Capítulo 3: Bullying

Pasaron dos semanas desde que la banda se desarmó, por un lado, a Eathan lo castigaron por lo que me dijo, ya que Alessandra les contó a sus padres lo sucedido y estos les contaron a mis padres y a mis tíos. Por el otro lado, hoy volvía a la escuela luego de la sanción que me habían puesto en la escuela por golpear a uno de los chicos que me molestaban.

-Eli, ya despierta que llegaras tarde a la escuela.- me grita desde la planta de abajo uno de mis padres.

-¿Tengo que ir?- le grite.

-Hijo, si tienes que ir.- me contesta Marco que estaba parado en mi puerta-. Y no, no puedes faltar.

Me levante a regañadientes y me dirigí al baño, me lave los dientes me cambie, agarre mis cosas y baje.

-Díganme que no me llevaran ambos.- dije agarrando una tostada.

-No, hoy te llevará tu padre ta que está llegando tarde a dar clases a la universidad.- me contestan.

-Así que campeón apresúrate y ya vámonos de aquí.- dice mi otro padre despidiéndose del otro amorosamente como siempre.

-Quiero anotarme al equipo de la crosse, el equipo de la escuela.- dije mientras me levantaba de la silla-. ¿Qué dicen?

-Solo hazlo si tú quieres entrar no lo hagas por obligación o para demostrarle algo a alguien ¿si?- dice Robert.

-¿Sabes que tu padre participo del equipo de la crosse cuando iba al instituto?

-¿Ah si? ¿Porque nunca me contaste?- lo mire reprochándolo-. ¿Tú hacías algún deporte?- le pregunté a Marco.

-En mi época solo había baloncesto y usaba la veinticuatro.- me contesta Marco.

-Nunca preguntaste y además no era muy bueno jugando, era pésimo.

-La tía Kris lo puede comprobar.- dice mi padre-. Después pídele el video.- me susurra al oído.

-Usaba la veinticuatro también, por si te interesa.- dice Robert-. Bueno ahora ya váyanse porque no llegarán a tiempo.

Mis padres se despiden con un beso rápido y salimos de la casa apresuradamente.

En el transcurso del camino a la escuela ninguno de los dos hablo mucho.

-Eli, estuve hablando con Emily y Jacob y me han contado de que Eathan te dijo cosas...

-No les conté por qué lo solucione ahí y Scott, Derek y Alessandra me ayudaron.- solté para evitarme él sermones-. Ah y la banda se disolvió... supongo que ya sabes el porqué.

-Jake me dijo que Eathan se molestó porque no tenían éxito y sugirió que dejaras la banda ¿es cierto?

-Sí.

-Y le ibas a pegar...

-No, bueno casi, pero él que estuvo a punto de golpearlo fue Derek.

Guardamos silencio por un par de cuadras, cuando vi que estábamos a punto de llegar a la escuela hablo nuevamente.

-¿Piensas dejar la banda, y por sobre todo dejar de tocar en público?

-Creo que es lo mejor y no quiero que insistan en que vuelva a tocar.

-¿La decisión la tomaste solo por lo que dijo Eathan o por lo que dicen los otros chicos?

-Por ambas cosas.- dije mientras mi padre estacionaba en la puerta del colegio.

Mire hacia afuera y ahí estaban Fernando, Tristán, Elías, Michael y Paulo, a la espera de que llegara para hacerme sufrir otro día más.

Mi padre se percata de lo que capturo mi mirada.

-¿Quieres que les diga algo?- dice.

-No pa, está bien.

-¿Será peor si hablo con ellos, verdad?

-Si, tranquilo creo que no me harán nada si no me ven.

-¿Prometes no meterte en problemas que haga que vengamos a la escuela a recogerte?

