capitulo 14: “la llegada de la santa"

Tras llevar a Sofía a una habitación más cómoda, Arasha nada más le limpia la herida con delicadeza, ésta no sentía mucho dolor, solo no le gustaba ver el rostro de preocupación de él.

— Arasha... Estoy bien, no tienes que seguir preocupandote...— tomó la muñeca de él.

— ¿Y si ella hubiera hecho algo peor?... No dejó de imaginarlo, Sofía... Este lugar debe ser un sitio seguro para tí y para lo que me importan y casi falló en eso...

— no fue tu culpa, solo fue algo que nadie se imaginó. Por suerte me sabía defender y no ocurrió nada grave...

— Por fortuna eres una mujer fuerte, y tienes razón, no te ocurrió nada más grave, aún así... Yo, solo deseo protegerte...— Sofía sabía que este aún seguía afligido, ella se acerca a él y le da un beso corto.

— y lo estás haciendo...

Unos segundos después, llega una sirvienta con la santa requerida por su alteza.

— príncipe... Ya le he traído a la santa que estaba disponible en el templo sagrado...— la sirvienta da paso a la dama y está le da un saludo.

— su alteza, mi nombre es Alisa Bell, he venido rápidamente al saber que necesitaba de mis servicios...

— necesito que verifiques que ella no tenga alguna infección y que la cure de inmediato.

— en seguida.

Ante nada, Alisa le revisa la herida a Sofía para descartar la idea de que estuviera infectada con algún veneno.

— por suerte... Ella no tiene nada de veneno, la sanare de inmediato...— colocando su mano en la mejilla herida, la palma de Alisa comienza a brillar curandola rápidamente.

No había pasado mucho desde el ataque que recibió Sofía. Anabella estaba buscando a su doncella porque pensó que iba a volver rápido, pero como ha demorado se fue a buscarla, así que preguntaba a cada sirvienta de paso, hasta que una le comenta sobre lo sucedido del ataque. De inmediato, ella pidió ir donde estuviera Sofía y fue cuando llega al lugar.

— ¡Sofía!... ¡¿Estás bien?!

— mi lady...— con unas sonrisa, ella le dice— si estoy bien... La santa que encargó Arasha me sano de inmediato...

Anabella y Alisa se vieron fijamente, la santa le ofrece una sonrisa. La doncella no esperaba verse con la protagonista, pero claro, si Arasha llamó a una santa ella de seguro vendría. Y he aquí... A Alisa. Sin embargo, Anabella no debe actuar con imprudencia solo por ver su aparición, ella con calma analizará la situación, así que actúa normal ante ella, comenzado por agradecerle en haber curado a Sofía.

— le agradezco por haber sanado a mi dama de compañía... Ella es muy importante para mí.

— si... Realmente no fue nada pero tenía que asegurarme que no tuviera alguna infección... ¿Señorita...

— Anabella Hills.

— oh... Ya veo, debe ser una visita del palacio.

Arasha se levanta de su asiento y le da una explicación sobre quién es ella.

— santa Alisa, creo que será mejor que guarde un poco de respeto... Anabella Hills pronto será parte de nuestra familia. Ella es la prometida de mi hermano Máximo.

Alisa rápidamente hace una inclinación.

— lo siento, no lo sabía. Espero que perdone mi ofensa.

— no es nada... Mi compromiso aún no ha sido anunciado.

Anabella no veía que ella fuera una mala persona, aunque ella era la protagonista tampoco se va a confiar tan rápido.

— me retiro su alteza... No dude en llamarme si necesita algo más.

Alisa sin más que hacer, se marcha, pero antes de eso, mira de otra forma a Anabella, como si hubiera visto algo diferente en ella, al final, ella se va sin comentar nada.

En eso, Anabella no dejaba de pensar lo siguiente...

“esto fue demasiado extraño, se que Alisa es una santa novata recién empezando en el templo, aún así, en la forma en la que me veía... De seguro sintió mi alma diferente a la demás... Solo espero que ella se quede en el templo y no intente nada. De todas debo estar precavida ante todo..."

Anabella deja de pensar en eso y de inmediato se va al lado de su doncella, Sofía le cuenta que no tuvo problema con la loca que intentó atacarla y que le aplicó una llave. Sofía sube la manga de su camisa y pone una mano en su bíceps, ella se expresa con una sonrisa.

— así que mi lady... Yo la protegeré de cualquiera que ose lastimarla...

Con una sonrisa suave ella le responde.

— contaré contigo, Sofía.

Aunque Alisa de haya ido, le dejó una sensación extraña a Anabella. Arasha al ver que Sofía estaba bien, se regresa a su oficina dejando a las damas solas.

— le volveré a hacer el té, mi lady.

— te lo agradezco, Sofía...

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Alisa camina por el pasillo del palacio para salir, en eso ella pensaba lo siguiente.

“esa tal Anabella... Algo no me convence, se que soy alguien comenzado su camino de divinidad, pero creo que tengo que investigar más sobre eso. Y yo se con quién. Algo oculta ella..."

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Al rato después, Sofía le vuelve a traer el té que ella solicito. Ambas se encontraba en el jardín nuevamente.

— ¿Mi lady... Se encuentra bien?— preguntó Sofía, que veía el rostro pensativo.

— ¿Eh?... Si, no es nada... Gracias por volver hacerme el té.

— ah, no es nada... Arasha me aseguró que esa mujer tendrá su castigo, así que no me preocupa.

Anabella bebe el té para estar libre de alguna responsabilidad de maternidad, ella desea ser madre pero cuando sienta que es el momento. Aún así, su pensamiento son más que todo por la llegada de la protagonista. Después de beber el té, ambas se van caminando por el sendero. Máximo se había enterado de lo sucedido así que rápidamente buscó a Anabella. Cuando la encontró en el sendero del jardín, llamó por ella...

— ¡Anabella!

— ¿Máximo?...

— ¿Estás bien?... ¿No te ocurrió nada a ti ni a Sofía?

Como escuchó que Sofía fue atacada también pensó que le habían hecho algo a ella, Máximo al ver a Sofía que está bien este se tranquiliza. Pero... Anabella quería verlo, así que rápidamente ella se va a abrazarlo. Felizmente este la toma.

— ¿Estás feliz de verme?— preguntó Máximo.

— asi es... Pensé que te vería más tarde.

— salí de la oficina porque escuché sobre un ataque. Ya me lo contaron todo... Supongo que debería darle un escolta.

Sofía interviene.

— ¡Yo!... Hasta puedo proteger al príncipe Arasha!

— estaremos bien, Máximo, Sofía es buena en combate...— aclaró Anabella.

Máximo con una risa dice.

— entonces, estaré tranquilo contigo, Sofía... Aunque también puedes proteger a mi hermano. Puede que no se note, pero Arasha no sabe pelear... Así que dejo su cuidado en tus manos.

— Así será, su alteza...

Máximo desvía su mirada a la de Anabella. asi que le pregunta.

— ¿Que pasa, Anabella?... ¿Te sientes bien?

— no es nada...— aclaró ella con una sonrisa— ahora que estás aquí, me siento mucho mejor...— ella lo abrazó mas, él la recibía con tanto amor.

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