#8

E: Bienvenida mi niña hermosa, siéntate como en tu casa. Le dice Diego, dándole el paso a Escarlata.

D: Gracias— ¿Tú vive solo o con alguien más? Le pregunta Escarlata, mirando todo a su alrededor.

D: Vivo solo cariño. Le responde Diego, con una leve sonrisa en su cara.

Escarlata

— La casa es enorme, con terreno y todo, es de tamaño de 5 manzanas. Además, tiene una inmensa sala y todas las paredes, más todos los mobiliarios son de color blanco, con conceptos abiertos y un grandísimo comedor para muchas personas, también, la cocina es grande, blanca y hermosa, con una gran isla en el medio. De manera que en otra área, hay otra sala abierta y blanca, con una preciosa chimenea y una gran alberca adentro, también un hermoso y grande bar. Incluso puedo ver que tiene un gran despacho, que creo que lo usa, este tarado.

Esta mansión es hermosa, tiene de todo, y yo dudo que él, viva aquí solo— No le voy a negar que estoy nerviosa, debido a que este imbécil, me encanta. Sé que él me trajo a su casa para acostarse conmigo. Pero de igual manera sé, que su jueguito de amigo, con derecho y sin derecho amoroso, es una locura, pero lo acepte. Para darle un poco de su propia medicina a este mujeriego.

Bueno, en este momento, Diego está sirviendo whisky en dos copas y con una mirada y sonrisa seductora me pregunta:

D: ¿Entonces tus condiciones son, no meterme en tu vida— Y la otra es, que yo no interfiera a que tú estés con otros hombres? Le pregunta Diego, muy serio, pasándole una copa de whisky a Escarlata.

E: Correcto. Le responde Escarlata, sentada con sus piernas cruzadas y mirándose las uñas de sus manos.

Diego se pasa la mano por su pelo y se sienta con sus ceños fruncido, en otro sillón, mirando fijamente a Escarlata, diciéndole:

D: Escarlata me la está poniendo difícil.

E: ¿Cómo difícil, por favor, explícame? Le dice Escarlata, cruzando sus brazos y haciéndose la que no entiende nada.

D: A mí no me gusta compartir a mis mujeres, Escarlata. Le dice Diego, tomándose un trago.

E: Anja, ¿Tú sí y yo no?— Tú sí puede tener muchas mujeres y yo no puedo tener a muchos hombres. Le dice Escarlata, sentada de brazo cruzado.

D: Por favor, no me ponga en esta situación. Le contesta Diego, sin una sola expresión en su rostro.

E: Pues— ¿Ponte mis zapatos y sabrá que es la empatía? Le dice Escarlata, echándose su pelo hacia un lado.

D: ¿Por qué quiere estar con otros hombres, si conmigo es suficiente? Le pregunta Diego, mirándola a los ojos y con una cara de seriedad.

E: ¡Porque nunca he tenido una propuesta tan indecente, como me la está proponiendo tú! Le exclamo Escarlata, con la cara roja del coraje.

D: Perdóname por mi propuesta, pero tú me gustas Escarlata— Yo quiero estar contigo— Pero te estoy siendo sincero— Yo no tengo sentimientos y no sé estar con una sola mujer. Le responde Diego, recostando su cabeza en el sillón y sobándose el mismo con sus dedos su sien.

E: Problema tuyo, si tú dices que tú no te enamora, — Entonces eso a ti, no te debería de afectar— Si yo hago lo mismo que tú. Le dice ella firmemente.

D: Es cierto, yo no me enamoro, — Pero no sea tan ruda conmigo, — Me la está poniendo difícil Escarlata. Le dice Diego, mirándola fijamente a su ojos.

E: ¿En qué nos diferenciamos dime? Le pregunta Escarlata, cruzando sus brazos.

D: En que tú no eres como yo, Escarlata— Yo soy un sinvergüenza y tú eres una muchacha de tu casa. Le responde Diego, sin pestañear.

E: Por lo menos, reconoce lo que eres, — Sin embargo, las personas cambia. Le dice Escarlata, con una leve sonrisa en su rostro.

D: Escarlata. Le dice Diego muy serio.

E: Tú decide— Si quiere estar conmigo, será con esas condiciones. Le dice Escarlata, mirando nuevamente sus uñas.

Sentado frente a ella, Diego se tomó otro trago, mirando con el ceño fruncido a Escarlata, que está muy tranquila, tarareando una canción muy cómoda sentada.