Han pasado varios días desde aquel accidente y he estado investigando quién me dio este brazalete. Todo el mundo evita decirme. Además, he tratado de activarlo de nuevo y no pasa nada. ¡Qué frustrante! Por donde quiera que lo mire, este brazalete es normal. He intentado de todo y nada. No reacciona. ¿Será que solo funciona si estoy en peligro? ¡Eso es! Salto de la emoción.
- Claro, como no se me había ocurrido antes.-
- Lili, cuida tus modales en la mesa -dice mi madre Celeste con el ceño fruncido.-
- Ups, dije eso en voz alta. Perdón.- Estaba tan absorta en mis pensamientos que me olvidé de que estaba cenando con mis padres.
- Cariño, no la regañes. Hoy se ve más animada que los días pasados.- dice mi padre riendo
- Tú no la defiendas, la tienes toda mimada.- dice mi madre.
Mi padre le da un beso en la frente, -Querida, ¿sabes que te amo, verdad?.- la atrae a sus brazos.
Pero mi madre finge estar enojada y le da la espalda. Mi padre se ríe y me guiña el ojo. Yo le devuelvo el guiño riendo.
- Venga, mi querida esposa, dame un beso.-
- ¡No! Aléjate de mí.-
- No seas así, cariño.- mi padre le da una mirada coqueta.
- Ni creas que me vas a convencer mirándome así.-
Suspiro. Ya comenzaron los dos. Esto es casi todos los días. ¡Ni cuánto drama! Si los soldados de mi padre lo vieran ahora, morirían de la impresión. Delante de ellos, mi padre es un tigre feroz, pero delante de mi madre es como un gatito juguetón.
Las cosas se están poniendo algo empalagosas. Yo mejor me voy.
-Me retiro, ya terminé.-
Ni caso me hicieron. Soy invisible. Yo amo mucho a mis padres, pero a veces es como si yo no existiera.
Ya en mi habitación, me cambio de ropa con la ayuda de Elena.
- Elena, ¿crees que yo podré tener una relación así como la de mis padres?.-
- Bueno, señorita, no sé decirle. Cada persona es diferente y ama de distintas formas.
- Mmm... no entiendo. El amor es complicado, al igual que este tonto brazalete.-
- Ahí, señorita Lili, una vez que lo viva de primera mano, entenderá. El amor puede ser dulce y amargo a la vez.
Suspiro, -Bueno, aunque yo dudo que llegue a casarme algún día. Me tienen prohibido salir de este castillo. ¡Moriré soltera! -lloriqueo- Dudo que el amor de mi vida me caiga del cielo, aunque eso sería muy divertido de ver, jajaja.
Elena me pellizca el brazo... -¡Ay, eso duele!.-
- Señorita, deje de imaginar tonterías.- bufó.
- Bueno, aunque yo dudo casarme algún día, con lo sobreprotectores que son mis padres y el hecho de que tengo prohibido salir del castillo, ¡moriré soltera!.- lloriqueé, aunque mi mayor sueño es salir de este castillo y conocer el mundo más allá de las fronteras.
Me dirigí hacia el balcón y me senté a ver la luna.
- Hici, me pongo en peligro de nuevo para ver si el poder del brazalete se activa nuevamente. Eso probaría mi teoría.-
- ¡Señorita, ni se le ocurra intentar algo así!.- dijo Elena con horror en toda su cara.
- No me mires así, no estoy tan loca. Quiero mi vida, ¿sabes? Aunque me tienta la idea, no tengo el valor para ponerlo en práctica, porque si no funciona, la muertita seré yo y adiós a mis sueños de libertad.
En la oscuridad del jardín frente al balcón donde se encontraba Lili, se pueden ver unos ojos rojos intensos mirando hacia ella. En la poca claridad, se puede apreciar la figura de un hombre.
-Es muy hermosa, una verdadera Diosa. Estoy muy ansioso de que nos encontremos, Lily.- Una sonrisa siniestra se posa en sus labios.
Desde donde estaba, podía ver que su largo pelo blanco brillaba bajo la luz de la luna. Era una escena espectacular para ver.
-Ya falta poco para vernos, mi pequeña Luz.- Y con ese susurro lleno de incontables deseos, desaparece.
Lili no sabía que estaba siendo espiada desde la oscuridad y que esa persona sería la que volvería su vida un completo caos.
Al otro lado de las fronteras, en el bosque maldito...
-Maestro, qué bueno que regresó. Los licántropos han vuelto a causar problemas y ahora, con los orcos, el bosque está hecho un total caos porque en su pelea han destruido parte del territorio de las hadas.-
De repente, el ambiente se vuelve extremadamente frío.
