Capítulo 9

Maria terminó de organizar todas sus maletas, su novio Alejandro le había indicado en la tarde que así lo hiciera, ya que al parecer tendrían que salir de viaje aunque él no le había indicado a donde ni porque ese viaje tan repentino, después de hablar con Alejandro, ella se había comunicado con la fábrica donde trabajaba, habia pedido si era posible que le adelantarán las vacaciones, le dieron el permiso, ya que Maria era una de las mejores trabajadoras de aquel sitio, además no era tan difícil aquel permiso, solo le tenían que adelantar las vacaciones dos semanas antes de lo legalmente acordado. 

Había llamado a sus papás que viven en Alemania para indicarles que iban a estar ausentes por un tiempo, ya que iban a salir de viaje, los señores se pusieron muy contentos, ya que estimaban mucho a Alejandro y decían que ambos como pareja se merecían unos días de diversión. Luego de hablar con su familia, Maria se puso en la tarea de guardar un poco de su ropa, también organizó la de Alejandro y se sentó en la sala a esperar que llegara. Después de un rato, nuevamente Alejandro la había llamado para decirle que tardaría un poco más, ya que iba rumbo a una reunión muy importante, no le había dado mucha información, solo le dijo algo de refugio y de estar lista para cuando él llegara.

Ella solo había aceptado, lo sintió muy nervioso, Maria pensó que no era el momento adecuado para decirle sobre el anillo de cristal que había encontrado en uno de los abrigos de Alejandro mientras le organizaba su maleta, se había emocionado muchísimo al darse cuenta de lo que planeaba Alejandro, en verdad ella estaba esperando muchísimo que Alejandro le propusiera casarse, ella lo amaba con toda su alma, no se arrepentía en ningún momento de haber aceptado ser su novia, había encontrado a su hombre ideal, Alejandro era atento, cariñoso y siempre se había preocupado porque ella estuviera bien por encima de todas las cosas. Anhelaba tanto ser la señora Jones que allí sentada esperando se sentía llena de felicidad e ilusión.  

Era tanta la emoción que sentía que ya se veía en un futuro con un reluciente vestido blanco entrando en la Iglesia, del brazo de su padre y rumbo al altar donde Alejandro la esperaba con una sonrisa y el coro de la iglesia entonaba la melodía nupcial. En aquel soñado dia estaba pensando en el momento en que la puerta de su casa fue derribada y varios hombres armados entraron allanando todo el lugar, Maria se puso de pie asustada y temblorosa, seguido de los hombres, entró un anciano en una silla de ruedas que le sonrió, pero en vez de esa sonrisa generar tranquilidad en Maria, la llenó de un terror indescriptible, le pareció estar viendo sonreír al mismo demonio en persona.

...***...

Al volver a entrar en la sala más alta de la organización, los cuatro se sentían un poco más tranquilos que en la tarde, antes Gabriel los tenía allí en contra de su voluntad y esta vez ellos serían los que pondría las condiciones y los que llevarían el ritmo de la conversación, Gabriel les hizo un gesto para que se sentaran, pero ninguno tomó asiento, el presidente del CEO4 mando a que los dejaran solos, ya que varios guardias los habían seguido por si necesitaban proteger a su jefe, cuando quedaron solos, Gabriel les dijo:

- Me alegra mucho que haya recapacitado y decidieron regresar

- No estamos aquí para solo cumplir sus órdenes - hablo Mónica

- Pero supongo que su presencia aquí da un poco de esperanza, falta hora y media para la medianoche y ustedes saben bien qué significa eso

- Significa que nos queda poco tiempo para decir nuestras propuestas - dijo Diego

- Muy bien, los escucho

- Estuvimos hablando y llegamos a la conclusión que solo con dos condiciones vamos a aceptar intentar acabar con el apocalipsis

- ¿Y cuáles son esas condiciones?

- La primera es que usted nos garantice una completa seguridad para las familias y cercanos nuestros

- ¿Y a que se refiere con seguridad?

