Pasaron dos semanas desde que llegamos a Buenos Aires. Todos estos días nos las pasamos visitando distintos lugares, probando comidas que nunca había probado.
Lo que más me sorprendía de este país es que no tienen una edad para empezar a beber, por eso siempre que me ofrecían un trago me quedaba dudando si aceptarlo o no ya que es estados unidos podíamos beber a partir de los 21 y digamos que tengo 17 años.
-No, Eli no puedes tomar alcohol.- me responde mi papá.
-¿Y por que no?- digo-. Eathan y Alessandra lo estan haciendo.- los señaló con la cabeza-. Y Derek y Scott.
-La respuesta sigue siendo no.
-Y Tadeo que ni se te ocurra darle una gota de alcohol a Eli o te las veras con nosotros.- lo amenaza su hermano.
Tadeo agarro su teléfono y me envió un mensaje de texto mientras se empezaba a defender.
-¿Porque me estás amenazando hermanito? yo seria incapaz de darle alcohol a mi sobrino favorito.- dijo presionando el botón de enviar en su teléfono.
En eso suena mi celular indicando que tenía una nueva notificación y lo abro sin que mis padres lograrán leer su contenido.
"Quédate tranquilo, luego veré la forma de que pruebes algo de alcohol de aquí pero no me delates o nos regañaran a ambos".
Termine de leer el mensaje y levante la vista hacia mi tío sonriendo.
-¿Quién era?- pregunta Robert.
-Eran mis amigos, preguntándome donde estaba porque pasaron por casa y no había nadie.
-¿Volviste a hablar con Alana y Paula?- pregunta Marco.
-¿Me dejaras tomar alcohol?
-No.
-He ahí tu respuesta.- dije determinado-. ¿A dónde nos iremos las próximas semanas?
-Entre Ríos.- dice Benjamín tratando de bajar la tensión que había entre nosotros tres-. Pero solo iremos una semana y luego iremos a Misiones para terminar en San Juan, San Luis, Córdoba y Mendoza.
-¿Porque le pusieron San a Luis y a Juan? ¿Son santos quienes fundaron esos estados?
-No son santos, bueno en realidad no sé si los fundadores fueron santos.- dice Benjamín divertido-. Y no son estados son provincias, aunque son parecidos a los estados de tu país.
-Ya vamos que perderemos el colectivo.-dice Emily.
-¿No viajaremos en avión?- soltó Derek.
-Me temo que no, aunque podríamos hacerlo.- dice Jacob.
-¿Cuántas horas hay de aquí hasta Entre Ríos?- dice Eathan.
-Cinco, seis horas, más o menos ¿por?- pregunta Benjamín curioso.
-¿Cinco o seis horas? Me están diciendo que tengo que aguantar a estos tres.- dice señalando a mis primos y a mí-. Por Cinco o seis horas.
-¡Eathan!- le reprocha Emm-. Compórtate.
Este bufo mientras agarraba sus cosas y se dirigía a uno de los taxis que teníamos delante de nosotros y empezó a guardar su equipaje.
-No le hagas caso.- me susurró Alessandra-. Últimamente, está hecho un idiota.
-Se lo ve igual de feliz que yo cuando me dijeron que me iban a cambiar de instituto.- dije.
-¿Por eso no le des importancia a sus comentarios?- interviene Scott.
-Si, porque yo también estoy en modo idiota.- dije avanzando hacia otro taxi tratando de alejarme un poco de Alessandra.
Antes de subir al taxi, me frené en seco y me di la vuelta.
-Alessandra ¿Puedo hablar contigo unos minutos?- dije- A solas.
Mis primos se alejaron con una sonrisa y haciendo gestos de insinuación.
-Quería disculparme contigo por como te trate la última vez que fuiste a casa a almorzar, no quise tratarte así no lo merecías, solo es que estaba...
Ella no hablo solo se limitó a jugar con una piedra que estaba junto a su pie.
-Abrumado.- sugirió después de unos segundos.
