ceremonia de mayoria de edad

Ya ha pasado un año desde lo sucedido y no dejo de escuchar esa voz llamándome. No sé qué es ni quién es, pero no deja de molestarme y es tan frustrante porque hasta sueño con ello. Elena dice que me volví loca por mis deseos de libertad y que ya andaba alucinando. Hubo un momento en que yo también creí que sí.

-Por enésima vez, Elena, que no estoy loca ni son imaginaciones mías. Estoy segurísima de que alguien o algo me llama desde el bosque. Quisiera ir y ver qué es lo que me llama.-, le dije.

-¿Se escuchó así misma? ¡Es el bosque maldito del que habla y nada bueno viene de ese lugar!.-, dijo escandalizada mi amiga.

-Cuantas veces hemos hablado del mismo tema, Elena. Aish, me paso la mano por el cabello frustrada.- respondí.

-Las veces que sean necesarias hasta que recapacite.- dijo mirándome con determinación.

-Ya, ya, tú ganas. Mejor demos prisa que ya llegaron los demonios con músculos en el cerebro de mis primos y mi madre debe de estar con los nervios de punta porque no llegamos.-, dije.

Y así terminó nuestra conversación, mientras corríamos literalmente por los pasillos del castillo. En una semana será mi ceremonia de mayoría de edad. Si cumpliré 18 años y mis padres piensan hacerlo a lo grande, aunque personalmente prefiero que me dejen salir del castillo. Ese sería el mejor regalo del mundo.

Mis padres han invitado a todos sus familiares, amigos, condes, marqueses, duques, todos los nobles de alta cuna hasta el príncipe heredero, tengo entendido que vendrá.

Veo a mi madre buscando con la mirada y la saludo.

-Madre, lamento la tardanza. Padre.- hago una leve reverencia.

-Querida, ¡cuánto tiempo sin verte! Pero qué grande estás. Bienvenida al infierno.-, dice. Finjo una de mis mejores sonrisas y me volteo.

-Tía Berta, ¿soy yo o cada año que pasa usted se ve más joven? Hermosa como una flor... Me alegro mucho de verte.-

Mentira. Mi tía Berta es la marquesa Rachatter, es una gordita de ojos café y cabello castaño muy hermosa. Cada vez que me ve le gusta pellizcarme las mejillas.

-Ven aquí, mi pum-purri bella.-

Se acerca a mí con sus manos regordetas y ya me dieron ganas de huir. Miro a mi madre en busca de ayuda, pero ella solo desvía la mirada. ¡Me siento traicionada!

-Ejem, hermana, deja a la niña tranquila. La vas a dejar sin mejillas, tiene la cara roja de tanto que se las pellizcas.- dice mi padre salvándome de mi desgracia. La tía Berta es muy fuerte.

-Ethan, tú siempre tan exagerado.- dice mi tía Berta poniendo los ojos en blanco.

-Bueno, pasen a ponerse cómodos. La ceremonia de Lili se celebrará dentro de una semana.- dice mi madre.

-Felicidades, primita. Ya serás mayor de edad y ni siquiera has conocido el pueblo en el que vives. ¡Qué vergüenza!.- menciona burlándose mi prima Michel Rachatter.

-Lástima que te perderás el festival del renacer lunar otra vez.- dice riendo Marien Rachatter.

-Ustedes dos, ya basta. No molesten a su prima.-

-Sí, madre, dicen las dos.

-Mi pum-purri bella, no les hagas caso. Solo bromean.

-No te preocupes, tía Berta. Han sido ignoradas.- le saco la lengua. Ahí, malditas brujas. Esta me la van a pagar. Siempre me molestan cada vez que pueden, pero yo no me dejo y las pongo en su lugar.

-Y Yomin y Eliot, qué no los veo.-

Esos idiotas, será mejor que no hayan venido. Lo que tienen de músculos es lo que les falta de cerebro.