Lo mira con indiferencia, -¿Qué hicieron ahora?.-
El guardia tiembla de miedo, -Al parecer, los licántropos rebeldes mataron a uno de los hijos del líder del clan orco y este, en su furia, los persiguió y lanzó un ataque contra ellos. En medio de la pelea, se adentraron en el territorio de las hadas y destruyeron una parte de él, así que las hadas también se enojaron y pelearon con ellos también. Harry se llevó al escuadrón Quilin para mantener la situación bajo control a lo que usted regresa.-
-Al parecer, he sido demasiado amable con Erick y su banda de salvajes. Se atreven a causar problemas en mi ausencia.- En sus manos aparece un látigo con luces violetas electrizantes y sus ojos rojos brillan con una intensa intención asesina. Todo a su alrededor se congela. Todos a su alrededor tiemblan de miedo.
No hay nada más aterrador que ver a su señor enojado.
-Yihen, vamos. Hay unas bestias que domar.- Da un latigazo al suelo y su látigo chilla aterradoramente y su intención asesina crece. Comienza a caminar y desaparece en una niebla.
"Pobres almas en desgracia. Prefería morir a manos de la espada del señor que de Yihen. Ese látigo desatará el mismo infierno".
"Trataré de no enojar a su señoría, al menos quiero morir en paz. Pobres, ni eso podrán." susurraban los sirvientes
Al norte, en lo más profundo del bosque maldito, se desataba una lucha entre licántropos, orcos y hadas. El escuadrón Quilin intentaba apaciguar las aguas, pero es imposible, están cegados por la ira.
- ¡Erick maldito Pulgoso, detente! ¡Te mataré, cobarde!.- grita enojado Kevin Orcrack, líder del clan orco.
- ¡Ja! ¡Mátame si puedes, debilucho!.- Érick Shawdols, líder de los licántropos salvajes, se ríe y mira con burla a Kevin.
Ambos pelean en igualdad de fuerza, a base de sus puños y garras, pero se ven obligados a separarse cuando una bola de fuego se dirige hacia ellos.
- Ustedes, bestias incultas, se atreven a entrar a mi territorio a causar destrucción. ¡Esto es imperdonable!.- grita enojada Alfea Thistle, líder del clan de las hadas
- ¡Oye, mariposita, estás loca! ¡Casi me vuelvo lobo rostizado por tu culpa!.- responde Erick
- ¡Jum! Esa era la intención. ¡Salgan de mi territorio ahora mismo!.- con su magia, forma dos bolas gigantes, una de fuego y otra de hielo.
- No dejaré que este maldito se escape. Tengo que vengar la muerte de mi hijo.- Entonces, Érick se transforma en un hombre lobo con orejas puntiagudas. Todo su cuerpo se cubre de pelo gris y en sus manos crecen unas largas garras. Así como el orco se vuelve más grande y alas blancas se posan en su espalda.
- No me importa pelear con los dos. Los haré pagar por destruir mis tierras.- Alfea era más pequeña que sus enemigos, con orejas puntiagudas y alas en su espalda, y aún así No se podría subestimar su magia, era una de las más poderosas después del rey del bosque.
Y así continuaron peleando los líderes y sus subordinados. Harry, junto al escuadrón, entró en la pelea también, intentando detenerlos, pero todo fue en vano. Las cosas se pusieron más violentas y, aunque atraparon a algunos, no pueden encerrarlos a todos.
De repente, cuando los tres líderes del clan peleaban, sintieron una intensa intención asesina, pero no sabían de dónde provenía. Al mismo tiempo, se separaron rápidamente al sentir que tal inmensa presión se dirigía hacia ellos.
¡Bum!
Escombros salieron volando por todas partes donde ellos estaban peleando. En la tierra aparece un enorme cráter con forma larga como de una serpiente gigante. Los orcos, licán, hadas y el escuadrón Quilin dejan de luchar, mirando con horror hacia el cielo. Y ahí estaba él, el Señor Supremo, soberano del bosque, el más temido, respetado y cruel rey. Descendiendo elegantemente desde el cielo con su látigo Yihen en mano, con una inmensa intención asesina, todo el ambiente se vuelve frío y silencioso. Solo se escucha el grito de sed de sangre del látigo infernal.
-¡Majestad!- todos se ponen de rodillas y hacen una reverencia temblando de miedo, pensando "¡estamos jodidos!" menos Erick, el cual odia profundamente al rey por darle a los humanos la flor del loto milenario infernal, la cual solo florece cada mil años. Y él codiciaba esa flor para hacerse más fuerte y matarlo, para así poder tomar el control del bosque y luchar contra los humanos para apoderarse del imperio de las tres lunas.
