Al día siguiente de haber conocido la razón por la cual mis padres no querían que me metiera en problemas tome la decisión de cortar los lazos con la familia de uno de mis padres.
Cuando le pedí a mis padres que me llevaran a la casa de mis abuelos, estos se sorprendieron.
-Necesito que me lleven a hablar con tus padres.- le digo a Marco.- Y cuando lleguemos no quieren que bajen conmigo.
-¿Para que quieres que te llevemos?
-Porque tengo que hablar con ellos y no puedo hacerlo sin que ustedes sepan donde estoy.
-Amor, no es por nada pero me parece que está decidido a ir y si no lo llevamos buscará la manera de ir solo.- dice Robert.
-Puedo ir en el jeep que me regalaron si no me quieren llevar ustedes...- digo.
-Está bien, te llevamos nosotros pero con una condición.
-No, no pueden bajar conmigo y no me voy a meter en ninguna pelea.- me apresuró a decir-. Pero si se quedan más tranquilos bajando conmigo para escuchar lo que les voy a decir adelante.
Ambos se miraron unos minutos mientras pensaban en que harían con lo que yo estoy dispuesto a hacer.
-Y sé que es probable que los abuelos vieron el video de la pelea que tuve en la escuela.-dije-. Como también no será una charla muy agradable para ustedes si deciden estar ahí.
-Eli, sabemos que no quieres que tengamos más problemas con tus abuelos, sus padres.- señala Robert-. Créeme que nosotros también queremos evitar eso pero tampoco queremos que escuches cosas que te puedan...- se detiene unos segundos.
-Te que puedan llegar a herir.- concluye Marco-. Sé que tan hirientes pueden ser y sé que te dirán cosas malas sobre nosotros dos.
-No dejaré que suceda eso.- determine-. Así que o me llevan ustedes o me voy solo en el jeep y es una decisión tomada.
Suspiran mientras agarran sus camperas y la llave de uno de los autos que teníamos.
-Vamos.- dice Robert.
Una vez que estuvimos en el auto escuché que empezaron a murmurar algunas cosas.
-Siento que todo esto va a terminar mal.- Marco le susurro a su esposo con un tono triste.
Mi padre, Robert, le agarra la mano que le quedaba libre y se la sostiene con fuerza intentando tranquilizarlo.
-¿Pueden hablar más alto?- solté-. Y sí sale mal nos tenemos a nosotros, a los otros abuelos, a los tíos y a los demás.
-Lo sabemos, pero son mis padres, mi hermana...-empezó a decir mi padre pero decidió no terminar la frase.
Me incliné hacia él, y le puse una mano en el hombro.
-Papá, si en verdad te quieren van a aceptarte y no te tratarán diferente por la vida que elegiste, ni a ti ni a nosotros por como decidimos actuar.- sentencié y continuamos en silencio lo que quedaba del camino hasta la casa de los abuelos.
Note como se relajaba pero no duró por mucho tiempo, ya que cuando aparca en la puerta de la casa se vuelve a poner tenso, se le notaba que estaba nervioso.
-Sigue estando la opción de que vaya solo.- sugiero sabiendo que me iban a responder que irían conmigo.
-Tal vez puedes ir primero y cuando logre tranquilizarlo bajamos nosotros.- me responde Robert.
Ambos miramos a mi otro padre en silencio hasta que este asiente.
-Está bien, los espero adentro.- digo- ¿Empiezo a hablar con ellos o los espero?
-Espéranos para hablar, por favor.- dicen.
Asiento y salgo del auto en dirección a la puerta principal, toco el timbre y espero mientras vuelvo la vista hacia el auto.
-Hola, Eli, no te esperábamos.-dice mi abuela-. ¿Está todo bien?
-Hola abuela, sí, está todo bien solo necesitaba hablar con el abuelo, contigo y con la tía.- le respondo.
-Está bien, ¿tus padres van a bajar?- dice con la mirada fija en el auto.
-Sí, y si me van a querer seguir viendo vas a tener que dejar que ambos entren a la casa.- digo firme-. ¿Está la tía con ustedes?
-Sí.
-Querida ¿escuché a Eli en la puerta?- grita el abuelo desde la sala.
-Si querido, dice que tiene que hablar con nosotros.- la abuela Maribel le contesta-. Y lleva a tu hija a la sala.
-Deja que pase a la casa.-le contesta-. Ahora voy a buscarla a tu hija.
Cuando estoy por entrar mis padres aparecen detrás de mí, miro a mi abuela para ver como reaccionaba al verlos tomados de las manos. Su intento de disimular su disgusto no funcionó y eso me molesto.
Una vez dentro de la casa nos sentamos en el living de la casa, otra vez hubo un silencio prolongado pero esta vez se sentía una incomodidad.
-Hola, abuelo, tía.- dije.
-Hola.- dijeron a la par.
-Eli, vimos que te metiste en una pelea.- dijo el abuelo con seriedad.
-No fue porque quise ni por gusto.- dije cortante-. Tenemos que hablar de otra cosa, además de la pelea.
-¿Ah si?- intervino mi tía.
-Saben de que quiero hablarles, no se hagan como que no saben.- digo mirando a mis padres.
-Empieza, mientras antes terminemos con esto mejor.- dice mi abuelo apagando el televisor.
-Sé cosas...- empecé a decir.
-¿Qué te dijeron?- me interrumpe mi abuela bruscamente.
-Mamá déjenlo hablar.- la interrumpe mi padre-. Por favor, Eli, sigue.
-No le hables así a tu madre.- dice mi abuelo.
