Capítulo 20. El grifo malicioso.

Edward, Elena y Dwalin conversaban con el hombre de la aldea atacada por el Grifo y sobre cómo les ayudaría.

-Gracias, gracias - dijo el hombre -. Sois unos héroes.

-No, no lo somos - dijo Edward -. Solo somos unos viajeros que queremos ayudar.

-Pues os lo agradecemos de todo corazón - dijo el hombre -. ¿Cómo os llamáis?

-Yo soy Edward, ella es Elena y él es Dwalin - se presentó Edward.

-Encantado de conoceros. Yo soy Tomás, el alcalde de esta aldea - se presentó el hombre.

-Un placer, Tomás - dijo Edward.

-¿Cuándo vais a ir a cazar al grifo? - preguntó Tomás.

-Mañana por la mañana - respondió Edward.

-¿Y dónde vais a dormir esta noche? - preguntó Tomás.

-No lo sabemos - admitió Edward.

-Pues podéis quedaros en mi casa - ofreció Tomás -. No es muy grande ni muy lujosa, pero es lo menos que puedo hacer por vosotros.

-Muchas gracias, Tomás - agradeció Edward.

-De nada, de nada - dijo Tomás -. Venid conmigo, os enseñaré el camino.

Tomás se levantó del suelo y cogió al niño en brazos. Era su hijo pequeño, que había sobrevivido al ataque del grifo. Los tres amigos le siguieron con sus caballos. Tomás les llevó a su casa, que estaba al otro lado de la aldea. Era una casa modesta pero acogedora. Les mostró una habitación con tres camas y les dijo que podían instalarse allí. Les dijo que podían usar el baño y la cocina cuando quisieran, que se sintieran como en su casa.

-Sois muy amables, Tomás - Agradeció Elena.

-No hay de qué, Elena - dijo Tomás -. Es lo mínimo que puedo hacer por vosotros después de lo que habéis hecho por nosotros.

-No hemos hecho nada todavía - dijo Dwalin.

-Pero lo haréis mañana - dijo Tomás -. Y estoy seguro de que lo conseguiréis. Tenéis cara de ser valientes y fuertes.

-Lo intentaremos - dijo Edward.

-Lo sé, lo sé - dijo Tomás -. Bueno, os dejo que descanséis. Si necesitáis algo, solo tenéis que decírmelo. Estaré en la habitación de al lado con mi mujer y mis hijos.

-Gracias, Tomás - dijeron los tres amigos al unísono.

Tomás les sonrió y salió de la habitación. Los tres amigos se quedaron solos. Se miraron entre ellos y suspiraron.

-Bueno, pues ya está - dijo Edward -. Mañana vamos a cazar al grifo.

-Sí, mañana vamos a cazar al grifo - repitió Elena.

-¿Estáis seguros de que queréis hacer esto? - preguntó Dwalin.

-Sí, estamos seguros - respondió Edward -. No podemos dejar a este pueblo a merced de esa bestia. Tenemos que ayudarles.

-Pero y el cristal del siclo - dijo Dwalin -. ¿No deberíamos ir a buscarlo cuanto antes?

-Sí, deberíamos - admitió Edward -. Pero no podemos ignorar esta situación. Es una cuestión de honor y de justicia.

-Estoy de acuerdo con Edward - dijo Elena -. Además, no creo que perdamos mucho tiempo. El grifo no puede estar muy lejos. Lo encontraremos y lo mataremos rápido.

-Espero que tengáis razón - dijo Dwalin -. Porque si no, puede que nos arrepintamos de esta decisión.

Los tres amigos se prepararon para dormir. Se quitaron la ropa y se metieron en las camas. Apagaron la luz y cerraron los ojos. Intentaron relajarse y olvidarse de todo. Pero no pudieron. En sus mentes solo había una imagen: la del grifo. Una bestia mitad león, mitad águila. Con garras afiladas, alas poderosas y un pico mortal. El enemigo al que se iban a enfrentar al día siguiente.

A la mañana siguiente, Edward y Dwalin se levantaron temprano. Se vistieron con sus armaduras y cogieron sus armas. Edward llevaba una espada larga y Dwalin llevaba un hacha de doble filo y su escudo. Se despidieron de Elena, que se quedaba en la aldea para cuidar de los heridos y de los niños. También se despidieron de Tomás y de su familia, que les agradecieron una vez más su ayuda y les desearon buena suerte.

-Que la fuerza os acompañe - les dijo Tomás.

-Y que la sabiduría os guíe - les dijo su mujer.

-Y que el valor os inspire - les dijo su hijo mayor.

-Y que el amor os proteja - les dijo su hijo pequeño.

