Un Emperador en la guerra

El emperador Ricardo, príncipe heredero desde la muerte de su padre, no ha tenido una coronación por la guerra, pero a su regreso tendrá una.

ha estado en el campo de batalla liderando desde hace 6 meses, su prometida Amelia siempre le manda cartas informando que todo en el castillo está en orden así como los asuntos políticos.

solo hay algo que le molesta que ella sea tan atenta en cada carta con halagos para el, en cada baile su ropa a juego, las presiones del palacio , desde joven han crecido con ella, su madre los crío a los dos, el siente que la ama como una hermana y en este tiempo el ya tiene a alguien en su corazón, una mujer sencilla, educada.

Elisa, para el es la mujer ideal, es amable con la gente, sale a cuidar a los enfermos no le importa si está en peligro, ella le hizo ver qué el amor es importante y valioso.

A su regreso piensa anular su compromiso ya que el quiere un matrimonio por amor y no por obligación.

-Solo espero que Amelia acepte, tiene que comprender que es lo mejor yo no la amo y lo mejor es romper este compromiso.

-Majestad, le traje unos bocadillos, espero que le guste.

Dijo Elisa con una cara sonriente y timida.

-Gracias a ti siempre tan atenta

-Majestad mi padre me ha dicho que usted debe de estar bien para regresar.

lo último lo dijo con cara triste y sus ojos a punto de llorar

-No te preocupes, tu iras conmigo a la capital y me casaré contigo, tú serás la emperatriz

-Pero majestad, usted tiene una prometida, no quiero ser la razón de la ruptura de su compromiso

-No te preocupes Amelia entenderá que te amo y que tu seas la emperatriz.

-Bueno me retiro espero que todo salga bien, estare al pendiente de los heridos.

Elisa se retira con una gran sonrisa, ya que desde que conoció a Ricardo como príncipe heredero su padre le dijo que lo conquistará, así ella podría ser la emperatriz y él entrar al consejo como suegro del emperador.

-Padre he regresado, me fue muy bien el emperador me volvió a decir que al terminar la guerra me llevara a la capital y se casa conmigo

-Eso es excelente, todo está saliendo como lo planeamos, ese puesto debe ser tuyo y de nadie más, mientras él te ame, su prometida no podrá hacer nada.

-Por supuesto padre, yo seré la emperatriz y ella no podrá quitarme ese lugar.

Mientras tanto en el palacio

-Lili el consejo está reunido?

-Si, la están esperando

-Cita para mañana la modista, mis vestidos son muy estorbosos

*quisiera mi guarda ropa anterior pantalones y mini faldas, con este calor me derrito.*

-Señores los he citado para hacerles saber que repartiré algunos, o bueno más bien dicho, muchos de los deberes que he adquirido, pero que en realidad no debo realizar.

No soy ni la princesa heredera ni mucho menos la emperatriz para tener tanto trabajo, le he mandado al emperador una carta explicando los motivos, los cuales son sencillos, mi salud.

Así mismo les comunicare a cada uno sus deberes, esperando su apoyo eso sería todo, me retiro.

Muchos estaban sorprendidos pero entendían y otros ansiosos ya que ella llevaba todo en control y no podían hacer nada, pero ahora tenían esa oportunidad y no la pensaban desaprovechar.

-lili

-Si señorita

-Llámale a Sir. Lucas

-Si, ya lo llamo

*Sir Lucas era mi caballero más leal y administrador del marquesado, yo al casarme seria la emperatriz y mi primo Adrián seria el heredero del marquesado, quien también era leal a mi, educado desde niño al igual que yo, también su familia había concretado un matrimonio para el, pero yo no voy a arruinarle sus planes, yo seré muy rica y me iré de aquí con los bolsillos llenos de oro.

-Señorita, soy lucas puedo pasar.

-Si adelante.

-Te llamé porque la próxima semana llega mi primo quiero que prepares los documentos para cederle el marquesado en su totalidad, también están estos proyectos de negocios un banco nacional en especial, con él se dispondrá de dinero en cualquier reino.

