capitulo 11: “ bajo la luz de la luna"

Como acababa la primera pieza de baile, el emperador sale al lado de su emperatriz, todos los presentes hacen una reverencia y saludando a la corona de Cataleya.

— bienvenidos todos...

Su majestad inicia con un breve discurso antes de comenzar con el verdadero propósito de esta reunión. Al finalizar, con un gran gozó, anuncia lo siguiente.

— está noche se dará el anuncio de compromiso de uno de mis hijos, el primer príncipe. Máximo Alejandro... Y con ésto dará paso a la gran sucesión como mi heredero, como futuro emperador que guiará con sabiduría al lado de su compañera... Príncipe Máximo, es hora de mostrar a tu prometidas ante los presentes.

Ésto era una señal para que Máximo saliera con la elegida a presentarla al público. Pero como no había señas de él, todos murmuraban en la sala.

El emperador guardaba una sonrisa nerviosa, así que dice.

— esperen un momento, de seguro se tuvo que retirar sin avisar, ahora mismo buscaremos su presencia...

Luego él se preguntaba en su mente algo molesto.

“¿Dónde se metió ese muchacho?"

Arasha estaba con Sofía preguntadose lo mismo.

— ¿Dónde está mi hermano?

— ¿Y mi lady?

______________ por otro lado.

En una habitación mas cercana para ellos, tanto como Anabella y Máximo se encontraba besándose sentado sobre un mueble, ella encima de él. Algunas de la prenda estaban en suelo, pues sus caricias quería ser más apasionadas.

Anabella metía su mano dentro de la camisa de él, para luego Máximo detenerla un momento.

— espera... Déjame apagar la luz.

— ¿Eh?... ¿Por qué?

— yo... Tal vez los efectos de la flor demoníaca a desaparecido, pero me dejó cicatrices en él abdomen y pecho...— se sube las mangas de su camisa— hasta en los brazos... Sería algo horrible de ver para tí...

— Máximo... Me quisiste tal cual como soy, y yo te querré como sea, tu apariencia es lo de menos, pues lo que importa es lo que eres... Para mí eres hermoso... Así que hagámoslo con la luz encendida, déjame apreciarte por completo.

Máximo se inclina más para darle besos de fervor a Anabella, de verdad sentía que amaba a esta chica, por su ser diferente, por su dulzura y sinceridad.

Ellos no se preocupaban por no aparecer en la fiesta, su propia diversión y gusto se lo darán aquí, entregándose cuerpo a cuerpo por su propio deseo, pues ambos sentía tan fuerte sus sentimientos que no esperaron hasta el matrimonio.

El comienzo de la noche era también el inicio de un romance entre dos seres que penas admitieron lo que sentían del otro no se detuvieron y se entregaron mutuamente.

Anabella deslizaba su mano por todo el cuerpo de él, las manchas moradas no era un impedimento ante eso, pues ella lo quería tal cuál. Para Máximo era un manjar saborear los dulce pechos de la dama mientras que sus manos se encargaban de darle placer por otro lado, que la hacia jadear de éxtasis y felicidad, los besos y caricias bajaban hasta llegar a ese punto de gusto total para Anabella, mientras que ella le acariciaba la cabeza al príncipe, él no detenía su lengua al seguir en ella...

Entre ese entregué de placer, ya ambos estaban listos para unirse completamente.

— Máximo~.... Hump...— él nuevamente besa a Anabella para seguir saboreandola...

— Anabella...— Repetía el nombre de ella en modo de susurro...

Mientras que el movía su cadera de forma lenta para no lastimar a su doncella, aún así, el príncipe estaba bien dotado, y ese tamaño se le complicaba un poco a Anabella, pero ella sabía cómo domar los movimientos, ya que lo coordinaba con él. Ese dolor se fue transformando en un placer más puro que nunca antes habían sentido...

________ más tarde.

Los sirvientes buscaban al primer príncipe, pues está era su presentación, ahora mismo no había resultado hasta que una admite haber visto a su alteza hace un rato. Una sirvienta le afirmó al emperador que habían visto a su alteza con una dama a solas dándose afecto antes de irse a una habitación.

