Capítulo 2 La Familia

Mis padres llegan rápidamente al llamado seguidos del médico de confianza.

Mis padres me abrazan emocionados, soy su única hija, bueno mi hermano Arnold ya es mayor de edad. Es un general a los 20 años un gran mago poseedor de magia de fuego. Mi padre tiene 40 años delgado y alto y mi madre 38 años bajita y bastante obesa. Somos una familia muy unida y especial debido a la magia que dominamos. Yo nunca me había interesado en eso, sino ya muy tarde por eso no logré dominarla.

El médico me examinó y dispuso que debo descansar el día de hoy y comer sopita liviana. Me quedé en cama. Pensando en esa novela "Traición y Poder", debo cambiar mi destino fatal.

Clasifico los personajes traidores: Ken Zanganón, Gina Lolasfrigidas  Lucinda Putinsky, Pietro Bellosimpar, aunque este monigote también muere traicionado. Faltan 2 años para que aparezca la Lucinda Putinsky. Debo elaborar un plan de acción.

Primero evitar enamorarme y no perseguir al Príncipe Ken, eso será fácil, soy una adulta. No me interesa. Aunque debo agradecerle a Pietro por salvar mi vida.

Entra Rosy, para informarme, que el Príncipe Pietro ha estado pendiente de mi recuperación todos estos días, está hoy aquí visitándome, porque se enteró de mi recuperación.

Entra un joven de 15 años que parece un querubín, cabellos color blanco y ojos azules se ve realmente Bellosimpar. Se acerca a mi cama,

-Hola, me alegra que hayas despertado, me tenías muy preocupado- me dice sentándose frente a mi cama.

- Le agradezco mucho Príncipe Pietro por haberme salvado de morir ahogada- le digo con solemnidad.

- Isabella ¿Por qué eres tan formal?, no hay nadie aquí sabes que puedes llamarme Pietro, - me sonríe, no entiendo por qué está tan cambiado, en la novela decía que me detestaba, ¿O tal vez sea cuando aparezca Lucinda?

-Pensaba que te caía mal- bajo la mirada.

-No seas tonta, creo que has perdido la memoria, siempre hemos sido amigos, tu madre y mi madre la Emperatriz son muy amigas, tu padre y el mío también, así que no tiene nada de sorprendente que tú y yo nos llevemos bien- me sonríe con amabilidad, yo tomo su mano, lo que hace que se ruborice, al parecer le caigo mejor de lo que imaginé, no es costumbre los contactos físicos en esta época.

-Gracias Pietro, hay cosas que he olvidado, ¿Puedes por favor ayudarme? He tenido un sueño terrible, no sé si es una premonición futura, no sé en quién confiar- espero que sea lo suficientemente inteligente para acercarse a mí y evitar su muerte.

-¡Puedes confiar en mí!- me mira manteniendo su mano apretando las mías (como que le agrada el contacto físico más de lo que debería).

-Soñé que tú me asesinabas cuando sea adulta, y a ti te asesina después, la misma mujer por la que me asesinaste- lo miro con lágrimas en los ojos, ese truco siempre funciona en esta época, las damiselas en peligro son las que los chicos quieren salvar.

-Isabella te prometo que nunca te haré daño, ninguna mujer hará que eso suceda, eres mi amiga y de seguro nuestros padres nos unirán en matrimonio, cuando cumpla 18 años- se sonroja al decir esas palabras, Isabella está haciéndole circuitos con sus suaves dedos en la palma de su mano, está emocionándose.

-¿Recuerdas qué aspecto tenía esa mujer?- dice con voz entrecortada por la sensación que proporciona el suave toque de Isabella.

-Si, lo recuerdo su cabello era negro y sus ojos verdes, su nombre era Lucinda, no recuerdo su apellido, parecía plebeya- confieso asustada, continuando masajeando sus dedos, de forma distraída, pera que no sienta que lo hago a propósito.

-¿Me crees? Prométeme que guardarás este secreto, no debes contarlo a nadie, cuando ella aparezca, debes alejarte de ella, ella será nuestra asesina- le aprieto los dedos subiendo y bajando con los míos.

-Lo prometo, no habrá manera de que ella nos haga daño- dice enrojecido ya sin poder evitar cruzar sus piernas, la carpa se hace evidente.

- Si la hay, tú te puedes enamorar de ella- le digo con tristeza, continuando las caricias de sus manos, sudorosas.

-Imposible, no hay nadie más que me interese en esta vida - con la voz entrecortada, me mira ruborizándose. Yo le sonrío, suelto su mano, seguro se va a tener que dar un buen baño de agua fría o usar a Manuela.

-Debes descansar. Vendré mañana a visitarte nuevamente, espérame para que vayamos al jardín juntos - yo asiento y vuelvo a acostarme, no le he dicho nada de su hermano Ken, por ahora, porque debo agarrarlo in fraganti con la alimaña de Gina Lolasfrigidas ellos son los verdaderos villanos, estoy segura de que ella fue quien me empujó al helado estanque.

Pero ellos son sus amigos, y Pietro inocentemente no se da cuenta de nada a su alrededor, no tiene malicia (Nunca ha tenido sexo) pero en esta vida, yo voy a encargarme de sembrarle el deseo, no se lo voy a dejar a la Putinsky. Comenzaré su progresivo adiestramiento, hoy pude ver que no le soy indiferente, juro que lo convertiré en un amante salvaje, que no va a poder desprenderse de mis encantos. Ninguna Putinsky ni La Gina Lolasfrígidas podrán conmigo.

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