CAPÍTULO 17

Fabrício Lutero

Después de que Pepi apaga su teléfono y Guilherme sigue sus órdenes, sigo observando a mi pequeña. La veo salir del bar hacia la pista de baile y se topa con un hombre. El hombre la mira como si ya la conociera, pero no es una simple mirada, es una mirada de deseo y hambre. Andrea le dice algo y es arrastrada por su amiga Sara, definitivamente tengo que agradecerle a Sara por eso. Pepi, quien estaba observando todo ese movimiento conmigo, dice:

Pepi: Voy a apartar a su amiga del camino, aprovecha la oportunidad.

💭 Fabrício: Como si necesitara que alguien me cree oportunidades. Conozco muy bien a mi amigo Pepi, le gusta Sara.

Fabrício: ¿Una oportunidad? Lo dudo...

Pepi me sonríe de medio lado y se va, acena a Sara y cuando ella lo ve, él la llama. Veo a Sara decir algo a Andrea y dirigirse hacia Pepi, mientras que Andrea se dirige al baño. Bajo las escaleras y la sigo, cuando me acerco veo a una mujer agarrándole el brazo con fuerza y diciéndole cosas desagradables.

Mujer: Escucha aquí, zorra hambrienta, no te atrevas a acercarte a Ricardo.

Andrea: ¿Qué? ¡Ester! ¿Qué haces aquí?

Mujer: No finjas, te vi claramente coqueteando con Ricardo.

Andrea: Estás loca, ni siquiera sé de qué estás hablando.

Cuando veo que levanta la mano para golpear a Andrea, no me contengo y agarro su brazo con tanta fuerza que seguramente le quedará marcado. No tengo el hábito de golpear a las mujeres, a menos que sea en la cama, pero esta mujer se merece unos golpes. Le pregunto a Andrea si está bien, ella me mira por unos segundos, me dedica una hermosa sonrisa y dice:

Andrea: ¡Mi héroe! Y luego se desmaya.

Me resulta divertida la forma en que habla, no puedo evitar sonreír ampliamente. Sujetando el brazo de la mujer que ya estaba armando un escándalo, levanto en brazos a mi pequeña.

💭 Fabrício: Hoy dormirás en mis brazos.

La llevo al estacionamiento donde está mi coche, la acuesto en el asiento de atrás, entro y me dirijo hacia mi mansión. En el camino, le envío un mensaje a Pepi.

*Mensaje*

Fabrício: Andrea se desmayó, la estoy llevando a mi casa. Asegúrate de calmar a Sara, porque desde aquí no se va a mover.

Pepi: De acuerdo. No te preocupes.

Llego a la mansión con Andrea en mis brazos y Solange me está esperando en la puerta, ya con el pijama puesto.

Solange: Por Dios, señor, ¿qué pasó?

Fabrício: Solo se desmayó.

Solange: ¿Quieres que prepare la habitación de invitados?

Fabrício: No es necesario, se quedará en mi habitación.

En ese momento, Andrea coloca sus brazos alrededor de mi cuello y se acomoda en mi pecho. La miro con una sonrisa tonta, Solange solo observa pero no dice nada. Me doy cuenta de la mirada de Solange, carraspeo y subo las escaleras con Andrea en brazos. La acuesto con cuidado en mi cama e intento soltar sus brazos de mi cuello, pero ella aprieta aún más sus brazos alrededor de mi cuello, obligándome a acostarme junto a ella. Pasa una pierna sobre la mía y quedo atrapado. Aparto algunos cabellos de su rostro y me quedo admirando su belleza.

💭 Fabrício: ¿Cómo puedes ser aún más hermosa durmiendo?

Acaricio su cabello y pronto me duermo también con ella en mis brazos.

*Todavía en el bar*

Me dirijo hacia el hombre que me llamó. Qué chico guapo.

Hombre: Buenas noches, princesa, soy Saimon Smith, pero puedes llamarme Pepi.

