#11

Diego, abraza a Escarlata y la mira a los ojos:

D: Escarlata.

E: Umm.

D: Gracias, por permitirme ser el primero en tu vida— De todo corazón, será inolvidable en mi memoria.

A escucharlo, ella le da un beso y:

D: Me encanto amor.

Sin embargo, Escarlata se queda callada, pero se abrazan fuertemente besándose sin quererse despegar, a los pocos minutos, encima del pecho de Diego, ella se queda dormida.

Al siguiente día,

En silencio ambos se despiertan, mirándose fijamente uno al otro a los ojos, con sus miradas que dicen más que mil palabras y con ternura, Diego nuevamente la besa, se abrazan, sin quererse soltar. Luego, los dos se levantan y juntos se bañan, haciendo otra vez, con amor debajo de la ducha y cuando terminan; Diego inmediatamente se cambia, con unos pantalones cómodos, una franela blanca y su cabello húmedo, sentado en la cama y muy pensativo, observando la sábana blanca, manchada de sangre esperando por Escarlata. No obstante, a Escarlata no tener más ropa, opta por ponerse una camisa de Diego, que le quedaba justamente debajo de sus pompis. Puesto que saliendo del walking closet, ella camina y en silencio se detiene poniéndose frente a Diego. Puesto que el, sonríe y la hala, entrándola adentro de sus piernas y enseguida la abraza y estado con su cabeza pegada al pecho de Escarlata, le pregunta:

D: ¿Te duele?

Tocando el pelo de Diego:

E: Solo me duele un poco, pero me siento bien.

Dicho eso, Diego le da un beso a su vientre y:

D: Siento mucho tu dolor, amor.

Mira hacia arriba, para mirarla y:

D: Escarlata, favor mírame a los ojos.

Escarlata lo ve, y él también a ella.

D: Amor, vayamos a desayunar, para que te tome un calmante para el dolor— Pero— Te vas a encontrar con dos mujeres, Escarlata, que te juro por Dios, que yo no tengo, y nunca he tenido nada con ellas.

Nuevamente del coraje, Escarlata se pone roja, diciéndole:

E: Diego, cualquier gesto o señal, que yo vea de ti, y de ellas, — Te juro que tú vas a ser hombre muerto— Porque no es verdad, que voy a aceptar, — Que tú esté trayendo mujeres, estando yo aquí yo presente.

D: Tranquila, amor, ahora mismo te la presento. Le dice Diego, con una leve sonrisa en su rostro.

Se levanta y tomados de las manos, salieron de la habitación. De modo que Escarlata pudo notar, que hay mucho dormitorio, alrededor del pasillo. Luego, mira a las dos mujeres, una joven y otra media mayor, arreglando el comedor.

D: E: Buenos días.

Empleadas: Buenos días.

D: María y Marta le presento a la señora Escarlata. Le dice Diego, mirando a Escarlata.

María: Mucho gusto, señora.

Marta: Es un placer servirle, señora Escarlata.

E: Muchas gracias, pero por favor, no me digan, señora, — Solamente llámenme por mi nombre, Escarlata. Le dice ella, abrazándolas.

Marta: Señor, señora, — Perdón Escarlata, sus desayunos, están listo.

D: E: Gracias.

Enseguida, ambos estaban sentados desayunando y de vez en cuando, Diego le daba de comer a Escarlata con su propio tenedor, ella también hace lo mismo.

Pero cuando terminan de comer, Diego seriamente la mira y:

D: Escarlata— Quiero que usé el mejor método anticonceptivo. Le dice Diego, mirando fijamente a los ojos de ella.

E: No te preocupes, — Hoy mismo iré a un doctor, para que me recomiende el más conveniente, — Porque la verdad, ni loca, quiero yo tener hijos contigo. Le dice Escarlata, tomándose tranquilamente un poco de jugo.

No obstante, su respuesta hace incomodar a Diego, y la mira sin expresión en su rostro:

D: Solo te lo dije, porque todavía está muy joven Escarlata y antes de que tú tengas hijos, — Primero te quiero tener, unos años para mí solamente.

Terminando de decirle esas palabras, Diego la agarra de la mano y le da tierno un beso. Pero ella le sacude su mano, diciéndole:

E: Te recuerdo, que nuestro trato es, — Que yo no voy a ser, solamente tuya tarado.

Haciendo de que a Diego, nuevamente se le vaya la expresión, mirándola fijamente enojado.

Escarlata

Después, para conocernos más, nos pasamos el día completo juntos. De hecho, Diego ni un solo instante se despegó de mí y me llevo al médico. Pero por recomendación del doctor, me puso la inyección anticonceptiva. Luego, otra vez volvimos a la casa y Diego me cuidaba, me consentía y no lo puedo negar, él es muy cariñoso conmigo. Para hacerle sincera, no me arrepiento haberme entregado a él, debido a que siento que me he enamorado y lamentablemente creo que lo amo también. Aunque sé que este tarado, no se merece ni gota de amor de mi parte. Sin embargo, conmigo, él no la tendrá tan fácil, porque a través del tiempo, le voy a enseñar a respectar los sentimientos de una mujer.

Pasaron las horas y llega noche, Diego y yo estamos sentados y abrazados frente a la chimenea, cuando:

D: Amor.

E: Umm

D: Piénsalo bien, — Tú no eres igual que las demás. Me dice Diego, dándome un beso en el mi hombro.

E: Yo sé que no. Pero, — ¿Por qué lo dice? Le pregunta Escarlata, echando su cabeza hacia donde él.

D: Anoche, me entregaste tu virginidad, — No me puedo imaginar y mucho aceptar que tú estés con otro hombre, Escarlata. Le responde Diego, con un tono de voz, bastante molesto.