Capítulo 4. Nada mejor como el hogar.

Ya habían pasado la falda de la montaña, ambos, el maestro y su aprendiz avanzaban a través de las cordilleras heladas, enfrentándose a una serie de desafíos e impasses en su camino. La fría y gélida nieve cubría el suelo, y los vientos feroces hacían que el avance fuera peligroso y difícil.

El frío extremo también empezó a afectarlos, incluso con sus ropas de abrigo, sus dedos y narices pronto se entumecieron. Habían llevado provisiones suficientes, pero el viaje había sido más largo de lo esperado, y su suministro de alimentos empezaba a disminuir.

A medida que avanzaban, se encontraron con varios obstáculos, como grandes lagunas congeladas que debían cruzar con cuidado y acantilados traicioneros que abrían camino debajo de ellos. Pero lo que más los preocupaba era la falta de señales de vida. Ni siquiera un animal se había cruzado en su camino, lo que indicaba que no había comida disponible.

A medida que avanzaban, la nieve se hacía más profunda, lo que dificultaba el caminar. La superficie resbaladiza hacía que, a menudo, perdieran equilibrio y se deslizaran hacia abajo. Edward se cayó y se raspó la piel en varias ocasiones, pero a Celadon a pesar de los contras, fuera como si ya hubiera pasado por esto más de una ves.

Finalmente, su camino se encontró con una gigantesca montaña de hielo, que era casi imposible escalar.

-Es ora de que nos separemos amigo, espérame en casa. Ordeno Celadon a Arón con suavidad. Entones, su gran lobo gris se alejo de ellos y en un aullido se desapareció entre la nevada.

Era su única opción, así que decidieron ascenderla. Edward y Celadon usaron ganchos para escalar la montaña, pero una vez llegaron a la cima, se enfrentaron a otra dificultad: la nieve era tan profunda que no podían encontrar una ruta segura para bajar.

Edward propuso hacer un improvisado trineo con los ganchos usados para escalar la montaña y así buscar una pendiente más suave para descender. Esto resultó ser una excelente solución, y en poco tiempo estaban descendiendo sobre la nieve con relativa seguridad.

Finalmente, después de varios dos días de viaje, los exploradores llegaron al pie de la cordillera y pudieron descansar en una pequeña cabaña de montaña, donde encontraron alivio y abrigo del frío viento Helado.

Mientras se recuperaban y calentaban en la cabaña, Edward y Celadon discutieron su plan para continuar hacia su destino. Edward le preguntó a Celadon hacia dónde iban. Le respondió con seguridad que estaban cerca de su meta y que llegarían al medio día siguiente.

Después de haber descansado lo suficiente, ambos continuaron su camino, pero ahora Edward después de escuchar a su maestro tenía una mayor determinación. A medida que se adentraban en la siguiente parte del territorio, encontraron varios desafíos, incluyendo fauna salvaje, como un par de lobo de invierno.

Pero no se rindieron y continuaron avanzando en su misión. Finalmente, a mediados de la noche llegaron a un gran fuerte en medio de la tundra. Ambos se pararon frente a su gran portón, era oscuro como la noche con grandes piezas de hierro fundido y extraños diseños.

Celadon chiflo de una única manera. Entonces estas se abrieron crujiendo lentamente. Al otro lado se veía la figura de un hombre alto, a lo que Celadon reaccionó dándole un abraso.

-Alfred viejo amigo. -Exclamo Celadon mientras avanzaba.

-¡Celadon! - exclamó el hombre alto, evidentemente emocionado por ver a su viejo amigo y maestro. Su voz retumbó en el aire frío y seco - ¿Qué te trae por aquí, después de tanto tiempo?

Celadon le explicó todo, desde su aventura a través de las montañas, su objetivo final y su joven alumno Edward, quien estaba de pie junto a él.

-Me complace verte de nuevo amigo mío, y como siempre, estaré encantado de ayudarte en todo lo que pueda - dijo Alfred con una sonrisa sincera.

Los tres entraron al castillo, donde Celadon y Alfred se pusieron al día mientras Edward exploraba el interior del castillo.

En ese momento un hombre de avanzada edad, pero corpulento, atravesó de entre todos los presentes hasta llegar a Celadon.

-He vuelto maestro Garren. -Dijo Celadon inclinando la cabeza.

-¿Que tal el trabajo? Preguntó el hombre dándole un abrazo.

-¿La mantícora? Un fastidio, pero aquí está.

Tomo su bolsa que estaba sobre la mesa y sacó un trozo de tela con el corazón de la mantícora en ella.

-Perfecto, ahora me hablaras sobre ese chico que trajiste contigo.

Celadom le explico a Garren lo sucedido y como habían terminado las cosas. Este entendió, pero le advirtió a Celadon que si Edward quería seguir acompañándolo y unirse al gremio tendría que prepararse más de lo que su viaje le había enseñado. Después de todo, cosas peores suceden en la cotidiana vida de personas como ellos.

Edward sabía que su viaje había sido una buena lección sobre las habilidades que necesitaba perfeccionar, por lo que decidió dedicar tiempo a su entrenamiento antes de emprender su próxima misión.

Todos los días junto con la ayuda de Celadon comenzaría el verdadero entrenamiento mientras estuviera en el fuerte. Comenzó mejorando su condición física y su resistencia, corría varias millas a través del frío paisaje tundrense con un pesado chaleco de entrenamiento y su equipo de caza a cuestas. También, levantaba pesas para construir fuerza. Además, practicaba diferentes técnicas de combate y defensa durante varias horas cada día.