Los mira con indiferencia, -solo me voy unos minutos del bosque y ustedes terminan matándose.-
Habla con calma, pero en su voz se siente una sutil amenaza. Mueve su látigo hacia Erick y le da en las piernas, haciendo que caiga de rodillas. El látigo brilla en un intenso violeta asesino, se estremece al sentir la sangre y su sed de sangre se incrementa aún más. Al caer, Erick hace un gesto de dolor y mira con odio a su rey. Kevin, al ver eso, se regocija internamente.
“Muy bien merecido lo tiene”
-Hablen, ¿por qué estaban peleando?.- los mira con esos intensos ojos rojos como la sangre.
-Majestad, pido justicia por mi hijo. Solo era un niño, pero este bruto lo mató sin piedad.- dice temblando de miedo Kevin, ante la mirada aterradora de su señor, señalando a Erick.
Erick lo mira con odio y siente miedo aunque no lo demuestre por fuera, ya que sabe lo cruel que puede ser el rey, además de que no tiene la fuerza suficiente para enfrentarlo.
-Mi señor, yo también pido justicia por mis súbditos. En su disputa, han entrado a mi territorio y causado destrucción y han herido a muchos de mis habitantes. Yo solo protegía a mi tribu.- dice con valentía Alfea ya más calmada, mientras mira con burla a Kevin y a Erick, diciéndoles con su mirada "¡están tan muertos!"
-Erick, ¿tienes algo que decir?.- le mira con intención asesina.
La ira recorre todo el cuerpo de Erick, así como el miedo. Lo mira con odio y aprieta fuerte sus dientes. -Disfruté mucho matar a ese maldito mocoso.- sonríe mirándolo desafiante.
-¡Tú!... Desgraciado, ¿cómo te atreves?.- grita indignado Kevin
-Al parecer, he sido tan indulgente contigo que se te olvidó quién soy yo, Erick. Pero ya no más, tú y tus cómplices merecen algo peor que la muerte.-
-Yihen, mátalos.- así el látigo desata todo su poder. se ve envuelto por completo en llamas violetas. Las nubes taparon a la luna y truenos se escuchan desde el cielo. Yihen chilla emocionado, al mover la mano el látigo sale disparado hacia Erick con una intención asesina aterradoramente llena de sed de sangre, era como si el látigo tuviera vida propia.
Al compás del movimiento de su dueño, A su paso el látigo va azotando a todos los licán en su camino hacia Erick, Cerca ya de él, lanza el látigo hacia él, pero Erick tenía un truco bajo la manga y se teletransporta a otro lugar. Pero no salió ileso, ya que el látigo llegó a darle en la espalda, sin contar que sus piernas estaban gravemente heridas.
-¡Se escapó! ¡Jum! ¡Cobarde! Quiero ver hasta dónde puede correr. Será divertido cazarte.- en sus labios se posa una sonrisa siniestra. Detrás de él se escuchan los gritos de desesperación de los licán que azotó con su látigo. Una de las especialidades de Yihen, el látigo infernal, es que su fuego no quema, sino que devora a los que hiere. Y cuando se encuentran por morir, absorbe sus almas y se alimenta de ellas condenando al sufrimiento eterno a sus víctimas.
-Harry, pasa la orden. Erick Shawdols es un criminal peligroso. Mató a criaturas inocentes y causó destrucción en la tribu de las hadas. Si lo ven, mátenlo, y todo aquel que se atreva a esconderlo será decapitado.-
-¡Como ordene, su majestad!
-Los orcos tendrán que darle una compensación a las hadas por lo que destruyeron y, además, las ayudarán con la reconstrucción de las casas. En cuanto a la compensación, pónganse de acuerdo entre ustedes, ¿entendido?.-
-¡Sí, su majestad! -ambos le dan una reverencia.
-Kevin, tu hijo será vengado. No quiero que algo así vuelva a ocurrir.- le mira con indiferencia mientras Yihen desaparece de sus manos.
-Muchas gracias, Su Majestad. Estaré eternamente agradecido.-
Y así, todo el problema se resolvió aunque más adelante el Rey se arrepentiría de haber dejado escapar a Erick, pues esto sólo era el preludio que traería una gran calamidad.
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Comments
Blue Angel. 🎶🎶🎵🎵🎸🎸
😱
2023-09-09
2
Rocio Elizabeth Romero
😨😱
2023-05-02
1
Rocio Elizabeth Romero
Te entiendo... yo y mi hermana nos tuvimos que fugar de la casa a los 34 años somos gemelas... Si no lo hubiesemos hecho aun seguiriamos ahi sin conocer a nuestros hijos. A mis ya casi 40 años tengo a mi pequeña que está por cumplir 6 añitos. Pido a Dios me preste vida para vivir con ella muchos años. Es triste 🤣🤣🤣 jajajajajaja pero aqui a la protagonista la protegen de los peligros del bosque maldito es otra historia jajajajajaja
2023-05-02
3