- Seria usted muy tonto señor Otálvaro si sabiendo desde hace años que un loco genocida planeaba despertar a los titanes del mundo no se preparó construyendo refugios o búnkeres para cuando llegara el momento. Con todo el dinero que tiene el CEO4 parece ilógico que así no haya sido 

- Tiene usted razón señor Stark, efectivamente desde hace años se han ido creando varios refugios subterráneos que no garantizan la supervivencia, pero si protegerán hasta lo último, además desde también en su momento alerté a varios gobiernos del mundo entre ellos el de Estados Unidos que esto podría pasar, algunos se burlaron, pero otros también se han ido preparando

- ¿Quiere decir que a lo largo del mundo hay refugios? - Preguntó Valentina

- Así es, desde ayer alerté a estos gobiernos que era hora de empezar a preparar la población

- Pero no he escuchado nada de eso en noticias, el mundo solo está en alerta por las actividades en los sitios peligrosos, no he escuchado nada de estar evacuando la población hacia refugios - dijo Alejandro

- Lamentablemente señor Jones - le dijo Gabriel en una voz baja - esto debe hacerse en el más absoluto secreto posible, si todos supieran que el fin de los tiempos está a punto de empezar se volvería un caos, se matarían entre ellos por un lugar en los refugios, las personas privilegiadas que han sido escogidas para protegerse deben hacerlo en silencio

- ¿Cómo eligieron a los privilegiados? ¿Fue algo justo e igualitario? - preguntó Mónica - No sé porque pienso que los ricos y las elites de los países son los llamados privilegiados

- Eso es cosa de cada gobierno - respondió Gabriel muy incómodo - lamento mucho decir que efectivamente a los refugios no entrarán las clases bajas 

- ¿Y es que acaso esas personas no tienen derecho a sobrevivir? - se enfureció Mónica - ¿Los pobres y vulnerables no importan que sean asesinados por monstruos? 

- No es política mía señorita Brown, además el mundo nunca es justo

- No es justo porque cretinos con dinero como usted y los cochinos gobiernos así lo han querido - Mónica empuñaba sus manos con fuerza mientras miraba con furia a Gabriel

Diego miró unas jarras con agua que había encima de la mesa, el agua en el interior se movía muy extraño como si estuviera siendo girada en una licuadora, vio que Valentina también miraba extrañada al techo donde en los acueductos se escuchaba varios litros de agua moverse furiosamente por los tubos de prevención de incendios, Gabriel también se dio cuenta de lo que pasaba, ya que miraba asustado al techo y a Mónica a quien sus ojos marrones se le habían puesto azules, Alejandro retrocede hasta una pared, pero le hizo señas a Diego para que hiciera algo con Mónica, Diego se acercó y le agarró una mano diciéndole:

- Mónica, oye Mónica, cálmate por favor

Ella lo miro y él pudo ver sus ojos azules en los cuales se veía la furia de los siete mares, ella parpadeó y sus ojos volvieron a su color natural, lentamente se dejó de escuchar el ruido furioso del agua y el líquido que había en las jarras fue volviendo a su estado de quietud, Mónica se pasó una mano por la cara y susurró:

- Lo lamento mucho, me enoja tanto la injusticia 

- No te disculpes - le respondió Diego - entiendo tu enojo e impotencia, pero lamentablemente no podemos hacer nada por todas las personas, pero si podemos ayudar a los que más podamos

Mónica le sonrió y asintió con su cabeza, Gabriel había retrocedido varios pasos y dándoles la espalda, murmuró en un susurro que nadie escuchó: “Es increíble, maravilloso”. Al voltear a mirarlos se encontró con Diego, quien lo miraba muy severamente, Gabriel retrocedió un poco más, en verdad le aterraba la idea de enojar a esas personas, no podía demostrarles el miedo que les tenía, así que tratando de aparentar un valor que no sentía les dijo:

