Recuerdos

Desde muy temprano, se escuchaba el bullicio en el palacio principal, el Sr. Felipe no ha dormido en días, por organizar este banquete y baile. Se llevará a cabo un banquete con los generales a las 6 de la noche y el baile empezará a las 8 de la noche

Todo en el gran comedor está listo y el salón muy bien adornado.

Los principales nobles que venían de lejos habían llegado desde una noche antes, al ser entregados los documentos de los palacios la coordinación de invitados había caído en Sir. David que también llevaba días sin dormir.

Amelia por lo pronto solo estaba alistando sus cosas, su palacio solo estaba ella y las mucamas que se quedarían en el palacio, las demás personas ya habían abandonado el palacio, porque tenían que prepararse para el viaje, primeramente se mudaron al marquesado de ahí saldrían en caravana, ya que todos estuvieran listos, Amelia tenía planeado viajar a caballo, para disfrutar de su viaje, Lucas y su guardia personal.

En el palacio de invitados, una dama estaba recibiendo todas las atenciones, ya que amelia había destinado personal nuevo, para Elisa, ella estaba encantada, más por qué el emperador la escoltaria ella entraría al gran salón del brazo del emperador, si corre con suerte el emperador dará a conocer ahí su compromiso y todos tendrán que hacer le reverencias.

-Tú como te llamas - dijo arrogantemente a una doncella-

-Soy Mary señorita, en que le puedo ayudar?

-Llévame al palacio de la emperatriz

-Si señorita, por aquí. -la doncella se apresuró a indicarle el camino si bien eran palacios alejados se conectaban con grandes jardines y terrazas.

-Mira con atención Diana, todo esto será mío, haré grandes fiestas y todos se inclinarán ante mí

Diana era la doncella de Elisa, había llegado con ella. La doncella que las guiaba solo caminaba sin voltear

-*esa señorita da miedo - pensó ella y siguió su camino.

Dos guardias, estaban en la entrada del pasillo

-Quienes son? No tiene permitida la entrada a este palacio

- Soy lady Elisa, invitada de su majestad, déjenme pasar, este será mi palacio y he venido a ver que todo esté en orden.

Una voz gruesa y varonil le contesto

-Este todavía no es su palacio, para ser su palacio tiene que ser la emperatriz y todavía ni su prometida es.

Era Lucas que traía un encargo para amelia

Elisa arrugaba su vestido y se contenía para no gritarle, sobre todo porque no sabía quién era, parecía un caballero pero era muy guapo y su ropa no era de cualquier caballero, no se podía dar el lujo de ofender a un noble.

Así que se retira y se va, tiene que estar lista para la noche.

-Lucas como te fue

-Bien mi señora, el joyero Ruben le manda sus saludos, esto me entrego para usted, dice que lo hizo personalmente y es su último trabajo, con esto se retira y deja a su hijo a cargo de la joyería

-Waooo el sí que no decepciona, es hermoso.

-Dice que lo hizo personalmente para usted

-Aquí está el otro pedido.

-Si dámelo, por favor prepara todo para mañana

-Por supuesto, vendré por usted para escoltarla al baile.

-Si mientras iré a un lugar, en un rato regreso

Amelia caminaba, hacia el mausoleo, los pasillos eran grandes y solitarios solo guardias, distribuidos a los lejos la veían, en su camino solo se escuchaban sus tacones con su caminar elegantemente

El emperador que salía de su despacho quería ir a ver a Elisa para hacerle saber que él la escoltaría a la cena y se sentaría a su lado, pero se distrajo al escuchar a amelia, inconscientemente la siguió

-*por qué me estoy escondiendo*

Al pasar por el arco dos guardias le permiten la entrada

Al entrar el emperador les hace señas de que no digan nada.

Al interior Amelia llega al pie de dos tumbas

Hace una reverencia

-Madre, no he podido venir a verte desde que regrese, espero que estés viviendo una buena vida.

Amelia ahora ya cree en otras vidas, así que espera que la reina haya reencarnado y ahora sea feliz.

-Madre mira lo que te traje, es algo que encargaste para mí, no pensé que cumplieras tu promesa, aun recuerdo tu promesa.

Solo lamento no poder cumplir más la mía.

El emperador llega y se queda detrás de una columna, iba a ir al lado de ella pero se detiene al escuchar lo de la promesa. Lo primero no lo había escuchado.

Amelia abre una caja y saca una corona muy hermosa

-Aun recuerdo lo que me dijiste, es más mira traigo mi primera tiara, esta me la llevaré conmigo, fue tu regalo para mí.

Recuerdo

-Amelia, Ricardo vengan a ver lo que traigo aquí

- que es madre ambos niños responden con entusiasmo.

-Es una tiara para amelia, es para mañana que será nombrada tu prometida

-Enserió Madre se vera hermosa amelia es muy hermosa y será la emperatriz más hermosa.

-Por supuesto que lo será los dos serán muy hermosos.

-Amelia cuando sea tu coronación junto a Ricardo, te mandaré hacer una más grande. Eso te lo prometo, a cambio tú serás una reina justa y cuidarás de tu emperador y de tu pueblo.

-Madre yo cuidare de ella, nunca dejaré que le pase nada. Ese día bailábamos toda la noche, ya empezamos con nuestras lecciones.

-Bueno vayamos a comer mañana es un gran día.

**Fin del recuerdo.

-lo siento madre, no pude cumplir yo, he recibido tu regalo pero no podré usarlo, ni tampoco llevarlo conmigo, te la traigo para que tú la conserves, es el símbolo de una promesa rota.

Ahora comprendo que nunca fue amor, solo crecí con el anhelo de una niña, queriendo ser adulta para casarse con su príncipe azul.

Los sentimientos de él cambiaron y si me aferro a ellos, temo que me perderé en el camino.

Por eso, dejo esto aquí contigo en unos días me voy y solamente cargaré con tu recuerdo, al fin de cuentas fuiste una madre para mí ...

Amelia había notado ya hace rato que Ricardo estaba detrás de la columna, cuando dio la vuelta para salir, Ricardo giro y se escondió.

-No puede ser porque me siento así, hicimos promesas pero únicamente éramos niños, los sentimientos cambian, y yo...

Ricardo sentía una presión en el pecho, hace mucho que no recordaba a su madre, si ese día comieron todos juntos, y el día del compromiso habían pasado una velada divertida.

Recuerdo

-Amelia ven mira, vamos al balcón a ver los fuegos artificiales

-Si, donde donde

-Ahí mira, Ricardo la veía fijamente y su tiara brillaba al igual que sus ojos

Amelia yo también te daré un regalo cuando sea nuestra coronación.

Fin del recuerdo.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***