Mi arcoiris.

He estado esperando al menos 30 minutos después de que Marino salió con esa carpeta que tuve que firmar, y no me malentiendan, estoy feliz de que conoceré a los niños, pero mi corazón está a punto de estallar solo de pensar que tal vez la mujer de mi vida no se salve.

El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos...

"Hola Vale, escucha, ahora no puedo hablar."

"Hola Ale. Sí, me enteré por tu vecina de que a Nic la llevaron otra vez de urgencias."

"Si está en ciru..."

"Lamento interrumpir, pero tengo una excelente noticia. Creo que conseguimos el corazón para la pequeña bebé."

"¿Qué? ¿De qué hablas?"

"Sí, ¿recuerdas que publicamos un video para ver si alguien ayudaba?"

"¡Sí, claro! Lo hicimos hace un par de días."

"¿Nos podemos ver? Te explico mejor."

"Claro que sí, ven por favor."

Vale colgó el teléfono. La estoy esperando, pero estoy muy impaciente. ¿Cómo que encontró el corazón? ¿Se salvará mi bebé? No lo sé, pero aunque jamás he rezado, creo que este es un buen momento.

Luego de unos 30 minutos, Vale llega con una chica embarazada que se ve muy mal de salud. Está algo pálida y se puede notar a simple vista lo mucho que le cuesta caminar.

Me dirijo hacia ellas y las saludo a ambas. Vale me dice señalando a la chica: "Ella es Margarita, y es la persona de quien te quiero hablar". No logro entender nada. Ella me dijo que tenía noticias del corazón de mi niña, pero se presenta aquí con esta mujer embarazada.

Margarita: "Y... yo sé que ahora no debes entender mucho, pero déjame explicarte. Vi tu video y me conmovió tanto que decidí llevar mi embarazo hasta que nazcan sus bebés y así poder donar el corazón que tu bebé necesita", dice ella con lágrimas en los ojos pero segura de su decisión.

Yo: "Pero no entiendo, ¿matarás a tu bebé?", pregunto desconcertada y fuera de mí.

Vale: "No, no Ale, lo siento. Yo no te he explicado las cosas, pero dejaré que Margarita lo haga".

Yo: "Por favor, explíqueme, porque no logro entender nada".

Margarita: "Tengo 26 semanas de embarazo, pero no me enteré del embarazo hasta que tenía 20 semanas y nunca me tomé ninguna vitamina prenatal. Mi condición de salud siempre ha sido muy deteriorada. De niña tuve leucemia y aunque lo superé, mi organismo es débil y no tiene las fuerzas suficientes para gestar un bebé sin ningún tipo de vitaminas adicionales. Para cuando me enteré del embarazo, era tarde. Mi bebé se formó de la manera que pudo al no tener ayuda", reventó en llanto en la última frase y se detuvo.

Vale: Tranquila, tómate tu tiempo - le dijo, poniendo la mano en su hombro en señal de apoyo.

Margarita: Lo siento, es que no es fácil decirlo en voz alta - asentí con la cabeza -. Cuando me enteré y me hicieron estudios, el obstetra me remitió a un médico más avanzado para revisarme por mi condición. Al llegar con el perinatólogo, me dijo que mi bebé tiene una condición llamada "hidranencefalia". Es una condición que hace que el cuerpo del bebé en general se desarrolle, a excepción del cerebro. Esto quiere decir que mi bebé solo vivirá en mi vientre, pues al no tener el cerebro desarrollado al nacer, no sabrá ni siquiera cómo respirar y morirá al instante.

Yo: Lo siento tanto, de verdad que debe ser muy difícil.

Margarita: No te preocupes, ya hice las paces con eso. El punto es que decidí que el corazón de mi bebé sea para el tuyo, y de esa forma mi bebé vivirá siempre.

Las palabras de Margarita me devolvieron la vida entera, y sé que es egoísta porque ella está dando la vida de su hijo, pero no puedo evitar sentirme así.

A lo lejos se escucha la voz de Mariano que me dice: "Ale, puedes pasar a ver los bebés". Salí corriendo detrás de él y llegamos hasta el cuarto de neonatos prematuros, y estaba justo ahí.

Detrás de ese vidrio los alcanzaba a mirar y, a pesar de que tienen una cantidad de cables y cosas que los ayuda a respirar, aún así son hermosos y no puedo esperar el momento en que pueda cargarlos.

Yo: Mariano, ¿cómo está ella? - le pregunto a él, que está junto a mí igual de maravillado.

