Capítulo 17 El Poder

Isabella se despertó en la enfermería, un poco mareada, con dolor de cabeza, como si hubiera bebido 2 botellas de tequila y Ron, sensación de resaca profunda. Desorientada, no recordaba cómo había llegado hasta allí.

-Señorita Isabella L'Hermosilla, por fin despertó, lleva 2 horas durmiendo, soy la Enfermera Yosy Matasano - me dice una enfermera rechonchita muy amable.

-¿Qué hago aquí? ¿Cómo llegué hasta aquí?- pregunto confundida, sentándome, dispuesta a ponerme mis zapatos para irme.

-Veo que todavía está desorientada, es natural por la sobre dosis de poción de alegría que ingirió, esto le debe enseñar a no beberse todas esas pociones que hagan en la clase de Mefistoles- se cubre la boca para reírse ijiijiji

-Tuvo suerte de que el Príncipe Pietro la trajera, pudo haber sucedido una tragedia con usted, pero ya tomó el antídoto, no se preocupe no le pasará nada - sigue sonriendo Jijjiji.

-¿El Príncipe Pietro me trajo?- estoy sin poder creer la resaca qie tengo, que hasta olvidé lo qué pasó.

-¿Ya me puedo ir verdad? ¿Qué hora es?- pregunto preocupada por mi clase con el Maestro Black.

-Si, se puede ir tenga estas yerbas, debe tomarse ese té en la noche antes de dormir, Son las 3 de la tarde-

- ¿Quéee son las 3 de la tarde? ¡Estoy en graves problemas con el Maestro Black! ¡Gracias enfermera Yosy! Debo irme- tomo mi mochila, meto la bolsita de yerbas. Y salgo corriendo de allí hacia la Torre Norte.

Subo rápidamente las escaleras en espiral, como llevada por una ráfaga de aire, toco la puerta con miedo:

-¡Adelante Isabella!- ya estoy acostumbrada, de que sepa cuando yo me acerco.

-¡Maestro, perdone mi retraso, no volverá a ocurrir!- Bajo la cabeza muy avergonzada.

-No te preocupes ya sé que estabas en la enfermería, por una sobredosis de alegría- dice observándome.

-¿Me leyó la mente?- pregunto.

-No, los chisme de pasillo son más rápido, usted y el Príncipe Pietro protagonizaron un gran espectáculo público un tanto indecoroso, si me permite decir-

- ¡Perdóne Maestro. Pero no recuerdo nada de lo sucedido!- replico de inmediato, y si no recuerdo no pasó, me digo a mi misma.

-No creas que si no lo recuerdas no pasó, si pasó y todos comentan. Dígame ¿ustedes son muy cercanos o usted es muy atrevida?- responde leyendo mi mente el maestro.

- Pues, la verdad yo soy su prometida, y nos conocemos desde niños, y somos muy cercanos, pero ¡No ha pasado nada indecoroso, lo juro!- Me apresuro en aclarar las cosas.

- Bien, eso no debe repetirse, traten de mantener las distancias apropiadas, mantener el decoro es obligación de ambos- me mira por encima de sus gafas.

- Si maestro, pero el decoro y la virtud, aunque es un deber de ambos. Es tambien muy cierto, que los chismes se centran en mí, dejando el honor del Príncipe intacto, mientras que los prejuicios me enlodan arrastrando mi virtud, sin contemplación. ¿Es acaso un delito las emociones de las mujeres? ¿Las mujeres, no tenemos derechos a los ojos de la sociedad, de poder expresarnos como lo hacen los hombres?- pregunto un poco molesta por el machismo actual. (Aunque en la sociedad de la que vengo no es muy diferente, una mujer que toma las riendas de su sexualidad se le considera promiscua, pero cuando un hombre lo hace es todo un "macho").