— ¡Dios, Máximo no se puede esperar a su compromiso oficial!— dijo el emperador, algo molesto. Esta información aún no lo sabía el público, solamente ellos.

La emperatriz se ríe en voz baja pues esto le recordaba a su juventud con su actual esposo.

La emperatriz comentá a su esposo.

— es nuestro hijo, ¿Que esperabas?... de seguro esa dama es su prometida, Máximo es alguien de pocas relaciones y si haría eso quiere decir que la quiere... Tranquilo, él aparecerá pronto.

— eso espero... O verá que aún lo puedo castigar... Anunciaré lo siguiente...— en voz alta, el emperador dice que su hijo Máximo aún no puede presentarse por motivos personales, pero que muy pronto llegará con su prometida, que sean pacientes a su llegada.

La fiesta continúa como si nada, aún así lo murmullos se hacían presente.

En un lugar alejado del salón, se encontraba Arasha, que escuchó el anuncio de su padre y no evitó sacar una risa.

— Tan impaciente como siempre...— murmuró Arasha, ya que sabía que estaba haciendo su hermano.

— ¿Que le habrá pasado?... Y mi lady aún no aparece... Debo de buscarla— antes de que ella se fuera, Arasha la detiene...— ¿Su alteza?

— calma, tu señora está en buenas manos, estará bien. confía en mí Sofía...— volviendo con él, el príncipe le afirma algo— Sofia... Me gustaría que ya no me llamaras por honorífico, realmente quiero que digas mi nombre.

— ¿Eh?... Pero-... Yo solo soy una sirvienta, ¿Como podría hacer eso?... No podría faltarle al respeto— ella se voltea dándole la espalda, con una voz algo apagada, Sofía se expresa— que este vestido y este maquillaje no lo engañe de quién soy realmente...

— se quién eres...— tomando a Sofía la voltea— y por eso puedo decir que eres tú la persona que quiero seguir conociendo por igual, sin ver nuestro estatus o donde vengamos...

— yo... Su alteza, ¿Que dirán los demás? Su reputación como príncipe puede ser arruinada por mi culpa... Yo...

— Sofía... Basta. No sigas hablando de tí de esa forma, los demás no me importan, solo tú. Eres tan valiosa que al darme cuenta de eso quiero seguir conociendote. Quiero que sepas que quiero ser el primero que se gane tu corazón...

— su alteza...— Sofía nota como todos lo observaba.

Las mujeres claramente la veía con algo de molestias, y más era su frustración al no saber quién era esa mujer que se estaba ganando al segundo príncipe. Es cuando Arasha sabía de la incomodidad de Sofía, la toma de la mano y se la lleva a su lado para que ellas comprendieran que Sofía no estaba desprotegida, además, el príncipe le lanza una mirada que causa que ellas vean a otro lado un poco asustadas.

Arasha llevo a un balcón desierto a Sofía, él se encontraba serio y callado.

— altez-...

— vuelves a decirme así y te besaré...

Tomando de sorpresas las palabras del príncipe, sin querer Sofía se le fue el “alteza" titubeando.

— te lo advertí...— Arasha agarró la mano de Sofía y la jaló hacia él, luego, su otra mano sostenía su cintura y de inmediato acercó su rostro para besarla.

Arasha iba lento, para no obligar a la doncella y si está no quería podía rechazarlo y empujarlo, ya que únicamente estaba dando un empujón a Sofía de demostrar de que si siente algo por él.

Al parecer, la intuición del príncipe acertó al sentir que Sofía lo abrazaba más, ya que ella no iba a seguir negando sus sentimientos por él.

— Arasha...— se aferró a él y subió un poco sus labios para besarse, gustosamente Arasha la abrazaba tomándo su cabello y saboreando sus labios.

Aunque al principio ella no lo quería admitir, también comenzaba a sentir una atracción por él príncipe, pero quién no lo haría, Arasha era uno de los hombres más hermosos en el imperio, pero su personalidad tan llamativa fue lo que le llamó la atención por completo.

Bajo la luz de la luna, ambos seguían con ese beso largo y apasionado.

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