Diego Stark muchas veces se había preguntado ¿Por qué tanta maldad en el mundo? En su trabajo de policía a diario tenía que enfrentarse con la más cruda realidad de la vida, todos los días había cientos de atracos, de asesinatos, de secuestros y un sinnúmero más de delitos por los cuales todas las noches tenía que tomar pastillas que lo ayudaran a dormir y olvidar todo lo que tenía que soportar. Esa noche se encontraba en su escritorio en la oficina de policía de Nueva York, no dejaba de pensar en las palabras que Andrés Rodríguez les había dicho esa tarde: “¿Por qué oponerse al apocalipsis? ¿Para qué dejar que el hombre siga cometiendo atrocidades hasta que el buen Dios decida detener esta masacre?”.
Diego sabía muy bien que la humanidad no tenía futuro, el ser humano estaba acabando el planeta de una forma desenfrenada e iba rumbo a su completa extinción, pero mientras llega su final, el ser humano continuará esparciendo su maldad, seguirán habiendo cabrones que matarían niños e inocentes, seguirán existiendo personas que propagan el infierno en la sociedad, ¿Por qué simplemente no dejar que todo terminara ya?. Se sorprendió de estar pensando en aquella posibilidad, toda su vida había sido salvar personas y atrapar criminales, y ahora pensaba en que era una buena idea destruir el mundo.
Abrió el primer cajón de su escritorio, allí guardaba una botella de licor que nunca utilizaba, siempre se repetía que el dia que la utilizara ese dia estaria perdido y sin rumbo, tal vez esa noche era aquella ocasión, la destapó y se quedó observándola como si fuera un veneno que está a punto de matarlo, tomar en horario de trabajo era ilegal pero, ya que importaba, el mundo se iba a terminar. Se la iba a llevar a la boca, pero vio a la chica que lo observaba desde el umbral de la puerta, Diego se sintió avergonzado y tapó la botella, la chica le dijo con una sonrisa:
- Yo también pensé en embriagarme hasta perder la cordura y olvidarme de todo
- Valentina, no te vi llegar ¿Quieres un trago?
- No, te lo agradezco, pero quiero tener la cabeza despejada en todo momento. ¿No han llegado los demás?
- No, y no me extrañaría que no llegaran, cualquiera sabiendo lo que sabemos estaría viendo la forma de hundirse en la tierra y ponerse a salvo
Valentina entró en la oficina mirando todo a su alrededor, había dejado a su madre en casa de una vecina, pero no les había dicho que tenía hasta la medianoche para decidir si trataba de salvar al mundo o lo veía arder en la furia de unos gigantes, sintió escalofríos de solo imaginar un ser de varios metros de altura destruyendo por completo la ciudad de Nueva York, miró a Diego y le preguntó:
- ¿Hace cuanto eres policía?
- Hace 8 años, pero no siempre trabajé en esta estación, también estuve en comisarías de barrios peligrosos. ¿Qué haces tú?
- Estoy a nada de terminar la carrera de medicina en la universidad, tengo planeado irme a ejercer la medicina en otro país - pensó con dolor en ese plan, lo más seguro era que solo quedaría en un plan sin cumplir - Y dime ¿Te gustó el viaje en un tornado de viento?
- Prefiero los aviones - respondió Diego sonriendo - Adentro del tornado no podía ver nada, me sentía como si estuviera viajando a otra dimensión, todavía tengo náuseas
- Si claro - dijo Valentina muy alegremente - Los tornados no son el mejor medio de transporte. Pero cuéntame sobre tu habilidad ¿Cómo supiste que podías manejar el fuego?
- Bueno, eso fue cuando era un niño…
...***...
Mónica bajó de su auto y miró la estación de policía, lo primero que había hecho al llegar a su casa era haberse dado un baño con la esperanza que todo aquel día fuera una pesadilla y el agua caliente de la ducha la hiciera despertar, para su mala suerte, nada era un sueño, la realidad era esa y debía hacerle frente. Al acercarse a la entrada de la estación vio al joven que hablaba por celular y en aquel momento decía:
- … Ten la maleta lista para que nos vayamos de viaje, luego te explico bien que sucede, pero haz lo que te digo por favor, yo terminaré este turno en el restaurante y voy para allá… Yo también te amo Maria… Nos vemos más tarde
Mónica se le acercó diciendo:
- ¿Con qué trabajando en un restaurante?
- Señora Mónica - respondió Alejandro dando un salto del susto - No vaya a pensar mal de mí, tenía que mentirle para venir acá, no puedo decirle lo que está pasando
- No te preocupes, se nota que la quieres mucho. Entremos a la estación y por favor quitame lo de señora Mónica que tan vieja no estoy, dime Mónica, ya viajamos juntos en un tornado, no somos desconocidos
Ambos sonrieron y eso les hizo sentir menos pesado el estómago por la tensión de todo lo que estaba pasando.
...***...
