capitulo 5: “un pequeño accidente"

Anabella le acepta la invitación, así que empieza a escribirle la carta.

— mi lady... ¿Cuando piensa ir?

— hum, mañana, ya es muy tarde y va anochecer, así que lo mejor sería ir temprano al palacio...

Escribiendo eso, la doncella le pide a Sofía que le envié el sobre al palacio imperial, así que se preparará para ver otra vez a su alteza para el día de mañana.

_______ en ese mismo momento, pero en otro lado.

...Palacio Imperial...

Como ya habían pasado varios días desde que el príncipe ha bebido el antídoto dentro de la comida. Él fue convocado por sus padres para comentarle lo siguiente.

En la sala del trono. Habla el emperador primero.

— hijo mío, desde que has vuelto de la guerra tuviste una fuerte secuela de esa flor demoníaca... Aunque tratamos de buscar una solución por fin pudimos hallarla...

Máximo veía curioso, aunque últimamente se ha sentido mejor, quería saber cuál era esa solución de la que hablaba su padre. El emperador muestra un pequeño frasco de color amarillo pálido y brillante.

— te hemos dado este antídoto en tus comidas, tal vez pudimos habértelo dicho antes, pero lo más seguro era de que te negaría, sin embargo, esto ha dado resultados increíbles y más sobre tus cambios de humor... Así que podrás beber tu solo a partir de ahora.

Máximo estaba un poco sorprendido, sabía que los efectos de la flor estaban disminuyendo pero no sabía el porqué, sin más que pensar, le entregan el frasco y el lo veía con curiosidad, asi que el pregunta.

— ¿Puedo saber quién ha preparado el antídoto?... Quisiera agradecerle personalmente.

— si... Es una doncella llamada Anabella Hills.

Fue ahí donde más se sorprendió, saber que la chica que le interesa le ha preparado el antídoto que lo está ayudando es más que sorprendete para él. Mirando nuevamente el frasco no dejaba pensar en ella.

— como ahora sabemos los resultados positivos del antídoto, le enviaremos una notificación a ella...

— padre... Déjame encargarme yo de eso. Quiero agradecerle en persona...

— has lo que mejor te parezca, Máximo... Ya estás volviendo a ser tú, así que me gustaría también agradecerle a la doncella.

Con una leve inclinación, el príncipe agradecé por haberlo ayudado de varias formas hasta que por fin encontraron la solución. Sin más que discutir, él se retira.

Al rato después, le llegó una carta de la residencia Hills. Al abrir el sobre, leía el contenido con calma, al final de la nota él saca una sonrisa pequeña.

— Anabella...

Máximo se encontraba recostado en su cama con una ligera bata después de su baño. En su mano llevaba el frasco que la hacía recordar a ella y que gracias a eso se está recuperando.

___________ al día siguiente.

...Palacio Imperial...

Anabella subía las escaleras de dicho lugar, acompañada de Sofía quién era su dama de compañía. La doncella llevaba un pequeño presente para el príncipe, supuso que sería algo bueno llevar algo así ya que no le gusta venir con la manos vacías si la invitan a un lugar.

Al llegar al vestíbulo del palacio, el mayordomo del príncipe le da la bienvenida ya que sabía que vendrían.

— por aquí, señorita...— Llevando a Anabella y a Sofía al jardín principal, se encontraba esperando Máximo de pié...— mi señor, ha llegado la señorita Hills con su compañía...

Ambas doncellas hace una reverencia ligera. Para luego él ir al frente de Anabella y tomarle la mano, con un beso elegante este la saluda.

— es un placer volverla a ver, señorita Hills.

Sonrojada un poco, ella también lo saluda de una manera cortés, antes de seguir con esto, Annabelle con una dulce sonrisa le entrega el presente a Máximo.

— es un frasco de hierbas de té que yo misma he preparado. Espero que lo disfrute pronto.

— si no es mucha molestia, me gustaría probarlo ahora, con usted...

— ¿Eh?.... Si, por supuesto, Sofía...

— si, mi lady.

Sofía toma el frasco de té y le pide prestado la cocina al mayordomo, él con gusto la guía hasta allá, quedado ellos solos para hablar.

— ¿Quiere que le dé un recorrido al Jardín mientras hablamos?

— si... Por supuesto.

Ambos comienzan a caminar sobre el sendero del jardín, Anabella se encontraba un poco nerviosa, no esperaba volver a ver al príncipe y menos de esta forma, pero ya está aquí y hará lo mejor que puede.

— su alteza... Me gustaría saber porque me ha llamado.

— en la carta lo explicaba... Si no la veía de nuevo no podría estar quieto. Además me enteré de algo que quisiera hablar con usted.

— ¿Si?... ¿Que es?— Anabella tenía el presentimiento de que podría ser que ya le explicaron sobre el antídoto.

Es cuando Máximo termina confirmadolo.

— fue usted quién hizo el antídoto contra la flor demoníaca que hay dentro de mi ¿Verdad?

Anabella no evitó anchar un poco los ojos, pero era de esperarse, con una ligera sonrisa ella le explica.

— sí. Había oído que su alteza estaba mal, así que me propuse en crear un antídoto para curarlo de la esencia de la flor demoníaca...

Ambos detienen su caminata, Máximo se acercaba cada vez mas a la doncella.

— entonces... ¿Como puedo agradecerle por ésto?... Con ese antídoto estoy volviendo a ser quién era y solo gracias a usted.

— no necesito nada, su alteza... Con solo saber que está sanando es mas que suficiente para mí.

Detrás de Anabella se encontraba una fuente, ella retrocedía cada vez que Máximo se le acercaba.

— aún así... No podré quedarme de brazos cruzados al saber que no te di nada en modo de agradecimiento... Me sentiría inútil.

— yo-...— chocar contra el muro de dicha fuente para caer dentro del agua— ¡AAAH!....— se agarra de la ropa del príncipe y sin querer se lo lleva también.

Inesperadamente ambos se encontraba dentro del agua. Ella encima de él. El rostro sorpresivo de Anabella no se comparaba con el calmado gesto de Máximo.

— ¡Yo, lo siento!... ¡No pretendía llevármelo a la fuente, se me había olvidado que tenía algo detrás de mi!

— no te asustes... Fue un accidente... Aún así...— este le acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja de ella— podrías pensar que es lo que quieres para yo con gusto dártelo...

— su alteza... yo...

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