-Abuelo para ya.- dije-. Me contaron todo lo que les hicieron a ambos para que no estén juntos, el cómo se alejaron de mi padre, su hijo, tú hermano.- dije mirando a las tres personas que estaban frente a mí-. El cómo no dejaron que siga trabajando en la universidad, sus intentos de convencerlos de que es una enfermedad lo que tenía cuando les dijo que le gustaban los hombres y todo lo demás. No pienso permitir que le digan todas esas cosas y hacer que cambie a algo que no es, y si no les gusta como son las cosas es su problema no el nuestro.
-Eli...-dice mi tía.
-No, déjame seguir hablando.- la interrumpo bruscamente-. No voy a dejar que los sigan mirando como los están mirando en estos momentos, y si no cambian su actitud me están obligando a tomar una decisión que ni ellos dos saben que la he considerado durante años.
Y antes de que preguntes abuelo, no, no me influencian ellos, porque hasta hoy no me habían contado lo que paso antes de que yo estuviera en sus vidas. La pelea fue porque desde que era chico un grupo de chicos que iban conmigo me hacían bullying y a mitad de año explote, si no fuera por ellos dos que me ayudaron desde el día uno y me remarcaron que pelear no era la solución a mis problemas desde hace muchos años ya los hubiera golpeado. Perdonen papás pero es verdad.
-Eli, ¿esto era lo que les querías decir?- preguntan ambos con cara de asombro.
-En realidad no del todo.- dije levantando los hombros-. ¿Me dejan terminar?
-Sí.
-Si ustedes tres no dejan de discriminarlos a ambos tomaré la decisión de no verlos ni hablarles nunca más en mi vida o ustedes cambian o cumplo con esto que les estoy diciendo.
-No puedes no vernos.- dice horrorizada mi abuela.
- ¿Ah no? ¿Y ustedes no hicieron lo mismo cuando se enteraron de que ellos se iban a casar y reaparecieron cuando se enteraron que me trajeron a sus vidas?- le replique.
Todos se quedaron mudos por un largo tiempo.
-No es lo mismo.- soltó mi abuelo.
-Pues yo no veo diferencia, ustedes hicieron su elección y si me dan para elegir a mí los elijo a ellos dos hoy, mañana, ayer y siempre. - solté-. Así que decidan, ¿van a cambiar sus actitudes? O tengo que tomar la decisión.
Silencio otra vez. Tanto silencio me está impacientando pero decido esperar cinco minutos antes de volver a hablar.
-Les recuerdo mientras deciden que mierda hacer...
-¡Eli! No digas malas palabras.- dice molestó Robert.
-Lo siento, pero si deciden que si van a seguir tratándolos como si tuvieran lepra no me verán ni volverán a saber nada más de mí.
-Eso no es justo.- susurra mi tía.
-No, no es justo todo lo que le hicieron pasar a Marco y a mí durante tantos años.- dice Robert-. Marco no les hizo nada malo siempre quiso su maldita aprobación y siempre se la dieron hasta que les dijo que era gay, hasta que les dijo que me quería presentar con ustedes, hasta que les aviso que nos íbamos a casar y siempre lo trataron para la mierda, siempre lo negaban frente a las demás personas, siempre sintieron vergüenza de él desde que les dijo quien era en verdad porque se cansó de fingir algo que no era.
-¿Se complotaron antes de venir?- soltó mi abuela con un poco de enojo.
-No, no sabía que Eli iba a decirles todo lo que les dijo pero, sin embargo, está siendo más adulto que ustedes tres en estos momentos y creo que se merece que le den respuesta a lo que les dijo ¿que van a decidir?
-Voy a decidir yo por ustedes.- interviene mi papá-. No nos verán nunca más y mucho menos van a saber de nosotros y si algún día se arrepienten de lo que hacen o por como actuaron a lo largo de todos estos años no se molesten en llamarnos a ninguno de nosotros ni si quiera a mis suegros o ni a mis cuñados porque les daré la orden de que no les respondan a ninguno.- termino diciendo con voz dura pero decidida-. Ah y si se preguntaban que ejemplo le estábamos dando a Eli para cuando sea mayor es a ser alguien que defienda a las personas que son discriminadas por los demás, y que por sobre todo respete a las personas sin importar su orientación sexual, religión ni su raza.
-Y creo que le estamos enseñando bastante bien.- lo apoya mi otro padre.
En ese momento mi abuela se levanta de donde estaba, se acerca a mi y me abofetea la cara. Me acercó la mano a donde había recibido el impacto e intento hacer que desaparezca el color rojo que me había quedado.
-Eli, Robert vamonos de aquí.- dice mi papá con ira-. Yo ya no tengo familia.
Y los tres salimos dr esa casa sin voltear a ver a quienes quedaron en la habitación. Mi papá les azoto la puerta al salir de lo furioso que estaba con ellos. Al subir al auto se largo a llorar.
-Lo siento, enserió lo siento.- empecé a balbucear tratando de salir del shock de que mi abuela me haya dado una cachetada.
-No, hijo tu no tienes la culpa, dijiste, perdón dijeron todo lo que debí haber dicho hace bastante tiempo.- me responde me mira por el espejo retrovisor en dirección hacia mi mejilla-. ¿Te duele mucho? Desde acá se ve que la tienes hinchada.
-No se, todavía duele.-dije volviéndome a tocar la mejilla-. No sabía que tenía tanta fuerza.
-Si, suele sorprender con ese tipo de cosas.- dice todavía con lágrimas los ojos.
-¿Quieres que yo maneje?- interrumpe mi papa.
-Si, por favor.
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