Después que Diego terminó de contarle su descubrimiento del poder del fuego, Valentina le dijo cómo ella había descubierto su poder una noche en que siendo niña no podía dormir por el calor del verano de aquel tiempo, ella había soplado para refrescar su rostro y en aquel momento una ventisca había abierto ventanas y puertas del vecindario, al otro dia lo volvió a intentar y esta vez provocó que por poco varios tejados salieran volando por los aires, aun para su pequeña edad entendió lo que pasaba y había manejado esa habilidad. Ambos estaban riendo por las anécdotas en el momento en que Mónica y Alejandro llegaron a la oficina, Valentina no pudo disimular su sonrisa al ver como Diego se había puesto de pie de inmediato que vio a Mónica, Valentina les dijo:
- Pensamos que no iban a llegar
- Tan cobardes no somos para no venir a una reunión - respondió Mónica sonriendo
- Síganme por favor - les dijo Diego - conseguí un permiso de mi superior para utilizar una habitación
Los cuatro entraron en un lugar donde como mostraban las películas interrogaban a los delincuentes, se sentaron alrededor de una pequeña mesa, Valentina fue la primera en hablar:
- Cuando venía para acá, sentía miedo de que alguien me estuviera siguiendo. ¿No creen que Gabriel Otálvaro pueda venir por nosotros?
- He pensado lo mismo - apoyó Diego - Ese hombre nos tiene vigilados quien sabe desde hace cuanto tiempo, sabía quiénes somos, y lo que más me tiene preocupado, sabía de nuestros poderes
- Eso es cierto - dijo Alejandro muy pensativo - ¿Cómo podría saber nuestros poderes?
- Si recuerdan bien - intervino Mónica - en ese video, Andrés Rodríguez nos dijo que Gabriel nos mentía, que nos engañaba, tal vez Gabriel sepa algo de por qué tenemos estos poderes
Diego miró su reloj, eran las 8 y 20 de la noche, sintió nervios y ansiedad de saber que un reloj estaba en marcha, una cuenta regresiva que los obligaba a tomar una decisión, pensó que lo mejor era decidir aquello de una vez, esa maldita decisión que le estaba carcomiendo la conciencia
- ¿Qué creen que debamos hacer? Creo que por esto mismo Gabriel aún no nos ha perseguido, él sabe que Andrés nos dejó una decisión, quiere que la tomemos, y mientras más rápido la tomemos más rápido sabremos qué hacer
Todos permanecieron en silencio, ninguno quería tomar la iniciativa y dar una decisión, sabían muy bien que aceptar hacerle frente al inminente apocalipsis era un suicidio casi seguro, si no lo hacian también morirían, pero podrían hacerlo junto a las personas que querían y buscar sobrevivir como la última esperanza, ninguno tenía dudas que todo aquello era real, las dudas que tenían ante la historia de Gabriel se disiparon luego de ver con sus propios ojos que Andrés Rodríguez era real y aún más real eran sus planes de despertar de su largo sueño a los antiguos titanes del mundo, Diego fue el primero en decidir hablar después de aquel prolongado silencio:
- Antes que ustedes llegaran estuve investigando si algo anormal estaba ocurriendo en el mundo
- ¿Y encontraste algo? - le preguntó Mónica
- No solo encontré algo, encontré muchas cosas que están ocurriendo en el mundo. Por ejemplo, el volcán del monte Vesubio en Nápoles está presentando actividad desde hoy en la tarde, llevaba años en total quietud, pero de repente vuelve a tener en alerta a casi toda Italia. Ese no es el único volcán que se encuentra en accion, también hoy asombrosamente entraron en actividad el monte Nyiragongo en la República del Congo, el volcán Stromboli en un pequeño pueblo de Italia, la caldera de Santorini que está en el Mar Egeo en Grecia, el monte Ararat en Turquía, este es muy increíble porque no se considera un volcán como tal, pero se están registrando movimientos en sus profundidades, algo que no ocurre desde 1840
- Entonces - intervino Valentina asustada - ¿Podríamos decir que debajo de los grandes volcanes del mundo siempre ha habido criaturas dormidas?
- Eso es lo que parece - le confirmó Diego - pero no solo son los volcanes los que tienen en vilo al mundo, no sé si habrán escuchado hablar de los llamados pozos al infierno, son unas excavaciones gigantes de tierra a lo largo del mundo
- He escuchado sobre esos lugares, pero solo como leyendas urbanas que cuentan que son entradas al infierno - dijo Alejandro
- Pues al parecer las leyendas no son del todo falsas - prosiguió Diego - ya son varios los testimonios a lo largo del mundo que hablan de escuchar sonidos muy extraños de esas profundidades, algunos de ellos en Rusia y otro en Asia
- ¿Sonidos extraños? - se inquietó Mónica
- Así es, como gruñidos de criaturas espeluznantes, criaturas como…
- Dragones - término Valentina al ver que Diego no terminó su frase, este asintió con su cabeza
Nuevamente el silencio reinó por completo en aquella habitación, era increíble de creer que por miles de años debajo del suelo que pisaban las personas hubiese dragones, criaturas mitológicas y gigantes que solo eran posibles en las leyendas y películas, Alejandro apoyó sus brazos en la mesa y dijo:
- Hasta ahora todo son movimientos, ruidos y advertencias ¿Por qué solo eso?