Los tres amigos se emocionaron al escuchar esas palabras. Les dieron las gracias y les abrazaron. Luego montaron en sus caballos y salieron de la aldea. Se dirigieron hacia el bosque, donde supuestamente vivía el grifo.

Los dos amigos cabalgaron y ascendieron la montaña hasta llegar al bosque el bosque, siguiendo las huellas del grifo. Eran unas marcas profundas en el suelo, que indicaban que la bestia era pesada y poderosa. También vieron algunos árboles rotos y algunas ramas caídas, que indicaban que la bestia era grande y ágil. Y también vieron algunos restos de animales muertos y despedazados, que indicaban que la bestia era feroz y hambrienta.

-Este grifo no es normal - dijo Dwalin -. Tiene algo raro.

-¿Qué quieres decir? - preguntó Edward.

-No lo sé - admitió Dwalin -. Pero siento una energía oscura en él. Como si estuviera poseído por algo malvado.

-Quizás tenga razón - dijo Edward -. Quizás este grifo tenga algo que ver con el Maestro de Armas.

-¿El Maestro de Armas? - se sorprendió Dwalin -. ¿Qué tiene que ver él con esto?

-No lo sé - reconoció Edward -. Pero, anteriormente he luchado contra criaturas bajo su influencia. Y se que quiere impedirnos encontrar el cristal del siclo. Tal vez haya enviado a este grifo para retrasarnos o para eliminarnos.

-Puede ser - aceptó Dwalin -. Pero no lo conseguirá. Nosotros somos más listos que él.

-Eso espero, Dwalin - comento Edward.

Los dos amigos siguieron avanzando por el bosque, cada vez más cerca del grifo. Hasta que lo vieron. Estaba posado sobre una roca, mirando al horizonte. Era una criatura impresionante. Tenía el cuerpo de un león, con un pelaje dorado y una cola larga. Tenía la cabeza de un águila, con un pico curvo y unas plumas blancas, sus alas eran enormes, con unas plumas marrones y unas garras afiladas, sus ojos eran rojos y brillaban con una luz maligna.

-Es él - dijo Edward -. Es el grifo.

-Sí, es él - confirmó Dwalin -. Y no parece muy amigable.

El grifo los vio y emitió un rugido ensordecedor. Batió sus alas y se lanzó hacia ellos. Los dos amigos se prepararon para el combate. Desenfundaron sus armas y se pusieron en guardia.

-¡Vamos a por él! - gritó Edward.

-¡Sí, vamos! - gritó Dwalin.

Edward espoleó a su caballo y se lanzó hacia el grifo, Dwalin le siguió. Edward levantó su espada y lo bloqueo el ataque del grifo mientras se acercó al grifo y le asestó un hachazo en la pata trasera. El grifo chilló de dolor y se giró hacia él. Le mordió el brazo con su pico y lo lanzo por los aires.

Los dos amigos se enfrentaron al grifo con valentía y determinación. El grifo los atacó con furia y crueldad. Les arañó con sus garras, les picoteó con su pico y les sopló con su aliento. Los dos amigos se defendieron con habilidad y destreza. Le cortaron con sus espadas, le golpearon con sus escudos y le clavaron sus dagas. El grifo aguanto con fuerza y resistencia. Les hizo retroceder con sus alas y les mordió con sus dientes. Los dos amigos se apoyaron mutuamente y se animaron el uno al otro. Le hicieron frente con coraje.

La batalla duró varios minutos, que parecieron horas. El grifo y los dos amigos se infligieron heridas y daños. El grifo sangraba por varias partes de su cuerpo. Los dos amigos tenían cortes y magulladuras en sus brazos y piernas. Pero ninguno de los dos bandos se rendía ni se retiraba. Seguían luchando con determinación y voluntad, pero Edward notaba que algo lo limitaba, su espada, no era lo suficientemente resistente para aguantar todo su mana y potencial.

Eventualmente Edward se canso y concentró una pequeña parte de su poder en su espada entonces con un ataque rápido, fugas y preciso, desenvaino su espada atacando al grifo que venía a por el. El espadachín se traslado en un parpadeo detrás del grifo emitiendo un sonido titilante. El grifo cayó muerto casi cortado a la mitad, pero la espada de Edward se quebró. Inmediatamente después de su muerte una malicia salió del grifo y se esfumó en el aire.

Ambos se felicitaron por la victoria y regresaron con la cabeza del grifo y todo el pueblo estaba impresionado al ver a los valientes aventureros llegar victoriosos.

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Comments

❊Andy Munf

❊Andy Munf

Muy Star Wars está la frase. Al estilo de los Jedi: "Que la Fuerza te acompañe"

2023-10-22

41

mayic

mayic

buena pelea otro poco y no la cuentan

2023-07-17

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