-Si y no tenía derecho a agarrármelas contigo y quería pedirte perdón por todo.
-Está bien, no tenías que preocuparte.- dice con una sonrisa-. De igual manera aprecio que te disculparas.
-¿Chicos nos vamos? Ya sé nos hizo tarde.- dicen mis abuelos.
Ella se alejó de mí y yo me subí en el auto donde mis padres ya estaban dentro.
-No digan nada.- les digo en tono de súplica.
Ambos me miran pero no dicen nada respecto a lo que acababan de ver.
-¿Nos sacamos una foto?- dice Robert.
-Eli, sonríe.- habla Marco con tono alegre.
Me acerco un poco más a ellos y hago lo que me pidieron ambos.
-A la terminal de autobús, por favor.- pide Marco.
Durante todo el trayecto hablamos de los lugares que visitamos, de la comida y sobre todo lo que vimos en nuestra estadía.
En media hora llegamos a la terminal e hicimos fila para subir al autobús que nos llevaría a nuestro próximo destino Paraná, Entre Ríos.
En el autobús me toco sentarme con Derek, adelante nuestro estaban Scott e Eathan y a nuestro lado estaba mi padre, Robert, con el tío Tadeo y a dos asientos de distancia los demás. Los abuelos se veían felices de que todos estuviéramos felices y compartiendo comentarios sobre lo que nos esperaba con Kristhina y Marco.
-Derek, ¿Por qué Eathan me odia?- le susurro después de una hora de viaje.
-Creo que no le gusta que a Alessandra le gustes.- dice-. Aunque también es porque tienes a todas las chicas detrás de ti ¿Sabes?
-Pero no tiene por qué envidiarme nada no soy tan extrovertido y divertido como él.
-Ya, pero eres... ¿Scott como era que le dicen las chicas a Eli?- le dice a su hermano que estaba delante de nosotros.
-"Sexy","Dios griego", "guapo", "Increíble", "quiero que sea el padre de mis hijos", ¿Quieres que siga Derek? Porque siguen cosas más inapropiadas para decirlas en un autobús lleno de gente que no conocemos y estando nuestra familia presente.- dice Scott.
-No, está bien.- le contesta su hermano-. Eathan deja de escucharnos hablar.
-¿Todo eso dicen de mí?- sigo susurrando.
-Si y muchas cosas más.- me imita bajando la voz.
-Pero han visto el video de la pelea ¿no me tienen miedo?
-Ese video solo hizo que les gustarás más a las chicas y a los chicos.-dijo insinuando Scott-. Así que tienes para probar y elegir.
Esto me hizo sonrojarme tanto que tuve que taparme la cara con las manos hasta que se me pasará.
Por el resto del viaje no hable más con mis primos ni con los demás, para no tener problemas con Eathan y para no darle a entender a Alessandra una cosa que ni yo tengo en claro.
Para cuando me desperté estábamos llegando a Paraná, Entre Ríos.
-¿Cuánto dormí?- pregunté estirándome un poco.
-Cinco o seis horas.- me responde Derek-. Intente despertarte para bajar al baño o comer algo pero estabas dormido profundamente y menos mal que estabas del lado de la ventana.
-¿Qué hora es?
-Como las siete y media de la tarde.
-Gracias, espera mierda no le escribí a mis amigos, mierda.- seguí insultando y agarrando el teléfono móvil.
-¿Ahí está tu novia?- pregunta Derek.
-No tengo novia.
-¿Y por que no le hablas a Alana?
-Me ha traicionado hace un tiempo cuando he querido irme de casa por una discusión con ellos.- dije señalando con la cabeza a mis padres-. Me iba a quedar en su casa pero ella les aviso cuando se enteró de que me estaban buscando.
-¿No crees que solo quería lo mejor para ti?
-Si, no, no sé. Mira ya estamos en la terminal.- dije tratando de cambiar la conversación y volviendo la vista al móvil.