Sara: Mucho gusto, Pepi, soy Sara Montessori.

Pepi: Mucho gusto, Sara. ¿Qué estás bebiendo?

Sara: Tequila.

Pepi: Camarero, tráigame otro whisky y un tequila para ella.

Mientras conversamos, lo miro de arriba a abajo. Es blanco, mide 1,80 m de altura, tiene el pelo rubio peinado hacia atrás, ojos azules. Lleva pantalones negros de vestir y una camisa blanca ajustada que resalta su físico, y puedo decir que es extremadamente fuerte.

Pepi: Entonces, Sara, ¿qué te parece esta nueva discoteca?

Sara: Muy buena, ambiente y música agradable, gente guapa. Solo que el diseño está un poco trillado y el espacio mal planeado. Y tú, ¿qué piensas de ella?

Pepi: Bueno, considerando que fui yo quien diseñó y planeó el espacio, me siento un poco ofendido.

Sara se pone roja al instante y Pepi encuentra gracia en la situación.

Sara: Perdón, no quise ofenderte ni menospreciar tu trabajo, pero estoy graduada en arquitectura y diseño, así que tiendo a observar este tipo de estructuras y me excedí hablando.

Pepi: No te preocupes, luego me darás algunos consejos para mejorar este lugar y todo estará bien.

El celular de Pepi suena, es un mensaje de Fabrício diciendo que está llevando a Andréa a casa y que él calme a Sara. Pepi responde con un "Ok" y guarda el celular en el bolsillo.

Pepi: Entonces, Sara, ¿vamos a la pista de baile?

Sara: Solo un momento, estoy esperando a que mi amiga regrese del baño.

Pepi: Está bien, como quieras.

Pepi ve a cuatro hombres entrando al club y reconoce a uno de la mafia rival. Su instinto de supervivencia se activa de inmediato, pero no puede iniciar un tiroteo y arriesgarse a lastimar a Sara, así que toma a Sara del brazo, hace una señal a los guardias y se dirige hacia la salida de emergencia.

Sara: ¿Qué estás haciendo? ¡Suelta!

En ese momento, Sara escucha los disparos y se agacha. Pepi se da cuenta de que está en estado de shock, la carga sobre su hombro y sale de allí lo más rápido posible mientras los guardias les cubren.

Ya dentro del auto, lejos del lugar, Sara recupera la conciencia y grita:

Sara: ¡DETÉN EL AUTO! ¡TENEMOS QUE VOLVER, MI AMIGA ESTÁ ALLÍ!

Pepi: Calma, Andréa está segura, mi preocupación ahora es tu seguridad.

Sara: No recuerdo haber mencionado el nombre de Andréa.

Pepi: Y tú no lo hiciste.

Sara: Entonces, ¿cómo sabes su nombre?

Pepi: Te lo explicaré después, solo te pido que confíes en mí.

Extrañamente, Sara confía en Pepi y se siente cómoda a su lado, tan cómoda que se queda dormida en el auto.

Pepi da algunas vueltas por la ciudad para asegurarse de que no están siendo seguidos, y luego la lleva a su casa. Al llegar a casa, Pepi lleva a Sara a la habitación de invitados, le quita las sandalias y el vestido, y le pone una de sus camisetas. Luego sale, vuelve segundos después con un vaso de whisky en la mano, se sienta en el sillón que había en la habitación, coge su celular y envía un mensaje a Fabrício.

\Mensaje

Pepi: Invadieron el club y dispararon contra mí, logré salir ileso. Sara está aquí en casa, a salvo.

En menos de tres minutos, el celular de Pepi suena, alertando de un mensaje.

Fabrício: ¿Pudiste ver quién era?

Pepi: Reconocí a Matheus, parecía buscarte a ti.

Fabrício: ¿Hubo bajas?

Pepi: Estoy esperando el informe de Roger.

Fabrício: Ok, mantenme informado.

Pepi: De acuerdo.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***