Luego, dedicó tiempo a perfeccionar sus habilidades de navegación y seguimiento. Aprendió a interpretar las pistas del bosque y cómo utilizarlas para seguir el rastro de su presa. También, mejoró sus habilidades para moverse sigilosamente y para camuflarse, lo que le permitiría acercarse a su objetivo sin ser detectado.

Hubo un día en el que Edward tuvo curiosidad del pasado de Celadon, quería saber que llevó a Celadon a este mundo de caza monstruos y buscar tesoros. Entonces fue cuando se acercó a Alfred y le preguntó. Este contestó que era complicado, pero una vez tuvo un amigo inseparable, cual perdió en una redada contra un grupo de bestias salvajes. Se dice que en el pasado Celadon era un noble. Pero no se sabe con exactitud cómo terminó aquí. Al saber todo esto Edward se sorprendió.

-¿Un noble? ¿Celadon era un noble? - preguntó Edward con incredulidad.

-Así es, muchacho. Celadon era el hijo de un conde muy rico y poderoso. Tenía una vida de lujo y privilegio. Pero también tenía un espíritu aventurero y rebelde. No le gustaba la vida de la corte ni las normas de la sociedad. Quería explorar el mundo y vivir sus propias experiencias - dijo Alfred con nostalgia.

-¿Y qué pasó? ¿Cómo acabó siendo un cazador de monstruos? - preguntó Edward con curiosidad.

-Bueno, eso es una historia larga y triste. Celadon se escapó de su casa cuando tenía tu edad. Se unió a una banda de mercenarios que viajaban por el mundo buscando tesoros y peligros. Fue allí donde aprendió a luchar y a sobrevivir. También fue allí donde conoció a su mejor amigo y compañero, Lancelot - dijo Alfred con tristeza.

-¿Lancelot? ¿Quién era Lancelot? - preguntó Edward con interés.

-Lancelot era un joven mago que también había huido de su hogar. Era el hijo de un gran maestro de la academia de magia, pero no quería seguir sus pasos. Quería usar su magia para ayudar a los demás y para descubrir los secretos del mundo. Era muy inteligente y valiente, pero también muy imprudente y temerario - dijo Alfred con admiración.

-¿Y qué pasó con él? ¿Dónde está ahora? - preguntó Edward con ansiedad.

-Lamentablemente, Lancelot murió hace unos años en una redada contra un grupo de bestias salvajes. Fue una emboscada terrible. Celadon y Lancelot eran los únicos supervivientes de su banda. Lucharon juntos hasta el final, pero Lancelot recibió una herida mortal. Celadon lo llevó hasta a cuestas hasta aquí, tratamos de curarlo, pero fue en vano. Lancelot le pidió que le prometiera que seguiría viviendo y buscando aventuras. Celadon le prometió que lo haría y le cerró los ojos - dijo Alfred con lágrimas en los ojos.

-Qué trágico... - dijo Edward con compasión.

-Sí, lo fue. Desde entonces, Celadon cambió mucho. Se volvió más serio y solitario. Dejó de buscar tesoros y se dedicó a cazar monstruos. Dijo que era su forma de honrar la memoria de Lancelot y de proteger a los inocentes. También dijo que quería encontrar al responsable de la emboscada y vengarse - agregó Alfred con preocupación.

-¿Y lo encontró? - preguntó Edward con intriga.

-No lo sé, muchacho. No lo sé... - dijo Alfred con misterio.

Después de escuchar la historia de Celadon, su maestro, Edward entendió porque no quería llevarlo consigo al inicio de conocerse. Temía por la protección de Edward. Entonces el joven muchacho, le dedicó más seriedad al entrenamiento, creciendo como un verdadero caza monstruos.

Hizo práctica de tiro frecuentemente, tanto con arco como con armas arrojadizas. Se aseguró de que su puntería fuera precisa y de que pudiera disparar desde diferentes posiciones y distancias.

Además, asistió a clases donde aprendió técnicas de supervivencia y primeros auxilios. Aprendió cómo sobrevivir en el desierto sin comida ni agua, cómo construir refugios, iniciar fuegos y cómo tratar lesiones comunes.

Edward también trabajó en su resistencia mental, practicando la meditación y la visualización. Visualizó su éxito en su próxima misión y se mentalizó en lograr su objetivo.

Por último la mágia. El anciano Ulfrick el especialista en mágia del gremio le enseñó a cómo comprender y usar su potencial, Edward tenía una gran reserva de mana en su cuerpo cosa que lo hacía codiciado por muchos peligros, así que se preparó fuertemente en esta área hasta que pudiera dominarla apropiadamente. Al menos al punto de poder usar el treinta porciento de todo su poder. Pero le advirtieron que si sobrepasaba ese límite no quedaría nada de él.

Finalmente, luego de meses de entrenamiento, Edward estaba listo para su próxima expedición. Se sentía más fuerte, más ágil, más sabio y más preparado para enfrentar cualquier desafío que pudiera surgir en su camino. Incluso ganó un aspecto más varonil y su cabello había ganado en largo. Había crecido de joven, a hombre.

Una noche, en una gran nevada, llego un mensajero del reino advirtiendo y pidiendo ayuda sobre una extraña criatura que diezmaba pueblos enteros al otro lado del continente, nada quedaba vivo a su paso. Así que Garren seleccionado a Celadon y Edward los embarco en esta peligrosa misión, hacían llamar a la criatura "El maestro de armas".

Más populares

Comments

❊Andy Munf

❊Andy Munf

La muerte es triste para los que quedan,
El que se va, cesa su sufrimiento.

2023-08-15

42

Total
Capítulos

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play