Finalmente sábado, hoy trabajaremos solo medio día. Me desperté con Sara encima de mí.
Sara: Despierta, bella durmiente, hoy es un día prometedor.
Me desperté y le sonreí, sé bien lo que Sara quería decir, hoy es mi cumpleaños, pero como saben, no me gusta celebrarlo. Me levanto medio desanimada, tomo una ducha y hago mi higiene matutina. Cuando llego a la cocina, Sara había preparado un maravilloso desayuno.
Sara: ¡Para ti, amiga! ¡Feliz cumpleaños!
Le agradecí y abracé a Sara. Quién sabe, esta vez puedo darme el lujo de tener un cumpleaños feliz. Tomamos nuestro desayuno y salimos al trabajo. Cuando llegamos, Claudio me pide que vaya a su oficina. Aunque haya hecho todo correctamente, el miedo se apoderó de mí, pero respiré profundamente y fui a su oficina.
Andrea: Buenos días, Claudio, ¿quería hablar conmigo?
Claudio: Sí, Andrea, siéntate. Como sabes, tu periodo de prueba termina hoy y aquí está tu contrato de trabajo. Bienvenida a nuestro café. Se levantó y me estiró la mano para saludarme, pero esta vez no pude contenerme y lo abracé muy fuerte.
Andrea: Gracias, Claudio, no te arrepentirás.
Claudio: Sé que no lo haré. Ahora vuelve al trabajo, muchachita.
Risas y volví a mi trabajo. Cuando volví, Sara ya estaba impaciente.
Sara: ¿Y bien, amiga, cómo te fue?
Puse una cara triste que hizo que los ojos de mi amiga se llenaran de lágrimas.
Andrea: ¡Me contrataron!
Sara: ¡Oh, genial! Hoy la celebración es doble. No me vengas con que no celebras cumpleaños, hoy tenemos mucho que celebrar.
Andrea: Tienes razón, amiga, intentaré pasar página en mi vida.
Sara: Sí, siempre tengo razón, ahora vamos a trabajar.
Cada una se fue por su lado, y alrededor de las 14:00 horas terminamos nuestro turno y corrimos a casa. Sara había reservado hora en el salón para que nos hiciéramos peinado y manicura. Yo aún no tenía dinero, pues no había recibido mi pago, pero Sara insistió en pagar todo, diciendo que era mi regalo de cumpleaños. Nos duchamos y nos dirigimos al salón.
Cuando llegamos, la peluquera saludó a Sara.
Peluquera: Hola, Sara, qué bueno verte de nuevo, siempre puntual.
Sara: Hola, Noemi, qué bueno verte también, esta es Andrea, la amiga de la que te hablé.
Noemi: Mucho gusto, Andrea, bienvenida a nuestro salón.
Andrea: El gusto es mío, gracias.
Para ser sincera, estaba un poco nerviosa, nunca antes había ido a un salón de belleza.
Nos sentamos en nuestras sillas y mientras una nos peinaba, la otra nos hacía la manicura. Debo confesar que me sentí tan especial en ese momento que mis ojos se llenaron de lágrimas. Miré a Sara y dije:
Andrea: ¡Gracias, amiga!
Sara: ¿Por qué?
Andrea: Por ser una persona tan maravillosa y una amiga tan especial.
Sara: Deja de decir eso, amiga, estoy segura que harías lo mismo por mí.
Andrea: Claro que sí, e incluso más.
Después de tener el cabello y las uñas listas, volvimos a casa para arreglarnos. Cuando entré en mi habitación, sobre mi cama había un vestido plateado con brillantes y unas sandalias blancas con tiras hasta la pantorrilla y tacón transparente. El vestido llegaba un poco por encima de la rodilla, en el lateral derecho tenía un cordón que al jalarlo lo ajustaba un poco más, el escote del busto era sutil y en la parte trasera se formaba una forma de X que llegaba hasta la mitad de la espalda. De inmediato miré hacia atrás y me encontré con Sara en la puerta.
Sara: Es para complementar tu regalo. No confío en tu buen gusto. Y me dio una sonrisa traviesa.
Andrea: Eres única, amiga. Me acerqué a ella sonriendo y la abrazé, ella correspondió al abrazo y ambas amenazamos con llorar.
Sara: Detente, hoy es un día de alegría y quiero que te diviertas.
Andrea: Nosotras nos vamos a divertir.
Sara: Exactamente, ahora vamos a arreglarnos.
Sara fue a su habitación y yo me quedé en la mía, me puse el vestido, las sandalias, me maquillé sutilmente, recogí mi cabello a un lado y cuando me vi en el espejo, quedé admirada con el resultado, no me reconocí.
Sara: Vamos es... ¡Nossa! ¿Quién eres y qué le hiciste a Andrea? Amiga, estás hermosa.
Andrea: Gracias, tú también estás maravillosa.
Sara estaba con un vestido negro corto y ajustado, el realce y el escote destacaban su escote, en la parte trasera formaba un escote en V que llegaba casi hasta el trasero, en los pies llevaba unas sandalias negras con strass, su cabello estaba recogido hacia atrás, lo que dejaba al descubierto el maquillaje perfecto que se había hecho.
Sara: Entonces, vamos a arrasar en esta discoteca.
Andréa: Vamos amiga, estoy ansiosa.
Cogimos nuestros bolsos y nos dirigimos hacia la discoteca.
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Comments
Ido Rojas
esas son las verdaderas amigas
2024-05-04
0
Alicia Cardinali
Sara se ve que quiere bien a Andrea , lo que no me gusta es que justo van a la boca del lobo Roberto 😱😱😱😱
2024-04-23
3
Landys Gutierrez
que bueno que tiene esa amiga que la quiere
2024-03-15
11