#13

E: ¿Para qué me está dando esta tarjeta negra? Le pregunta Escarlata con su mal genio.

D: Esta tarjeta es tuya Escarlata, — Puedes comprar con ella lo que quiera, no tiene límite. Le responde Diego, dándole un abrazo y un beso, para suavizarla.

E: No la quiero. Le dice Escarlata, empujándolo y poniéndose en otro lado.

Diego vuelve adonde ella, otra vez, la abraza, le da un beso en la frente, diciéndole:

D: ¿Escarlata hicimos un trato, recuerda?— Y como te había mencionado antes, parte del trato, es que tú vas a tener muchos beneficios.

Escarlata otra vez, se puso roja del coraje y le responde:

E: Pero a mí no me interesa lo material— Te dije muy claro, que el trato lo iba a hacer, para darte

una lección.

D: Antes de tu decirme eso— Yo a ti, te lo cité primero, de que tú vas a tener muchos beneficios y la palabra (beneficios) también está incluido en el trato. Le responde Diego, poniendo detrás de su oreja, un mecho de su rojo pelo.

Escarlata poniendo sus manos en su cintura le pregunta mirándolo fijamente:

E: ¿Y si te gasto todo el dinero?

D: No importa, puede gastarlo todo— Es tuyo. Le responde Diego, otra vez, abrazándola y dándole un beso, pero esta vez, en la boca.

E: Trato hecho. Le dice Escarlata, roja del coraje.

D: Gracias. Le dice Diego sonriendo.

Luego, Diego está llevando a Escarlata hacia su casa. En todo el camino, él, la miraba, pero ella, durante el transcurso, lo ignoraba. Cuando llegaron, el cómo todo un caballero, le abre la puerta y entra con ella a la casa.

Clara: Hija que bueno que llegaste.

D: Saludo señora Benner.

Clara: Como esta joven, por favor tome asiento.

D: Gracias, pero no puedo quedarme, tengo otros asuntos que atender. Le dice Diego, con sus manos puesta dentro de sus bolsillos.

Cuando Escarlata escucho a Diego, ella lo dejó solo con su madre, y se fue sin despedirse a su dormitorio. Pero Diego, sin importar que estaba en casa ajena, le dice a la madre de Escarlata:

D: Con permiso, señora Clara.

La mamá de Escarlata:

C: Si pase.

Y como pedro por su casa, sigue a Escarlata, y sin permiso entra a su habitación. Encontrando, a Escarlata acostada boca abajo en su cama. Él se le sube encima de ella y la abraza, le da un beso en la nuca, y le pregunta:

D: ¿Qué pasa, amor?

E: Nada, solo estoy cansada.

D: ¿Quiere que me quede contigo?

E: No, por favor ya vete— Que tengo que hacer muchas cosas.

D: ¿Segura, no quiere que me quede?

Escarlata con su mal carácter:

E: Diego, muéveeete, que me voy a levantar.

Diego se mueve y se sienta en la cama de Escarlata a observarla. Ella se levanta, camina adonde está su peinadora, coge una goma y se hizo una cola en el pelo. Diego sentado, empieza a mirar la sencilla habitación de ella. Observando que su habitación es pequeña, tiene su juego de habitación también de color blanco, con muchos peluches y un marcos múltiple, con muchas fotografías de Escarlata.

Escarlata saca una ropa de su gaveta, entra a su baño. Mientras que Diego se para de la cama, a observar todas las fotografías de Escarlata. Mira que ella tiene fotos con sus amigas, y frunce su ceño, al ver que ella también, está retratada con varios chicos, entre ellos uno muy conocido por él. Escarlata sale del baño y le dice:

E: ¡Diego, todavía tú está aquí— Ya vete! Le dice Escarlata, con su cara enojada.

Él le ve la cara, y sabe que algo le está pasando.

D: ¿Me puede decir lo que te pasa?

E: No. Vete— Después hablamos. Le responde Escarlata, empujándolo por la espalda, para que el se vaya.

Diego, firme y sin moverse por los empujones de Escarlata:

D: No. No me voy— ¿Dime que te pasa?

Escarlata abre la puerta de su habitación, se pone detrás de él, y camina, empujando a Diego, fuertemente, hasta la sala.

Alcanzando la mamá de Escarlata, mirarlos a los dos y:

C: Escarlata, no trate así a Diego.

E: Es que ya Diego se va mama, lo estoy ayudando a irse. Le dice Escarlata, haciendo muchísima fuerza.

D: Yo no me quiero ir, mama. Le responde Diego, tratando de quedarse.

C: Puedes quedarte el tiempo que quiera, hijo.

Escarlata se pone más roja a escucharlo a los dos:

D: Está bien, amor, cálmate— Ya me iré— Pero estaremos en contacto, ok. Le dice Diego, dándole un tierno beso.

Sin embargo, desde que Diego pone su pie, fuera de la casa, Escarlata rápidamente cierra la puerta de la casa poniéndole seguro.

Escarlata

Después que Diego se marchó, mi madre entro y me pregunta cómo me encontraba, omití muchas cosas y ella me dice:

C: Hija, tiene que tener paciencia con el.

E: No puedo mami, me enamoré de un mujeriego.

C: No lo justifico, — Pero el cada día, está luchando con ese mal hábito.

E: ¿Cuál habito mami?

C: No sé, hija, cosas mía.

Triste:

E: Pensé que él se estaba enamorando de mí, mami.

C: Él lo está hija, por favor ten paciencia.

Luego, mi mamá sale de mi habitación. Llore y llore porque me sentía usada, pero si él quiere jugar, pues, juguemos.

Por otro lado.

A: Hola honey, al fin llegaste me tenías abandonada.

D: He tenido mucho trabajo.

Diego llevaba varios años saliendo con Amanda, aunque ella y todas las mujeres saben que él, solo la quiere para pasar momentos, aun así, todas ellas les eran fiel y se enamoraban de él.