Mariano: Está bien, está estable, es muy fuerte, pero lo que le viene ahora es la peor parte.

Yo: ¿A qué te refieres?

Mariano: Sí, Ale, porque ella decidió no tomar el medicamento y el tumor creció, sus probabilidades de vida son muy bajas y tendrá que someterse a un sinfín de quimioterapia hasta que se vaya el tumor o se pueda operar. El problema es que con la cesárea está muy débil para iniciar.

Yo: ¡Tengo el corazón para la bebé! - exclamé con alegría.

Mariano: ¿Qué como? - pregunta el asombrado -

Yo: Sí, yo había publicado un vídeo en internet contando lo que pasó y alguien lo vio, y ahora tengo el corazón de mi bebé. Le expliqué acelerada -

Mariano: ¡Enhorabuena, Ale! Nic estará muy feliz cuando despierte, pero no quiero que te emociones mucho. Recuerda que aún se deben hacer exámenes de compatibilidad entre los dos bebés y esperar a que la cirugía salga bien.

Yo: ¿Siempre eres tan pesimista? ¿O solo es conmigo? - pregunté enojada -

Mariano: No es pesimismo, es realismo, Alejandra. Todo lo que te digo es cierto. No te hagas ilusiones, y no se las hagas a Nic, que ya tiene suficiente.

Yo: ¿Crees que no lo sé? Pero si al menos tenemos una posibilidad de que estará feliz. Y por favor, vete. Quiero ver a los bebés sola.

Mariano: Esos niños son la causa de que Nicol no tenga ni el 50% de probabilidades de vida. ¿Lo puedes entender?

Se alejó y me dejó sola. Sé que él la quiere mucho, pero esos bebés son la decisión de ella, y él no tiene derecho a hablar así de los niños, y mucho menos comportarse de esa forma. A veces creo que aún la ama.

Pasaron unos 15 minutos cuando una enfermera vino a decirme que Nic estaba despierta. Así que me dirigí a su habitación para poder verla y darle la noticia.

Al llegar, la vi tirada en esa cama, y se veía tan pálida. Pero aún así, sonríe y me dice: "¿Son hermosos, cierto?" Yo asentí con la cabeza mientras le doy un beso en la frente y le digo: "Son iguales a ti, ¿de qué otro modo serían?" Ella sonríe y toma mi mano. Se hace como puede a un lado de la cama, y yo me acuesto a su lado.

Yo: Te tengo una buena noticia... - le digo mientras tomo su cabello y lo acaricio -

Nic: ¿Qué? ¿Me dirás que no tengo cáncer, que no me voy a morir, y que voy a poder disfrutar de mis hijos por una eternidad? - me dice sonriendo -

Yo: No, amor, aún no. Pero pronto pasará eso, te lo prometo.

Nic: Ya dime qué es, amor - me dice cerrando sus ojos, pues está agotada -

Yo: Tenemos un donante para la pequeña bebé.

Nic: ¿Qué? ¿Eso cuándo pasó? Mi amor, estoy feliz. Eso es mejor que no tener esta enfermedad. - me dice emocionada.

Yo: Sí, lo sé, mi amor. Pronto nuestra niña estará bien.

Le doy un beso en la boca y le digo que descanse, lo cual ella no cuestiona, pues está cansada.

Salgo de la habitación y me dirijo a la sala de espera donde dejé a Margarita y a Vale.

Las veo ahí esperando y les grito: "Ya nacieron y ella está estable". Vale corre hacia mí y me abraza, pero Margarita revienta en llanto y ambas corremos a consolarla.

Margarita está destrozada, pero su decisión es firme. Imagino que no debe ser fácil esa situación. Luego de un par de días, teníamos los resultados en las manos y resulta que sí eran compatibles. Mañana se llevará a cabo la cirugía de la pequeña "Margarita".

Si ese fue el nombre que Nic escogió para nuestra bebé y "Iván" para el niño, ese era el nombre que llevaría el hijo de Margarita. Y pues, el de la niña es en honor a Margarita, porque gracias a ella, nuestra bebé vivirá. Le vamos a estar agradecidos toda la vida por su buen corazón, por su nobleza, pero sobretodo por su valentía.

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Comments

Irma Rocha Cruz

Irma Rocha Cruz

un pequeño rayo de luz entre tanta obscuridad.....

2023-06-27

4

Kelly Sanchez

Kelly Sanchez

me encantó este capítulo ... que buena noticia a pesar de todo

2023-05-08

3

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