El comienzo

Soy Lily Elitihoon, una chica albina de ojos grises. Tengo 17 años de edad y soy hija única, Mi madre es Celeste Kanji y mi padre es Etan Elitihoon, archiduques de las tierras del norte y protector de las fronteras entre el Imperio Las Tres Lunas y el Bosque Maldito. Mis padres siempre han sido muy sobreprotectores conmigo, no me dejan salir del castillo Elithoon, dicen que todo fuera de estas cuatro paredes es peligroso para mí, sus excusas para no dejarme salir siempre son las mismas, ya que gracias a los ataques constantes de los monstruos y sus infiltraciones en las ciudades fronterizas, temen que al salir sea atacada por alguna bestia disfrazada de humano.

El continente Lumiria actualmente se encuentra dividido por la mitad una parte pertenece al bosque maldito, la cual es una tierra donde habitan bestias y criaturas salvajes y muy peligrosas, y la otra parte es donde habitamos nosotros los humanos. Nuestro imperio es protegido por los grandes cuatros ducados, Elitihoon al norte, Aurathir al este, Argenta al sur y Alaric al oeste, este último se encarga de proteger la capital imperial mientras que los demás ducados se encargan de proteger nuestras fronteras de las constantes invasiones de los monstruos del bosque. Aunque según mi profesor de historia existían cinco ducados, hablar del ducado Bastyc se convirtió en un tabú en el imperio pues tanto el duque como su familia y todos los que trabajaban ahí fueron asesinados de una manera horrible por el demonio Moon Hyunggu rey del bosque maldito hace ya 500 años atrás.

En el imperio la realeza y la nobleza no solo son figuras de autoridad y poder político, sino también guerreros hábiles y practicantes de diversas disciplinas que combinan artes marciales, magia y energía espiritual. Este imperio es un crisol de tradición y destreza, donde el arte de la guerra y el conocimiento arcano se entrelazan en una danza compleja y poderosa. Y esta es una de las otras razones por la que mis padres no me dejan salir del castillo, Tanto la realeza como la nobleza cultivan su energía espiritual a través de la meditación y rituales. Practican el "Chi" o "Ki", una forma de energía vital que fluye a través de todos los seres vivos. Esta energía les permite aumentar su fuerza, velocidad y agilidad en combate, y, además, les otorga habilidades mágicas que solo están reservadas para aquellos que pueden canalizarla adecuadamente.

Y yo soy una de las pocas almas en desgracia que no puede ni canalizar el Chi o el Ki, además no tengo talento para la magia y mis padres creen que me voy a romper como una ramita seca si práctico artes marciales, así que abandone la idea cuando me fracture la pierna intentando aprender una técnica básica de artes marciales, a mi madre casi le da un infarto cuando me vio y claro fui castigada sin poder salir de mi habitación por un mes.

Puede que yo no pueda usar magia, ni canalizar el Chi y tampoco tenga talento para aprender las artes marciales para defenderme, pero se supone que nuestras fronteras son más seguras actualmente, los ataques de las bestias del bosque maldito an mitigado, además de que la guardia a aumentado y mi padre es muy estricto cuando se trata de la protección de la vida de los plebeyos que viven en estas tierras. Por eso pienso que ellos solo están exagerando con la sobreprotección…

-¡Señorita Lily, por favor baje de ahí, se puede caer!.- exclama Elena, mi sirvienta sacándome de mi aturdimiento.

-Elena, cuántas veces tengo que decirte que no seas tan formal. Llámame por mi nombre.- hago un puchero

-No me cambies de tema y baja.- insiste Elena.

Sonrío, es muy difícil engañarle

-Elena, deberías subir, la vista es hermosa desde aquí arriba.- le digo por tercera vez a mi sirvienta, aunque para mí es mi única mejor amiga, ambas crecimos juntas

-Señorita Lily, eso es muy peligroso. Baje de la muralla. Si la señora se entera, la va a castigar.-

-Mi querida Elena, si sigues con el escándalo, no solo mi madre se va a enterar, sino todo el castillo.-

Y se hizo el silencio. Parece que cayó en cuenta de lo que dije. La miro y veo cómo cruza sus brazos y me da una mirada de desaprobación con esos lindos ojos color café.

-Tranquila, -suspiro- Yo se lo que hago. Además, no es la primera vez que subo estas murallas.- le digo con una sonrisa

Ella me mira y con esa mirada sé que la he convencido, como todas las otras veces.

-Está bien, señorita Lily, pero tenga mucho cuidado. Si se lastima, no sé qué le diré a la señora.- Elena suspira resignada

-Te preocupas demasiado, mi querida Elena. Esto ya lo tengo dominado.-

Estar encerrada aquí es muy aburrido. Quiero salir y explorar, aventurarme a lo desconocido, ver lo que hay afuera de este castillo. Pero solo puedo verlo desde las alturas de las murallas. Ver cómo los plebeyos celebran festivales y salen con sus parejas, esa libertad que tienen es la libertad que yo deseo. Sinceramente, los envidio.