-Ni me los menciones. No esperaron llegar al castillo y se fueron al pueblo a cortejar a alguna chica.- dice mi tía rodando los ojos. De ellos no me sorprende nada. Ya me lo esperaba.

-Cariño, vamos. La modista llegó con el vestido que encargaste para la ceremonia.- interviene mi madre.

-Ya voy. Adiós, tía Berta. Nos vemos en la cena.- me acerco a mi padre y le doy un beso en la mejilla

- Nos vemos más tarde.- y me voy por donde vine con mi madre.

Lo único que me emociona de mi cumpleaños es que voy a poder pedir un deseo a mis padres y no importa lo que pida, ellos tendrán que cumplirlo.

Al llegar con la modista Rosana Anller, nos saluda y nos hace una reverencia.

-Buenas tardes, archiduquesa, señorita Lili.

-Rosana, cariño, déjate de formalidades. Eres parte de la familia. Si mi hermano Lucas te ve, pensará que te estoy intimidando.

-Sí, Rosana. Además, estamos nosotras, así que no tienes que ser tan formal.

-Jaja, perdón. Es la costumbre.- dice la rubia de hermosos ojos azules.

-Bueno, ya está listo mi vestido.-, digo emocionada.

-Sí, aquí está. Pruébatelo a ver si hay que hacerle algunos arreglos.-

-Wow, está hermoso. Te luciste, Rosana. Al probarme el vestido, me quedó perfecto. No hubo nada que arreglar.

-Te queda espectacular, Lili. Serás la dama más bella de la fiesta. Deslumbrarás a muchos.

-Ya me imagino la cara de tu padre cuando te lleguen los pretendientes.- menciona mi madre emocionada

- Jajaja, eso sería muy gracioso de ver. Espero que si alguien me invita a bailar, no lo mate.

- Eres su pequeña princesa, así que prepárate para sus celos.- dice Rosana

Las tres nos miramos entre sí y comenzamos a reír.

 Y así llegó el tan esperado día de la ceremonia de mayoría de edad. Estoy muy nerviosa. Es la primera vez que me presento ante tantas personas siendo yo el centro de atención.

- Y si me caigo bajo la mirada de todos, ahí no, ¡qué vergüenza!.-

- Tranquila, señorita. Lo hará muy bien. Ahora demuéstreles quién es. Siempre con la frente en alto.

- Sí, tienes razón. Yo puedo hacerlo. Te Espero abajo.

Me lleno de valor, respiro y camino con la frente en alto hacia las escaleras.

-La señorita Lili Elithoon, hija del archiduque Ethan Elithoon.

Todos quedaron asombrados por la belleza de la Alvina mientras bajaba las escaleras.

Recibí todo tipo de miradas, pero yo solo me centré en caminar hacia mis padres. Ser el centro de atención no es lo mío, me ponen incómoda con sus miradas.

-Madre, padre.- hago una leve reverencia

-Tu belleza me deslumbra, cariño.- dijo mi padre sonriendo. Luego me miró serio y dijo: "Ahora mismo te quiero esconderte para que ningún ladrón se robe mi tesoro".

-Tu belleza opaca a todas las mujeres de aquí, mi vida. Eres preciosa.- añadió mi madre.

Sonrojada, -Ya basta, exageran.- Desvié la mirada, qué vergüenza con mis padres.

-Ejem...- tosió alguien.

Al desviar la mirada, mis ojos se encontraron con un par de hermosos ojos azules y a través de ellos pude ver el cielo. ¡Qué tremendo hombre! Diosa, ese rubio sí está para comérselo. Me sonrió y yo le devolví la sonrisa. Debo de tener cara de tonta.

-Lili, déjame presentarte. Él es Alfonso Westher, príncipe heredero del Imperio Tres Lunas.- presento mi padre.

-Lili Elithoon, lo saluda su alteza luna del imperio.-, le hice una leve reverencia.

