capitulo 8: “sentimientos"

_________ al día siguiente.

Anabella fue la primera en levantarse, ya se sentía mejor, la doncella veía a Sofía dormir en el sofá mientras que su vista rápidamente se va a Máximo, sorprendida ella veía como el hombre estaba al lado de la cama, durmiendo en esa pequeña silla y con los brazos cruzados, ella no pudo evitar sentir afecto, pues al ver que él también estuvo cuidándola toda la noche le causa algo en su corazón.

Anabella tomo una sábana y a punto de arroparlo éste la sorprendé cuando habla con los ojos cerrados.

— estoy despierto... Anabella— abre los ojos y ve la cara de pena de la joven.

— yo... Yo pensé que dormías...— sorprendiendo más a la joven, este toma a Anabella de la mejilla comprobando su temperatura.

— ya estas mejor...— Máximo sonríe, aún sin despegar su mano sobre Anabella.

— ¿Eh?...— Sofía se despierta—... ¿Dormí toda la noche?... Su alteza, le dije una hora...

— traté de levantarte pero tienes el sueño pesado, Sofía... Así que me rendí...— eso era mentira, Máximo prefirió a que Sofía descansará debidamente.

— ¿Eh?...— la sirvienta veía apenada hasta piensa que pudo haber roncando...— no ronque ¿Verdad?

Anabella no evitó reírse, era agradable ver personas que se preocupaba por ella. La doncella expresa sus sentimientos.

— gracias... Me cuidaron hasta que me recuperará por completo. Éstoy feliz de tenerlos a mi lado.

Máximo se aclara la garganta con algo de rubor, escuchar eso lo hace sentir especial e igual que Sofía.

— no hay que agradecer, Anabella... Te enfermaste en mi palacio y era mi deber cuidarte...— levantadose de la silla, termina de concluir— me gustaría acompañarte en el desayuno, pero debo atender unos deberes...

— Máximo... Tal vez regrese temprano a mi casa por mis padres y no podríamos vernos, pero... ¿Podría visitarte después?... Aún me gustaría beber el té contigo.

— puedes venir cuando tú quieras, tendrás un acceso directo al palacio y a mi...

Máximo toma la mano de Anabella y la besa, causando un gesto de sorpresa a la doncella.

Máximo le encantaba ver el gesto de sorpresa de ella, con sus mejillas ruborizada y esos ojos brillantes de sorpresa. Así que termina de decir.

— ordenaré que le traigan el desayuno... Espero verte pronto, mi doncella— declaró Máximo antes de irse...

Ya quedando solas, Anabella se sienta en la orilla de la cama observando y acariciando la mano donde Máximo la besó, preguntándose como se sentiría probarlo directamente.

Rápidamente se tapa la cara pues estaba roja como un tomate al pensar en eso, dándose cuenta que si siente algo por él.

Luego de un rato, Anabella se encontraba con sus padres en la sala principal del palacio para irse. No pudieron agradecerle más al príncipe porque se encontraba ocupado, pero se encargaran de enviarle una carta. Antes de marcharse, llega el príncipe Arasha de sorpresa, con una sonrisa él dice en alto.

— ¡Sofía...!— la sirvienta queda inmóvil sin saber cómo reaccionar.

— s-su alteza...

— ¿Dime cómo lo hiciste?... Pude dormir toda la noche con ese té extraño...— felizmente toma a Sofía de los hombros...— te lo agradezco...

— me alegro que le haya funcionado... Le dejaré la receta, su alteza...

— ojalá pudieras quedarte, pero se que tienes que acompañar a la señorita Hills...— con una sonrisa dulce y sus ojos cerrados se expresa— me alegra mucho que llegarás al palacio, me has ayudado mucho con solo eso...

Cuando Arasha es desconfiado siempre suele ser frío y distante, pero ahora, como llegó a confía en la doncella este pudo mostrar una parte de como es él. Sofía al mirar lo contento que quedó Arasha, ella se ruboriza y mira a otro lado.

Anabella sabía que había química entre ellos dos, además le daba curiosidad que fue lo que le hizo Sofía al príncipe, pero le gustaría esperar a que ella le dijera, además, Arasha no la tomó como enemigo ni la atacó como en la historia original, así que se queda tranquila.

________ en el camino de regreso a la mansión.

Ya en el carruaje andando, los padres de Anabella no dejaba de ver a las doncellas, ambas había captado la atención de los príncipes y querían saber cómo. Habla su padre.

— Anabella... ¿Acaso le has hecho algo al príncipe con el antídoto?

— ¿Que?... ¡No, ¿Como me atrevería?!

— es que al ver como te trata... Además, engañar a la corona es un delito.

— tiene una idea errónea de mí, padre, sé lo que me pasará si engaño a la corona... El príncipe Máximo solo ha sido atento conmigo...

— conozco cuando alguien es atento o solo quiere tener algo contigo, Anabella— habló su madre— a su alteza se nota que tú le gusta...

Anabella mira por la ventana, tenía un presentimiento sobre ello, pero aún no está segura hasta que él no se lo diga lo que realmente siente, sin embargo, ella recuerda las expresiones de Máximo, de como la trata.

“si, tal vez tenga razón, pero si Máximo no me dice que es lo que siente por mí no puedo ilusionarme, aún así yo también éstoy llegado a sentir atracción por él, no por su apariencia sino por su forma de ser. Aún así... Cuando llegue la protagonista... ¿Todos cambiará?"

Los pensamientos de Anabella son interrumpidos cuando su madre le pregunta a Sofía.

— ¿Que le servistes al príncipe?... Al parecer quedó encantado contigo...

— ¿Eh?... Y-Yo solo le hice un té para que se relajara...

— ¿Relajara?... ¿Que tenía el segundo príncipe?

Anabella intervienen, no le gusta que interroguen a su dama de compañía de esa manera.

— Madre, por favor... Ya Sofía lo dijo, le dio un té que le ayudó a su alteza a relajarse, eso es todo...

— está bien... Por lo menos no nos dejó en vergüenza...

Dejando en paz a Sofía, el viaje continúa en silencio.

Obviamente los padres de esta época solo le importaba el estatus y la buena presencia, así que por eso ellos están así. Anabella tolera la actitud de ellos ya que no han sido malos padres, solo quieren asegurar el futuro de su hija.

Al llegar a la mansión Hills, Anabella se va a su recámara junto con Sofía, la sirvienta se nota un poco nerviosa, así que la doncella le pregunta que es lo que pasa.

— yo... Le prometí al príncipe que no iba a decirle nada a nadie de su situación, aunque no es grave, se lo prometí... No quiero que piense que le estoy ocultando algo, mi lady. Yo solo intenté ayudar a su alteza...

— oh, Sofía... Yo no desconfío de tí. Sé que no hiciste nada malo. Al ver la reacción del príncipe debiste hacer algo que lo ayudó mucho...— la sirvienta sonríe al recordar eso...

— si...— Sofía piensa...

“su alteza parecía un niño cuando bebía el té...— sonríe ella—... Me gustaría verlo otra vez... Oh!. Sofía... ¿Que estás pensando?... Tu tan solo eres una empleada y el un príncipe... Es mejor no ilusionarse... Tal vez ya está comprometido"

Sofía vuelve a su quehacer en la habitación de Anabella, dejando de pensar en eso...

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