tengo mi poder divino que repele a la oscuridad...
En ese pasillo había varias puertas, pero en particular solo una se escuchaba con pasos en su interior. Instintivamente Anabella pone la mano en la perilla, era extraño que alguien estuviera adentro si los demás estaban en la sala de banquetes, sin embargo, oye el grito de Máximo al final del pasillo antes de abrir.
— ¡ANABELLA!... ¡NOOO...!
— ¿Eh?... Máximo...— de impresión, esa puerta es abierta por un enter extraño para atrapar a Anabella.
— ¡....!— Anabella intentó liberarse de esas manos con su poder divino, pero no retroceden y la jalan más al portal oscuro.
— ¡Mi lady!— Sofía intentó tomarla, pero ya era tarde, Anabella había sido sumergida al vacío inminente.
La puerta es cerrada con fuerza al frente de la pelirroja. Sofía la abre con la única esperanza de encontrar a Anabella pero solo se encuentra una habitación vacía. Fue cuando Máximo vio y entró en la recámara, ese lugar estaban vacío a excepción de los muebles.
Máximo no sabía que sentír, únicamente la desesperación en su corazón.
— ¡ANABELLA!— gritó él, al vacío del lugar.
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Comments
Solo_Ro
Pero que maldita y envidiosa resultó ser la aprendiz del templo!!!/Panic/..moción para lincharla!!
2025-01-27
2
janell cr
ay maldita bruja cómo La odio
2024-08-21
2
Ceecee
tanto como... es tu muletilla
2024-07-06
2