Después de obtener nuestras valijas pedimos algunos taxis y nos fuimos al hotel que tenía vista al río, esto según Benjamín, Emily y Jacob, lo llamaban Howard Johnson.
Y al final tenían razón tenía una bella vista al río, prefiero más el mar, pero no me podía quejar, ya que era la primera vez que conocía el río. Saque el móvil y le saque una foto para mandárselas a mis amigos.
-Eli, deja el móvil.- dice mi abuela.
-Lo siento, es que le estaba mandando una foto a mis amigos del paisaje.- me disculpe y lo guarde enseguida.
-¿Estás disfrutando el viaje?- pregunta con una voz dulce.
-Si, por lo menos ahora puedo decir que estuve en país que ganó la copa del mundo, el año pasado.- dije riendo.
-Ha mucho que no hablamos.- dice reflexionando-. ¿Sigues subiendo videos cantando?
-No, ya no-. Sonreí con melancolía- hace varios años que ya no lo hago.- mire al suelo.
-¿Lo extrañas? El poder grabarte cantando para luego subirlo, pisar escenarios... eso se veía que te hacía feliz.- dijo con una sonrisa triste.
-Lo extraño mucho, pero a escondidas sigo escribiendo canciones.
-¿Por qué a escondidas?
-Es que en la escuela siempre me molestaban y se burlaban de lo que escribía.
-Te tienen envidia ¿sabes por qué?- negué con la cabeza mirándola, era hermosa, al igual que mi tía Kristhina, al igual que Tadeo y hasta mi padre, Robert, los cuatro compartían el mismo color de pelo-. Porque ven que serás un joven exitoso en el ámbito de la música. Ahora entremos a registrarnos en el hotel antes de que se nos vayan a cenar.
Ambos empezamos a reírnos mientras caminábamos hacia el interior del hotel, mi abuelo se nos sumó.
-¿Nos sacamos una foto los tres?- pregunté sacando el teléfono.
-¿Solo nosotros tres?- pregunto la abuela.
-Si, únicamente nosotros tres, será un recuerdo que me encantará tenerlo en un retrato en la mesita de noche en mi habitación.- dije-. ¿La puedes sacar tú, abuelo?
El abuelo agarro mi celular y extendió el brazo para sacar una selfie. Cuando saco la foto la abrió para ver como habíamos salido.
-Creo que nos van a poner una multa.
-¿Por qué?- dice mi abuela.
-Por exceso de belleza.- le respondo a la abuela guiñándole un ojo y siguiéndole la broma al abuelo.
No nos dimos cuenta de que Marco, mi padre, nos estaba viendo a los tres riendo juntos, cuando me di cuenta lo llamé y nos volvimos a sacar una foto.
Los demás estaban registrándose o en el baño del hotel.
-Ah no.- dijeron los tres hermanos-. Nosotros también queremos salir en una foto con ustedes.
Se acercaron y Jake se ofreció a sacarnos una foto pero antes los llamo a Scott y a Derek para qué se sumarán a la foto familiar.
-Bueno ahora vamos a dejar las cosas en las habitaciones y luego saldremos a cenar.- anunció Kristhina.
Sabía por mis tíos y mi padre de que mi tía era mandona pero nuca la había visto en persona ser así.
-Nos encontramos en diez minutos aquí.- anunció Benjamín.
-¿Cómo nos dividieron en las habitaciones?- pregunté.
-Derek, Scott, Eathan y tú en una habitación.- dijo Kristhina entregándome una llave-. Marco y Robert en otra, mis padres en otra, Benjamín y yo, Harry y su esposa, y Jake, Emily y Alessandra en otra.- terminó de decir esto al mismo tiempo que daba una de las últimas tarjetas de las habitaciones.
-Chicos.- nos frena Benjamín-. Sin bromas pesadas, ni discusiones, ni peleas ¿si?
-Lo intentaremos.- dijo Scott.
-Vayan que se nos hará tarde.
Nos despedimos y diez minutos después ya estábamos en el lobbie otra vez.
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