-Escuché que la señorita era muy hermosa. Hoy lo puedo comprobar con mis propios ojos que lo que dicen es verdad. Usted posee una belleza única, mi lady.- dijo Alfonso tomándome la mano y dejándome un beso en la muñeca mientras me miraba a los ojos.

Sonrojada, -Me halaga demasiado su alteza.- Y me quedé perdida en su mirada. Dios, ayúdame, este príncipe me está seduciendo. Nos quedamos mirando y de repente me dio escalofríos por todo el cuerpo. Noté la mirada asesina que mi padre le lanzó al príncipe heredero y caí en cuenta de que aún estaba sosteniendo mi mano.

Me alejé del príncipe antes de que mi padre quisiera matarlo. Pobre príncipe, se le nota incómodo por cómo mi padre lo mira. Mi padre puede ser muy aterrador.

-Le recomiendo que se mantenga lejos de mi hija, su alteza.- , le susurró mi padre al príncipe Alfonso.

-¿Es eso una amenaza, archiduque?.- le miró con el ceño fruncido.

-No, solo una advertencia. Mi hija no es igual que esas zorras con las que se acuesta.- dijo mi padre seriamente.

-Ejem, ¡atención todos! Estamos aquí para celebrar la mayoría de edad de mi hija. ¡Un brindis por mi Lili y que todos disfruten de la fiesta!.- Dice mi padre dando inicio a la fiesta.

Mi padre me llevó a la pista de baile para abrir con el primer baile y después todos se unieron al baile. Después de bailar dos rondas con mi padre, el príncipe Alfonso se acercó y me invitó a bailar. Mi padre, a regañadientes, me dejó bailar con él ya que mi madre lo llamó para que me dejara divertirme.

Depués de bailar 5 piezas, pasé a sentarme ya que mis pobres pies no podían más. Debo decir que fue divertido bailar con el príncipe Alfonso, es alguien simpático y gracioso. Me reí mucho hablando con él. Debo admitir que es un festín para la vista, pero no es mi tipo.

Después de que todo el mundo me felicitara y enviaran sus obsequios, aproveché que mi padre no estaba cerca y me escapé de la fiesta. Ya me tenían harta los hijos de esos nobles, no me dejaban de molestar. Todo sería mejor si Elena estuviera conmigo, pero con tantas personas tratando de hablar conmigo, la perdí de vista.

Llegué hacia el jardín trasero del pabellón del castillo y se ve espectacular bajo la luz de la luna.

-Qué hermoso.- me siento en una banca en el jardín. Pero de repente veo mi brazalete brillar.

-¡Pero qué! Su magia me impulsa hacia delante. Tuve que levantarme e ir en la dirección que resonaba, así atravesé el jardín hasta llegar a una parte secreta del castillo donde se encuentra la bella vista del lago lunar, porque se refleja la luna en sus aguas.

-¿Por qué me trajiste aquí?.- le pregunto al brazalete como si me fuera a responder. Entonces deja de brillar, pero noto algo cerca de la muralla. Es una caja envuelta con una cinta roja, decorada con flores hechas de rubí.

Me acerco y, Diosa, tiene mi nombre escrito al lado. Qué extraño está todo esto. Veo una carta y la leo.

-Feliz cumpleaños Lili, nos veremos muy pronto.

-¡Ay! ¿Por qué tanto misterio? Después de molestarme hasta en mis sueños todo el año, viene y hace esto. ¿Acaso es un acosador o qué?.- Pongo los ojos en blanco y miro con cautela por todos los lados. Me decepciono un poco al no ver a nadie aquí. Toda esta situación me frustra. Pero por alguna razón, me encuentro aquí riendo como boba. Cuando abro la caja, encuentro una linda horquilla de diamantes purpuras.

Y así terminó mi ceremonia de mayoría de edad, con la primicia de que muy pronto veré al causante de todas mis frustraciones. Y a la espera de que mis padres cumplan mi deseo de poder salir del castillo.

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