Episodio 12: Equivocado

^^^Mimi De angelis.^^^

Todavía se escuchaba la canción romántica de fondo con los murmullos de nuestra familia. Ahora que mis sentidos estaban regresando también podía escuchar a los chicos jugando con la consola de videojuegos en la habitación contigua.

—No digas nada.—Isa rompió nuestro silencio.

Me quitó de encima y se puso de pie, dejándome sobre la cama con la mirada baja porque ahora no tengo el valor de encontrarme con esos castigadores ojos grises.

—Isa...—Intento buscar una buena excusa para explicar lo ocurrido, pero mi hermano no me deja porque decide hacerme callar.

—No quiero que hables ahora, Mimi.

—Pero...—Me obligo a levantar la mirada porque necesito verle.

—No. Deja de hablar.—Ordena con esa voz autoritaria.—No volverás a tocar ni una sola gota de alcohol después de hoy ¿Lo entiendes?

Asiento porque no es sabio ir en contra de él ahora.

—Bien. Ahora duérmete.—Comienza a caminar hacia la puerta y sé que mañana voy a desear morir por lo que diré, pero de todos modos lo hago.

Necesito decirle que el alcohol no es el culpable, al menos no lo es por completo porque siempre he deseado besarle.

—No besaría a cualquiera.—Es lo que digo.—Ni siquiera estando ebria podría besar a... nadie en particular.

Mi hermano se gira cuando está a unos pocos centímetros de la puerta. Clava esos ojos grises que ahora lucen negros por la oscuridad de la habitación.

—¿No?.—Su pregunta es severa y me golpea en los puntos palpitantes que todavía no han logrado calmarse.

Mi cuerpo es un desastre caliente y tembloroso, ansiosa por sentir sus manos en mi piel. Mi cintura todavía duele en la zona que agarró con demasiada fuerza y me encanta. Me encanta este tipo de dolor.

No es el dolor agonizante por amar a mi medio hermano, es más un dolor palpitante, un recordatorio del primer beso con el amor de mi infancia.

—Yo... nunca besaría a ningún otro hombre.

Siento mis labios resecos porque hasta ahora he estado respirando por la boca, así que decido humedecerlos al pasar mi lengua por ellos. Isa sigue el movimiento con sus ojos, luego vuelve a encontrarse con mi mirada.

—¿Y eso por qué?.—Pregunta.

Salgo de la cama para estar de pie al igual que él, aunque decido mantener la distancia porque no quiero hacerlo enojar. No cuando ya se encontra lo suficientemente encabronado por mí.

—Porque lo odiarías.—Respondo.

—¿Lo odiaría?

—Sí.—Afirmo.—No quieres verme tontear con otros chicos y yo estaría de acuerdo porque el arte es lo único que me mantiene allá en Nueva York. Lejos de todos ustedes, porque amo pintar y dibujar, pero todavía me siento sola y los chicos son lindos y amables conmigo. Podría hacer algo con ellos y nunca nadie lo sabría, pero no lo hago.

—¿Por qué no lo harías?.—Sabe la respuesta, pero aun así decide preguntar.

—Porque eres un idiota posesivo y yo estaría de acuerdo en vivir una vida sin ser tocada por nadie porque la única persona que quiero nunca me tendrá en sus brazos como quiero.—Confieso.—Porque aunque beba una botella de vino por completo nunca besaría a nadie más que a esa persona que quiero y no puedo tener.

—Pero me besaste.—Me recuerda.

—Y no besaría a nadie más.—Agrego.

—Porque soy a quien quieres y no puedes tener.

—Sí.—Afirmo con mi corazón destrozado porque dijo una verdad que he ocultado por años.

Amo a mi medio hermano y me he odiado por hacerlo durante la última década. No hay un dolor que pueda superar el constante daño que recibe mi corazón cada día porque sé que me he enamorado de la persona equivocada.

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