Capitulo 18

Guido:

Daemon estaba esperando a la persona que nos entregaría los permisos.

Daemon: ¿Vendrá? Odio esperar.

Guido: Siempre llega.

Señalé a la chica que venía en una camioneta blanca. Daemon se giró mirándome, negó con la cabeza sonriendo.

Daemon: vaya, es una mujer muy guapa. Con suerte esta es la buena.

Guido: No quiero ser testigo cuando te castren por hablar así de una mujer.

Él me miró riendo. Mi móvil empezó a sonar. Tomé el móvil mirando confuso la llamada.

Daemon: ¿Todo bien?

Guido: si. Debo contestar.

Daemon: ¿Otra? Tu si que si le sabes a esto.

Empujé a Daemon cuando la chica se bajó de la camioneta acercándose a ella. Pasé de nuevo a la llamada.

Llamada:

- ¿Qué sucede? ¿Dónde estas? Ahora informo.

Terminé la llamada. Me quedé mirando el móvil, caminé negando con la cabeza. Me acerqué.

Lua: Hola Guido.

Guido: Hola Lua.

Lua: Esto todo completo. Solo tengo una pregunta.

Daemon levantó la mirada hacia mi aun con la carpeta en mano.

Lua: ¿Es cierto que Beida y tú ya no andan? En verdad no lo cría cuando me llegó la información.

Guido: No. Ella se va a casar en unos meses.

Lua: Bueno, espero que podamos tomarnos una copa.

Miré hacia Daemon que él sonreía. Levantó su mano en forma de rendición.

Daemon: Tendrá tiempo para hacerlo.

Él se dio la media vuelta. Caminando hacia la camioneta.

Lua: sinceramente sé que el recuerdo de Beida lo debes tener muy en tu corazón. Sé lo que dabas la vida por ella.

Guido: Lo lamento Lua, prefiero no tocar ese tema.

Lua: Te entiendo. Es una mujer que se lleva en el corazón. Imposible de tomar su lugar.

Solté un gran respiro. Asentí con la cabeza, ella me extendió la mano atrayendome hacia ella me dejó un beso cerca de la comisura de mis labios. Me removí rozando sus labios. Ella gentil mente pasó su mano en mi abdomen…

Guido: Nos vemos.

Me di la media vuelta, caminé hacia su camioneta de ella donde ella se acercó, le abrí la puerta para ayudarla a subir.

Guido: Deberías venir a la villa. Así conocerás a los demás y a quienes le son de utilidad tus permisos.

Lua: Me encantaría. Me avisas que día.

Asentí con la cabeza, cerré la puerta, ella aceleró para irse. Levanté mi mirada donde Daemon desde adentro estaba muerto de la risa. Caminé hacia la camioneta. Me subí.

Daemon: A las chicas les va encantar. Andando tenemos que hacer las maletas.

Cerré la puerta tomando los permisos, empecé a revisarlos mientras Daemon aceleró.

Corina:

Levanté mi mirada perdiendo el enlace de Laila. Bajé la tapa del portátil… Valentina me miraba fijamente sonriendo.

Corina: ¿Qué te causa gracia?

Valentina2 : que llevo ya varios días aquí perdiendo mi tiempo. Quiero mi vida de antes.

Me levanté caminando hacia ella. Me senté encima de la mesa. Parecía que ella solo quería como siempre sacarme de mis casillas. La tomé de la mano.

Corina: Ven cariño.

Ella soltó un gran respiro. La tomé de los hombros para hacer que se emocionara o que finja hacerlo. Necesitaba un poco de ella para poder hacer que las cosas salieran bien.

Las dos caminamos por un pasillo, varios de mis hombres nos miraban como si el temor que ella implantaba era lo único que pudieran ver.

Corina: Primero que nada Valentina, tienes que cambiar esa actitud que todo te da igual.

Valentina2: Realmente, me da igual.

Corina: si, ya lo sé. Sabes los italianos tienen muchas cosas mías. Cosas que me pertenecen. Requiero que me digas donde se encuentran para poder llegar a ellos.

Ella se detuvo mirándome fijamente. Tragué saliva. Sus ojos se llenaron de lagrimas.

Valentina2: Dijiste que me querías aquí para regresar a tu lado, no para que volviera a tener contacto con el verdadero asesino de mi hija.

Abrí la puerta, le di un ligero empujón en su espalda baja para que entrara a mi laboratorio… Ella se quedó allí solo sin moverse, ni decir nada. Sus lagrimas empezaron a caer.

Corina: Lo siento Valentina. Quizá siempre hemos creído en lo que los demás nos dicen. Pero ya te diste cuenta que realmente el que te traicionó fue Daemon. Es cierto, te quería en mi poder, me perteneces. Mucho tiempo te separaron de tu familia haciéndote creer lo que no era. Tu verdadero padre es Valerio. No Carlo Coletti.

Ella me miró apartándose las lagrimas.

Valentina2: ¿Qué quieres que haga entonces?

Corina: Volverás a concursar en lo que más te gustaba hacer. Aprenderás un poco más sobre las armas nucleares. Ken quiere casarse contigo.

Ella rodó los ojos mirándome como si la idea no le agradaba para nada.

Valentina 2: No quiero. Si él acepta solo sería sexo, pero no casarme.

Corina: Bueno. Embarazarte no estaría de más.

Valentina2: ¿Para que mates a mi hijo como lo hiciste con el primero?

Corina: Ves, te dejaste llevar por las personas que nos han traicionado por largos años. Marietta fue quien lo hizo, todo por que amaba a Daemon.

Valentina2: Así como tú también lo amas?

Entre abrí mis labios, la seguridad con la que lo decía me abrumaba. Negué con la cabeza.

Corina: No hija, claro que no. Daemon no ama a nadie. Él es mucho más chico que yo. El tiene 33- 34 años yo tengo 49 años. Ese amor nunca se concretaría.

Ella caminó pasando su mano suavemente por encima de las armas, la observaba con mucho cuidado y cada detalle. Escuche unos pasos que se adentraron en el laboratorio donde estábamos. Miré a Vanessa, le mostré mi dedo índice en forma de silencio. Necesitaba cerciorarme de que Valentina estuviera en sus 5 sentidos.

Valentina se detuvo girando su cuerpo.

Valentina2: Quiero que me programes para olvidar a Daemon. Quiero olvidar a todos los Italianos.

Corina: ¿Eso es lo que quieres?

Valentina2: si.

Corina: Tengo que construir una de las capsulas, ellos me quitaron todo. Bien, de igual manera, cariño tenemos que empezar a darle batalla. Muchos territorios Italianos te pertenecen y claro. Necesito que te enfoques a querer llegar, no con ello, pero, si en contra de ellos. Mañana viajaremos a un lugar que te encantará. Tendremos mucho trabajo por hacer.

Valentina2: ¿Dónde?

Corina: Es una gran sorpresa. Tenemos que reunirnos con varios iguales a ti. Asesinos Letales natos.

Ella sonrió. Pude visualizar el gran odio que tenía dentro de Valentina. El odio que mucho tiempo estaba reservado para Daemon, no dejaría esta vez a nadie con Vida. Me atrevo a decir que era el momento para proceder.

Vanessa: Quería decirte que ya lancé el comunicado.

Reí, no cabe duda que Daemon esto no se lo espera por nada del mundo. Me encantaría saber que opinaría de lo que he pasado para la casería de Beida Gaudi.

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Daemon

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