- La respuesta somos nosotros - le contestó Mónica - el desquiciado de Andrés Rodríguez nos dio hasta la medianoche para decidir qué hacer, después de eso el mundo no tendrá más vida
-:No entiendo como un solo hombre este al borde de provocar un apocalipsis que tan poco probable era - dijo Valentina que parecía hablar para sí misma
- Rodríguez pasó muchos años investigando el mundo y todos esos lugares extraños - dijo Diego - mucho tiempo creando esa sustancia con la cual pudiera despertar los gigantes, y Gabriel nos dijo que Andrés fue tomando mucho poder, consiguió reclutas que tuvieran aceptación por sus planes, detrás de todo esto hay algo más grande que un simple hombre, Andrés Rodríguez es solo la cabeza de todo
- Si tuviéramos la valentía de decidir suicidarnos intentando detener todo, hay algo más que me deja intranquila - intervino Mónica - y es Gabriel Otálvaro, ese hombre nos oculta algo, estoy segura de que sabe el origen de nuestros poderes, ese hombre nos conoce más a cada uno que lo que nos conocemos nosotros mismos
- Es muy cierto eso - apoyó Diego - también está la incógnita de cómo es que Rodríguez sabía de nuestra existencia, de nuestros poderes y que Gabriel nos utilizaría para intentar detenerlo
- Obliguemos a Gabriel a decirnos la verdad de cómo nos conoce, le decimos que sí nos cuenta la verdad haremos lo que él quiere - propuso Valentina
- ¿Creen que funcione? - preguntó Alejandro
- Puede ser - dijo Diego poniéndose de pie - le haremos dos condiciones, la primera, que nos diga toda la verdad sobre nosotros, y la segunda, una completa protección para sus familias, estoy seguro de que al saber desde hace años los planes de su amigo, Gabriel con todo el dinero que tiene esa organización debe haber construido un refugio o algo de protección, yo no tengo familia, pero Valentina tiene a su madre ¿Ustedes a quien tienen?
- Yo solo tengo a mi novia - respondió Alejandro
- Yo de familia no tengo a nadie - dijo Mónica - solo algunos conocidos cercanos
- Bien, le pediremos protección para esas personas y para todas las que más puedan ser salvadas - término Diego
- Si Gabriel acepta las propuestas - preguntó Mónica - ¿Qué haremos nosotros? ¿Si les haríamos frente a esas criaturas y monstruos?
- No sé ustedes - dijo Valentina - pero yo prefiero llegar a morir como una guerrera que morir como una cobarde que pudo intentar algo y no se atrevió
Los demás se miraron unos a otros y asintieron con sus cabezas, no sabían por qué ni cómo, pero tenían poderes y como Gabriel bien se los había dicho, esas habilidades no eran para sus caprichos, debían aceptar lo que la vida había elegido para ellos.
...***...
En las oficinas de sistemas del CEO4, varios hombres mirabas los computadores pendientes a cualquier cosa extraña que ocurriera en el mundo, el presidente Gabriel entró en la habitación seguido de Héctor, Gabriel le decía:
- Ya son más de las diez de la noche, en dos horas se termina el plazo que Andrés les dio a esas personas, creo que ya es hora de mandar a buscarlos
- Le recuerdo señor que ellos tienen poderes y ningún ejército podrá traerlos obligados
- Lo sé Héctor, pero tenemos que hacer algo, no voy a permitir que el trabajo más grande de mi vida terminé en un fracaso
Gabriel fue hasta uno de los rincones de la sala y le preguntó al hombre encargado del computador:
- ¿Alguna novedad?
- Casi nada nuevo señor, los volcanes siguen activos levemente. Ahora un nuevo volcán se les ha unido, se trata del Nevado del Ruiz en Colombia
- Otro de los peligrosos del mundo, Dios nos guardé
En ese momento se le acercó un guardia diciéndole:
- Señor, hay alguien que necesita verlo
- Ya es muy tarde, a esta hora no recibo visitas - respondió Gabriel, pero una voz grave le hizo girar la cabeza
- Le tocará hacer una excepción con nosotros
Gabriel miró con asombro a los cuatro sujetos que había en la mitad de la sala, los cuatro héroes que solo de ellos dependía la salvación del mundo.
...***...
En algún lugar escondido de la ciudad de los Ángeles, un hombre armado con una gran escopeta se le acercó a un anciano que estaba mirando la noche en una terraza en su silla de ruedas y le dijo:
- Señor Rodríguez, los dos hombres y las dos mujeres ingresaron a las instalaciones del CEO4
- Que imbéciles - respondió Andrés Rodríguez - les di la oportunidad de ponerse a salvo con sus familias, pero la rechazaron, el ser humano es ignorante por naturaleza
- Recuerde señor que les puede decir la verdad de quienes son ellos y porque tienen esos poderes y con eso pondría en jaque mate al CEO4
- Lo sé, pero todavía no utilizaré esa carta maestra, la guardaré para después, cuando pueda hacer más daño con esa jugada, por ahora les voy a demostrar a ese cuarteto de falsos héroes que a Andrés Rodríguez nadie se le mete en el camino y le dice que no.
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