-Mira, voy a ser sincero.- dije seriamente-. La verdad es que no te prometo que no me defienda y que les dé una paliza como me enseñó la tía Kristh...- dije y me di cuenta que metí la pata-. Digo, la tía Kristhina me enseñó que los mande al psicólogo.- saque las tarjetas que me había dado del tío Benjamín, de ella, de Emily y Jacob, la de Harry.

-Tu tía Kristhina ¿dijo que los golpearas si te hacían algo?

-No, como verás me dio estás tarjetas...- dije y trate de salir rápidamente del auto.

Mientras cerraba la puerta oí que mi padre decía algo.

-¿Qué voy a hacer con estos dos?

-¿Qué?- dije dándome vuelta hacia él.

-Nada hijo, ya vete.

Me despedí nuevamente de él y me alejé del auto pero para mi desafortunada existencia Fernando y sus amigos ya me estaban rodeando, solo rogué que mi padre no estuviera viendo.

-Hola, idiota.- dice Nando, así era como le decían sus amigos.

-No quiero problemas.

-Pues aunque no los quieras los vas a tener.- suelta Paulo.

-¿Por qué me molestan?

-Porque eres un perdedor que tiene dos padres hombres y probablemente tú hayas salido igual de marica que ellos.- suelta, Tristán.

-Si tanto les importa la orientación sexual de mis padres o el mío, quiere decir que se reflejan en nosotros y tienen miedo de que a ustedes les gusten los hombres.- solté todo esto pero me arrepentí y para cuando quise escapar Nando me empuja al suelo y sus amigos me terminan de rodear.

Michael da la primera patada a mi estómago, luego le sigue Elías y Paulo.

-Parece que tienen problemas de ira.- los provoque-. Tengan aquí hay varios psicólogos que los ayudarán a manejarla.- dije tirándoles a sus caras las tarjetas que me había dado mi tía y trato de huir de ellos sin conseguirlo.

-Vaya, hoy viniste de humor bichos raro.- dice Nando dándome un golpe en la cara.

En eso escucho que alguien viene con pasos rápidos hacia donde estábamos y en ese momento escucho la voz de mi padre, antes de perder la conciencia.

-¿Qué mierda creen que están haciendo? Ya suéltenlo. - les grita mientras los aparta-. ¿Esa es la manera que los han criado?

-Señor solo estábamos conversando con su hijo.- suelta, Fernando.

-Si golpearlo y molestarlo es tu manera de hablar no me imagino lo que haces en tu casa. ¿Por qué no me dices todas las barbaridades que le dicen?

Todos bajaron la cabeza y miraban hacia distintos lugares.

En eso llega la maestra Miel.

-¿Qué sucedió aquí?- dice cuando abro los ojos.

-Estos patanes estaban molestando a mi hijo hasta el punto de golpearlo y nadie a intervenido.- dice molestó mi padre.

-Mire señor...

-Adams... Marco Adams.- dice con voz gruesa y extremadamente seria.

-Créame que siento mucho lo sucedido, desde hace un año que vengo llamándoles la atención.- dice la maestra y luego se dirige hacia mis compañeros-. Ustedes cinco a dirección y espérenme ahí mientras llevo a Eli con la enfermera.

-Pienso que el director no los vaya a sancionar por su conducta.- suelta mi padre mientras me levanta lentamente-. Ven hijo vamos.

-Enserió lo siento mucho señor Adams.- vuelve a repetir la profesora.

-Con un lo siento no se soluciona nada.- dice cortante.

Cuando llegamos a la enfermería.

-Papá ya vete que estar llegando con retraso al trabajo.

-No iré.- dice.

-Papá no puedes darte el lujo de faltar, sabes que él se enojara también contigo si no vas.

-Perdonen ¿de quién hablan?- nos interrumpe Miel- ¿quién se va a enojar con tu padre, Eli?

-Habla de mi marido, Robert.- dice mi padre-. Créeme hijo que no se enojara si falto un día al trabajo.

-Lo hará, lo conozco.

