Discusión en el jardín

Llevo una semana aquí encerrada, estoy muerta del aburrimiento. Hyunggu no ha regresado desde que se fue.

"No, no puedo estar más aquí. Tengo que salir o me volveré loca. No me importa convertirme en alimento de monstruos."

Con esta nueva idea me animo. Solo espero que Danna no me descubra. Es una chica muy simpática y graciosa, además de chismosa. Se sabe todos los chismes del Palacio. Según me contó, es una elfa y no solo eso, en el bosque habitan muchas criaturas que solo veía en cuentos, como Fénix, pavos reales (sirvientes de los fénix), Hadas, Orcos, grifos, demonios serpientes, zorros, hasta el tigre blanco relámpago, hombres lobos, que fue uno de los que me encontré al llegar aquí, hasta sirenas, sí, sirenas. Hay una laguna al oriente del bosque que conecta con el mar Can clang y de ahí vienen y habitan las sirenas.

Hay todo tipo de bestias y híbridos, semi humanos, o mezcla de las razas. Las bestias pueden cultivar el poder espiritual para transformarse en humanos, pero no todos pueden lograrlo. Es increíble, -suspiro- pero no todo es lo que parece.

Hay un acantilado al norte, en lo más profundo del bosque.

Ese lugar está prohibido. Ahí habitan Dybbuk, espíritus malignos y semi fantasmas los cuales no dudarían en devorarte o poseer tu cuerpo. -Me sacudo- hasta escalofríos me dan pensarlo.

-Dan, cariño, tengo hambre. ¿Me podrías buscar comida?.-

Le pongo ojitos tiernos. Siempre funciona.

-Pero si no hace una hora que comiste.

-Pero tengo hambre de pastelitos sabor a miel. - La miro con ojos tristes.

-¿Qué voy a hacer contigo, pequeña glotona?.- Niega con la cabeza, y yo le guiño coqueta y le saco la lengua.

-Sé que eres la mejor para mí~

Cuando Danna se va, aprovecho y salgo. Miro cautelosa en los pasillos por si había guardias. Suerte que no.

Me encuentro dando vueltas por los pasillos, sin idea hacia dónde me dirijo.

Todos los pasillos son idénticos. La decoración de este Palacio es muy tétrica. Todo está decorado con colores oscuros y rojo intenso como la sangre. Escucho unos pasos acercándose y me escondo. Eran unas sirvientas. Tenían orejas de perro y colas. Decidí seguirlas a ver si tengo oportunidad de salir del palacio.

Al seguirlas, llegué hasta un hermoso jardín de flores violetas y rojas que parecían estar en llamas. Nunca en mi vida había visto tal cosa y, sin darme cuenta, ya me había adentrado en el jardín.

- Atrévete a huir de mí otra vez y te romperé las piernas.- bufó notablemente enojada con los brazos cruzados.

Escuché unas voces cercanas y me escondí dentro de los rosales.

- ¿De qué hablas, mujer? - inquirió incómodo ante la situación.

- No te hagas el tonto. Desde que nos acostamos aquella vez, me has estado evitando.- lo fulminó con la mirada.

- No te estaba evitando, solo he estado muy ocupado - desvió la mirada nervioso. Nunca puede mantener la calma cuando se trata de esa mujer.

- Sobre lo que pasó esa noche...-

La interrumpió - lo que pasó esa noche fue un error que no debió haber pasado. Estábamos borrachos esa noche, es mejor olvidarlo.-

- Yo estaba muy consciente de lo que hice. Si me acosté contigo, fue porque quise, no porque estaba borracha.- dijo Arya en tono serio. Se le puede ver lo frustrada que está.

- Arya... No quería lastimarte, pero no busco una relación seria en este momento.- desvió la mirada incómodo.

- ¿Cuándo vas a entender que te amo? - lo mira triste - ¿Acaso no significo nada para ti? - dice alterada.

- No quería hacerte daño, pero no puedo corresponder tus sentimientos.- dice Harry sintiéndose culpable. "es lo mejor para los dos".

Diosa, ¿en dónde vine a parar? Aunque está bueno el drama, ojalá que no me encuentren - suspiro - pobre chica.

- ¿Por qué eres tan terco? Solo eres un cobarde. ¿Tan desagradable te resulta la idea de aceptarme? - dice enojada.

- Yo... - desvía la mirada incómodo.

- Sabes qué, está bien. Fingiré que nunca pasó nada entre los dos, pero después no te arrepientas, idiota - le da un golpe en la cara y se va enojada.

- ¿Qué hice? ¿Por qué? - lo dice mientras le da un tren de escalofríos por todo el cuerpo.

Esta es mi oportunidad para salir de aquí. Sigo discreta a la chica y el pasillo por donde va está desolado.

- Sal, ya sé que estás ahí - dice, sorprendiéndome. Joder, me descubrió. Salgo hacia la luz nerviosa.

- ¿Quién eres y por qué me sigues? - inquirió molesta.

Al verla bien, es toda una belleza. Cabellos blancos como la nieve, hermosos ojos amarillos, buena figura y busto... que envidia, tiene más que yo. También colas... ¡Espera! 1, 4, 6, 9... ¡Mierda! ¡Es una zorra de nueve colas!

-¿Acaso eres muda?.- la mira fría.

-Eh, yo... la verdad te vi y pensé, 'oh, qué bueno sería tomar un trago con esa belleza', y por eso te seguí.- Divagué todo nerviosa. A quién engañaría, eso no se lo creería nadie

-Así que crees que soy hermosa, pero de nada sirve la belleza si no puedes tener al hombre que amas.- dice con tristeza, y veo cómo sus orejas caen.

"Diosa, parece un cachorrito abandonado".

-¿Cómo te llamas?.- pregunta ahora más suave.

-Eh, yo... Lili. Me llamo Lili Elithoon.- veo que ella me mira sorprendida.

¡Mierda!, acabo de meter la pata. Muy inteligente que sos, Lili. Me quiero golpear ahora mismo.

-Soy Arya Feng. Tú... eres la humana que Hyunggu trajo, la que hará su reina - me mira con el ceño fruncido- Pero él aún no ha dado orden para que salgas libremente... ¡Oh, te escapaste!.- menciona, y puedo notar la emoción en su voz, cosa que me desconcierta.

-Sí, soy yo, pero eso de ser su reina no lo sabía. Además, por favor, no me delates. Estoy aburrida de estar encerrada. Si duro otro día más así, me volveré loca.- la miro suplicante.

-Mmm... pero si no le digo, me meteré en problemas.- Menciona, y me desilusiono totalmente.

-¡Al diablo con Hyunggu y todos los hombres! Tú y yo nos divertiremos.- prosigue con una hermosa sonrisa.

"Esta chica me cae muy bien", le devuelvo la sonrisa cómplice.

-Pero hay que hacer algo para que no sepan que eres humana.- piensa.

Cierto, no habría pensado en eso.

-¡Oh, ya sé!.- dice emocionada. Veo cómo sus manos brillan, y esa luz me envuelve todo el cuerpo. Se siente raro esto.

Sonríe orgullosa. -Ahora sí estás lista. Con ese conjuro de disfraz, nadie te reconocerá.

Al mirarme en el espejo, quedé totalmente sorprendida. Me han salido orejas de perro, o mejor dicho, de zorra. Hasta mis ojos cambiaron de color.

-Entonces, ¿qué esperamos? ¡Vámonos!.-

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