- Les garantizo una completa seguridad para sus familias, ahora mismo podemos mandar a varios hombres a que se encarguen de transportarlos hasta los refugios

- También queremos que en esos refugios lleven a las personas comunes que más pueda - dijo Diego sin dejar de mirarlo a los ojos

- Eso también podría hacerlo, me tomaría un par de llamadas, pero los refugios son grandes así que no habría problema en recibir a personas que… - no se atrevió a terminar su frase

- Dígalo, termine la frase - lo instó Mónica - diga que no habría problema en recibir personas que no pueden pagar su supervivencia 

- Está bien eso quería decir - dijo Gabriel bajando la cabeza - bueno, denme unos minutos y mando por sus familias

Gabriel empezó a caminar para salir de la oficina, pero Valentina se le interpuso en el camino diciéndole:

- Esa no es nuestra única condición

- ¿Pero qué más pueden pedir en esta situación? - dijo Gabriel mirándolos a los cuatro

- No se preocupe, no es algo difícil - respondió Alejandro - simplemente queremos que nos diga ¿Cuál es el origen de estos poderes?

Gabriel abrió su boca, pero ningún sonido salió de ella, se puso realmente tenso y se aflojó el cuello de su camiseta, se aclaró la garganta y dijo:

- ¿Pero qué les hace creer que yo sé el origen de sus poderes?

- No somos niños pequeños señor Otálvaro - le dijo Diego mientras se le acercaba - Usted nos tenía vigilados, sabía donde vivíamos y que profesión teníamos

- Es cierto que sabía de ustedes desde hacía mucho tiempo, pero eso no significa que sepa por qué tienes esos poderes

- Entonces díganos ¿Cómo es que sabía que teniamos estos poderes? - lo interrogó Alejandro - A cada uno nos mandó una frase que se relacionaba con nuestro respectivo poder

- Por favor, este no es el momento para dialogar sobre este tema - dijo Gabriel al que le temblaban ligeramente las manos - son las once en punto de la noche, posiblemente en una hora el mundo empiece a arder, debemos planear algo

- Usted sabe cuál es nuestro origen señor Otálvaro - le dijo Valentina - si no fuera así no se pondría tan nervioso ante esa pregunta, usted nos oculta algo, díganos ¿Qué nos está escondiendo?

- Por ahora solo les puedo decir que es cierto que yo los conocía desde hace tiempo, pero con respecto a sus poderes es un tema que no puedo tratar en este momento

Diego y Mónica prorrumpieron en quejas, pero Alejandro no escucho bien qué decían, ya que en ese momento sintió una vibración en su celular, pensó que era algún mensaje o llamada de Maria y lo sacó presuroso de su bolsillo, era un mensaje, pero el remitente era un número desconocido, sintió un mal presentimiento, no sabía por qué su corazón se le aceleró tanto sin saber de qué se trataba aquello, abrió el mensaje y era un pequeño texto acompañado de un archivo, el texto decía:

...“Les dije que habría consecuencias si se creen héroes cuando en realidad no lo son”...

Alejandro sentía el palpitar del corazón en su garganta, abrió el archivo y vio la foto que Andrés Rodríguez le había mandado, en ella se veía a Maria amarrada a una silla y con una mordaza en su boca, Alejandro sintió su mundo derrumbarse y un desespero se apoderó de todo su ser, sin decir nada salió corriendo de allí, Valentina salió detrás de él corriendo por el pasillo. Unos segundos después, Héctor entró diciendo:

- Señor, el presidente del país desea hablar con usted ahora, está en videollamada en la sala de juntas

- Si me disculpan creo que debo atender esto - dijo Gabriel saliendo detrás de Héctor

En aquella estancia se quedaron Diego y Mónica que nerviosos miraron el reloj que había en la pared, marcaba las once y cinco minutos de la noche, se miraron el uno al otro, no había necesidad de decir nada, las miradas lo decían: Solo cincuenta y cinco minutos para el apocalipsis.

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