- Lamentablemente, mi estimada Isabella, no podemos ir en contra de las costumbres y buenos modales establecidas en la sociedad actual, en contra de lo que se considera honesto y deshonesto, si queremos luchar contra la corriente, primero debes estar en la cima del poder, por lo tanto, si estás predestinada a ser la Emperatriz, ten paciencia y logra tus objetivos, que será en ese momento en el que podrás realizar cambios en la sociedad por el beneficio de las mujeres- continúa reflexionando su maestro:

-Por ahora no se trata en aceptar sí es correcto o no lo que hicieron, o si es solamente prejuicios contra las mujeres las habladurías y chismes, es cuestión de utilizar tu inteligencia y sentido común, para que te mantengas como una mujer apta ante la sociedad, para ocupar el cargo de Emperatriz en el futuro, y que no pierdas esa oportunidad pensando que tú proceder es lo correcto sin importar lo que hagas; desafortunadamente, a los ojos de los demás estás presentándote como una libertina, con lo cual, solo perderás la oportunidad de tener el poder para realizar los cambios que anhelas -

- Es cierto maestro, como decía un sabio: "la razón la tiene el burro debajo de la cola"; es importante mantenerme de bajo perfil hasta conseguir el poder, ahora no es importante tener la razón. Gracias por sus sabios consejos - Isabella reflexiona con palabras filosóficas.

- Ahora volvamos a lo nuestro- dice el Maestro.

- Por lo que encuentro en tu cochambrosa mente, únicamente has leído 2 libros en dos semanas, veamos cuánto lograste entender, vas a concentrarte, y debes calcinar ese tronco que está allí, en frente de ti - señalándole la chimenea.

Isabella se concentra dirigiendo su odio, en contra de Ken y Gina, está segura de que ellos deben estar involucrados en los chismes que ruedan en su contra por los pasillos, quiere destruirlos. De esa manera se sobre eleva del piso, sus ojos se tornan blancos, sus manos se dirigen hacia el tronco, una nube negra la cubre, haciendo que de su mano surja una ráfaga de electricidad que enciende y calcina el tronco en su totalidad, permaneciendo sus manos encendidas con un gran destello de electricidad sin apagarse.

-¡Isabella, Isabella vuelve en ti! ¡Despierta! - escucha a lo lejos, el grito desesperado de su maestro, que utiliza un balde de agua, que lo eleva con magia, para echarlo encima de Isabella, buscando traerla a la realidad para sacarla del trance en el que está inmersa.

Ella cae al piso desmayada; había perdido mucha energía, debido a que ya se encontraba débil por el antídoto contra la poción de alegría.

El maestro la eleva en el aire con magia, hasta acostarla en una especie de catre, la cubre con un manto de calor, porque presentaba una reacción al frío por la nube de oscuridad que la envolvía y el agua vertida en su cabeza, está mojada, temblando, tiritando de frío. Le prepara una poción caliente, restauradora de la energía corporal. Ella lo toma medio dormida, lentamente se va recuperando, entra en calor, abre los ojos, todavía se siente débil. El maestro con su magia, produce un viento de calor, que seca su ropa.

-Isabella, no debí exigirte el día de hoy que practicaras, pero tengo que felicitarte porque lo hiciste muy bien- habla con orgullo el maestro, sentado a su lado.

-Mañana debemos trabajar para buscar alguna forma práctica, para evitar que se apodere por completo de ti la oscuridad. En ese preciso momento en el que estés expresando tus rayos destructores, debes dejar siempre una zona de conciencia en tu mente, para que puedas ver qué es lo que estás haciendo-

- Es primordial de ahora en adelante concentrarte también, para controlar tu misma ese inmenso poder de destrucción masiva que posees, mañana comenzaremos esa tarea, descansa, por hoy es suficiente. Puedes irte - su maestro se despide de ella por esa tarde.

Pero antes de que se vaya, le coloca en la muñeca el brazalete representativo de su magia elemental, es de color amarillo con una raya negra gruesa en el medio, representando el poder de los rayos y la oscuridad, pero a los ojos de todos será solamente amarillo, por ahora deben ocultar la magia oscura.

Isabella, lentamente se reincorpora, y asiente a las enseñanzas de su maestro y se despide agradeciéndole por la sesión de hoy. Ahora sabe que tiene un poder mucho mayor que el de las simples críticas viperinas de Ken y Gina, comprende que ellos quieren quitarle la posibilidad de llegar a convertirse en Emperatriz, pero no les va a dar el gusto a ese par de víboras, ella los va a destruir a ambos en su mismo juego.

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