-No sabía que Eli tenía dos padres.- dice la maestra-. Siempre pensé que eran amigos o hermanos.

-Ya, ¿pensaba que no éramos nada? Ja.- responde mi padre-. ¿Por que cree lo molestan a mi hijo? ¿Por ser un chico inteligente? ¿Por saber tocar instrumentos? No ¿verdad?

Miel se queda callada mientras mi padre sigue hablando.

-Por su rostro no le caen bien los hombres que salimos con alguien de nuestro mismo género, al igual que sus alumnos, no todos claro, pero ¿a caso también es homofóbica?

-¡Papá! Ya cállate y vete al trabajo.- le grito pero se calla para mirarme-. Papá vete por favor, sabemos que cuando te enojas dices cosas de las que después te arrepientes y ambos sabemos que te vas a arrepentir... Ah y antes de irte pídele perdón.

-Hijo...

-¡Que le pidas perdón! ¿que no es eso lo que me has enseñado cuando le digo algo grosero a alguien?

-Discúlpeme por mi reacción.- le dice a la profesora-. Es que me molesta cuando molestan a mi hijo y nadie hace nada y cuando se entran de que tiene dos padres del mismo género reaccionan así o peor.

-No se preocupe, al contrario, fui yo quien ha metido la pata, si sabía que Eli tenía dos padres pero como estoy acostumbrada a mis madres se me hace natural que Eli los tenga.

-Nuevamente, discúlpeme no estuvo bien lo que le dije, tengo que irme.- le contesta mi padre todavía molesto-. Hijo ¿crees que tú también puedas perdonarme?

-Sí.- dije poniendo los ojos en blanco.

-Una cosa más.- dice-. ¿Por qué no hace algo para cambiar la conducta de los alumnos que vienen a esta institución para que no sigan pasando estas cosas?

-Lamentablemente, el que dirige la escuela piensa igual que su hijo.- dice mi maestra.

Mi padre asiente y sale de la habitación rápidamente.

-¿Estás bien, Eli?- me pregunta la maestra dulcemente.

-Si, seguramente esos idiotas vendrán a molestarme luego.- digo sarcásticamente.

-El sarcasmo no te va Eli.

-Soy más carne y hueso, el sarcasmo es mi escudo para defenderme.

-No puedes seguir aguantando que te molesten hasta el punto que te golpeen, mira si algún día termina en algo peor.

-No pasará.

-¿Cómo lo sabes?

-Conozco a mis padres sé que no sé quedarán con los brazos cruzados.- digo-. Maestra ¿por qué nunca me dijo lo de sus madres?

-Porque sé que no todas las personas lo ven bien.- dice-. Ahora me tengo que ir a hablar con tus compañeros ¿si? Quédate aquí hasta que la enfermera te diga que te puedes ir.

Después de decir esto ella se fue y la enfermera terminó de examinarme y de curarme el labio partido.

-Si llegas a sentir un dolor fuerte tomate estas píldoras, pero solo una cada ocho horas.- dice la enfermera Lane extendiéndome las píldoras-. Ya puedes irte.

Agarre mi mochila y salí de la habitación, fui directamente al aula donde tendría mi primera clase y me puse a escuchar música con mis auriculares.

Segundos más tarde mis amigos aparecieron por la puerta.

-Mierda, ¿que diablos te paso?- dice Alana.

-Es obvio que fueron Nando y sus amigos.- le contesta Jackson.

-Sí, fueron Nando y sus amigos, mi padre los vio cuando empezaron a golpearme antes de entrar a la escuela.

-¿Te molestaron de nuevo por tus padres?- pregunta Tyler.

-Sí.

-¿Qué tienen que tener en la cabeza para molestarte con eso?- dice Ethan.

-Eso no fue lo mejor.- dije.

-¿Qué hiciste?- Alana.

-¿Se acuerdan de las tarjetas que les conté que me dieron mis tíos Benjamín y Kristhina?

Todos asienten.