Desde la muralla veo el ajetreo de las personas y un hermoso atardecer. Al cerrar mis ojos, siento el viento acariciar mi cara.

"Lily... Lily..."

- Elena, ¿qué pasa?.-

- ¿Qué sucede, señorita?.-

- ¿Para qué me llamas?.-

- ¿Eh? Pero si yo no le he llamado, señorita.-

Abro mis ojos y la miro. -Entonces, no me llamaste?.- Pregunto para asegurarme.

- No, señorita.- dice mirando cautelosamente alrededor para ver si había alguien más.

-¿Serán ocurrencias mías o es que ya me estoy volviendo loca por tanto encierro?.-

- Ay, señorita.- suspira - usted no está...

“Lily.... Lily...”

La interrumpo- Shhhh... ahí está de nuevo, ¿Lo escuchas, Elena?.-

- Señorita, yo no escucho nada - dice toda nerviosa.

- ¿Cómo no lo vas a escuchar? ¡Dice mi nombre! Me está llamando.- Siento algo raro cuando escucho esa extraña voz decir mi nombre.

- Señorita, me está asustando, Mejor vámonos de este lugar.-

De repente, hace mucho viento y a través de él puedo escuchar esa hermosa voz masculina llamarme.

- Lily, ven conmigo... Lily...-

Mi mirada se centra en el bosque maldito, de ahí viene la voz, pero no veo nada. En un aturdimiento, sigo avanzando.

- ¡Señorita, cuidado! ¡Se va a caer!.-exclama desesperada Elena

La voz de Elena me despierta, pero pierdo el equilibrio y todo se vuelve borroso. La voz de Elena se hace cada vez más lejos mientras caigo.

- ¡Señorita Lily! ¡Señorita!.-

Cierro los ojos resignada a mi destino y de lo único de lo que me arrepiento era de no haber podido salir a explorar el mundo fuera del castillo. De repente, me siento flotando en el aire. ¿Cómo es que no caigo? ¿O me caí y ya morí? 😕 Pero no siento el dolor de la caída. ¿Así es como se siente morir? Qué raro.

- Señorita Lily, usted...-

- ¿Eh? ¿Elena, tú también te moriste? 😖Espera un momento.

Abro mis ojos lentamente y me sorprendo. No me lo puedo creer.

- Ah, estoy flotando... ¡Rayos, estoy flotando en el aire!.-

Miro a una Elena con la boca abierta y los ojos bien abiertos. Está así de sorprendida que yo.

Veo cómo una luz cálida me envuelve todo el cuerpo y comienza a mover mi cuerpo y me lleva hacia Elena. Incrédula, miré hacia abajo y si, no es un sueño ni morí.

- Señorita, ¿se encuentra bien?.- dice Elena saliendo del asombro cuando llego a su lado y comienza a revisarme de arriba a abajo preocupada.

La extraña luz volvió a mi brazalete.

-Definitivamente tiene que ser un sueño, Elena pellízcame... ¡hay! Pero no tan fuerte.-

-Usted misma lo pidió, ¡jum! ¿Ya despertó o la pellizco de nuevo para que despierte?.-

La miro y sé que está enojada -Mi querida Elena, no te enojes, sí? Yo estoy bien.-

Si no fuera por este brazalete, sería puré de carne. Hasta de pensarlo me da escalofríos. Eso estuvo cerca.

-Señorita, ni se le ocurra hacer algo así de nuevo. Con la vida no se juega. ¿Sabes lo asustada que estaba? Pensé que te perdería.- dice al borde de las lágrimas.

-Elena, ya no llores. Perdón, es mi culpa. Debí hacerte caso.-

Me acerco a ella y la abrazo -Ya no llores, sí. Se me parte el corazón verte así. Estoy bien, no me pasó nada.- paso mi mano por sus mejillas para limpiarle las lágrimas.

Elena me mira resignada, -Está bien, pero no me vuelvas a dar esos sustos.-

Sonrío, -Bien, Elena, está oscureciendo. Es mejor irnos. Madre no se puede enterar de esto porque ahí sí que ni me deja salir de la habitación, ¿entendido?.-

-Pero señorita, ese brazalete está encantado, ¿no...?- la interrumpo.

-Este brazalete es especial. Siempre lo llevo conmigo. No puedo recordar quién me lo regalo, pero no es peligroso. Así que no le digas a mi madre lo que hizo el brazalete.-hago una pausa

- Eso es un secreto, Elena.- la miro seria.

-Esta bien, señorita. De mi boca no sale nada.-

Sonrío, -Bien, ¡vámonos! Hay un misterio que descubrir.- Esto será emocionante. Algo interesante con qué matar el aburrimiento.

Aunque aún se me hace raro. ¿Qué será lo que me llama desde el bosque maldito? ¿Por qué solo yo puedo escuchar su voz? Y también está este misterioso brazalete. No sé qué pasará más adelante, pero sí sé que no importa lo que descubra, lo enfrentaré con valentía. ¡Los Elitihoon no son cobardes!

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***