Y sobre todo tú iras personalmente al reino de Orión, a comprarme un título de marquesa, para mi nueva vida.

-Pero mi señora, no entiendo a que se refiere usted no se casara, porque quiere un nuevo nombre y una nueva identidad.

-El emperador tiene a alguien más en mente.

Por eso te encargarás de esto, el marqués Salvatierra es un anciano sin descendencia, solo tuvo una hermana que huyo y nunca más se supo de ella.

Tú iras a comprarme ese título él aceptara, ya que está al borde de la ruina, también te encargaras de las sucursales de los bancos así como de los otros negocios.

-Lo que usted ordene mi señora, aunque no entiendo del todo. Si eso es todo me retiro y empezaré con los trámites del banco.

-Por supuesto mantenme informada.

Sin más se retira un poco confundido, pero su señora tiene buenas ideas sobre todo con este proyecto, además el marquesado que dice tiene buenas tierras es solo los excesos del marqués lo que lo han llevado a la ruina

Amelia se queda revisando sus documentos tiene que checar bien a quienes delegar responsabilidades, tiene la ventaja de saber quienes son los corruptos, sobre todo porque ellos fueron los primeros en apoyar a lady Elisa, dejara todo en buenas manos, ya si después no saben conservarlo no será su problema.

Así las ocupaciones fueron disminuyendo, tenía más tiempo para ocuparse de sus negocios y sobre todo de formar su red espías, compuesta principalmente de mujeres, ella también deja las clases que no tenía que tomar empezó con las de magia, su poder era el fuego, el cual nunca práctico al no ser propio de una dama, la reina nunca dejo que avanzará, solo aprendió lo básico.

-Lili, necesito un maestro de magia, está el ministro de Lyra?

-Si señorita

-Dile que quiero verlo. *En el Reino de lira hay magos, si viene un maestro él podrá enseñarme*

Para su buena suerte el ministro era un mago, así que el le enseño desde el inicio, sobre todo a controlar su mana.

-Mi señora es fuego puro, su familia es descendiente de magos?

-Sí, es una de las familias fundadoras.

-Su poder es asombroso, debemos practicar para que logre controlarlo.

-Si de pequeña no me dejaron practicar, una Emperatriz no debe hacer eso.

-No se preocupe, lo va a controlar rápido.

Así Amelia inicia clases con el ministro, quien también le hace hacer ejercicios, su cuerpo es débil y para controlar el mana debe estar en forma.

Para sus informes solo mandaba los necesarios y no esperaba la respuesta, de hecho nunca la hubo, el emperador solo mandaba las necesarias, ya que tenía la excusa de estar ocupado.

Ella reclutó a la hija de un general muy importante, quien sabía combatir, pero por ser mujer nunca le dieron la oportunidad, Amelia le llevo a jóvenes para qué las entrenará en el marquesado, eran desde niñas, adolescentes, muchas de ellas prostitutas o huérfanas.

Les diseño uniformes y armas, sobre todo tenía a una amiga que tenía entrenamiento para su proyecto.

-Todas ustedes serán mis Rosas, yo prometo cuidarlas y ocultar su identidad, a cambio solo pido lealtad.

Las llevaré a un nuevo reino, a una nueva vida, ahora solo entrenen para que jamás nadie pueda maltratarlas, las mujeres son como las rosas hermosas, pero con un filo que te pueden hacer sangrar.

Todas las mujeres le juraron lealtad y obediencia, para ella Amelia era alguien que las ha salvado de una vida de miseria.

-Jade.

-Si mi señora.

-Jade, serás la primera de mis rosas, la más bella y letal, sé que tienes entrenamiento como Lucas, pero quiero que perfecciones ciertas habilidades, serás la persona que tal vez termine con esta guerra.

-Se lo juro, entrenaré lo mas que pueda, usted y la reina me salvaron de mi destino, yo jamás la voy a dejar.

y así rápidamente paso otro año... Y nacieron los rosas una fuerza de Elite que se movía en las sombras.

La primera generación que al ser mujeres comunes, podían ser las espías perfectas, muchas ya estaban en el reino de Dark, buscando algún punto débil, para terminar con esta guerra.

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