Cspítulo 4 Las Comidas

El negocio en esta época no solamente serán los perfumes, sino las aguas refrescantes del aliento e inventar el jabón de lavar ropa, el desodorante, ese será mi negocio particular. Eso es lo que he decidido, será mi plan B, en caso de que mi compromiso se rompa por la Putinsky. ¡Me haré millonaria!

(Pienso: Después de todo lo conversado sobre higiene con Rosy, no quiero pasar por la cocina, debe haber ratas y cucarachas a montón ¡Se me eriza la piel de solo pensarlo!).

Voy a ir al comedor a desayunar con mis padres, me reciben con una gran sonrisa, charlamos amenamente, mi padre me reitera que hoy me inscribirá en el Instituto Imperial de Magos. Mi pobre madre tuvo que cortarse el cabello quemado, se puso una gran peluca al estilo March Simpson, supongo que es la última moda.

-¡Estos huevos no tienen sal! ¡Y ese pan es más duro que una suela de zapato! - toso de la impresión y el asco.

-¿Sal?, esos productos son muy caros, y unos simples huevos no lo necesitan, se usa para conservar la carne para que no se dañe, ¿Por qué de pronto te interesan esas cosas? Siempre te ha gustado el pan - Mi madre está sorprendida de mi interés por esas nimiedades.

(Pienso: Oh por Dios, es cierto que no hay nevera en esta época, no hay electricidad, las comidas las conservan en sal, y no hay especias para cocinar, las pocas que hay las traen de la India, y son costosas. ¡Mi vida aquí no será nada bucólica! ¿Qué pasará con mi batido frapé de naranja con granadina? ¡Mis hielitos! ¡Creo que voy a llorar!)

-Madre ¿hay cervezas en la casa?- pregunto para utilizarla de levadura para el pan, de suerte que aprendí algo de cocina en mi otra vida.

-¡Por supuesto!, a tu padre le gusta disfrutar de su cervecita de vez en cuando - responde mi madre, mientras mi padre sonríe con cara de satisfacción.

(Pienso: Excelente, debo pasar por la cocina a enseñarle unos trucos al cocinero para el pan esponjoso, pensándolo bien: ¡Ese también es otro negocio!, mi caja registradora mental, suena como campanita)

Al terminar, el desayuno me dirijo hacia el campo de entrenamiento, mi hermano es un general que entrena con sus soldados, aunque sus cuerpos son de infarto, no quiero acercarme, no hay desodorante en esta época ¡El olor debe ser a verraco! Antes de que pueda huir, Arnold me ve y se acerca, me levanta en el aire dándome unas vueltecitas, pero se pasa, parece batidora, termino mareada viendo estrellitas, me estrello contra sus pectorales. (Pienso de forma cochina: este hermano mío tiene unos pectorales más duros que un muro, ¡Madre mía!)

- Mi hermosa Isabella ¿Ya estás bien?, me hace tan feliz verte despierta- me besa en la frente y las mejillas, apretándome contra su pecho... Sigo en las nubes.

Me siento bendecida por la familia que tengo, (pienso: ese hermano mío es demasiado guapo, gracias al cielo no están permitidos los incestos...) ¿Cómo pudo lo antigua Isabella traicionarlos?

-Hermano, si te pido que me enseñes a defenderme ¿Lo harías?-  pongo una tierna sonrisa.

-¡Por supuesto!, no voy a permitir que nadie te intimide, estoy seguro de que esa Gina tuvo que ver con ese supuesto accidente en su casa- Hizo un cronograma de actividades para la enseñanza, cuando él se libere de sus obligaciones con los soldados.

Rosy me llama y me dice que el Príncipe Pietro vino a verme.

-¿Ese principito no tiene nada qué hacer en esta vida?- me pregunto.

-¡Señorita recuerde el privilegio de bañarse cada dos días con agua fresca!- me dice Rosy

-¡Sí, ya voy para allá!- respondo entusiasmada, definitivamente ese compromiso es una bendición para mi salud corporal.

En el living, se encontraba Pietro, vestido con ropa de equitación, yo me sorprendo, se ve guapo. ¡Dios mío! ¿Por qué estos personajes masculinos son tan guapos? ¿O es que en mi otra vida solo conocí gente común y corriente? Como sea, este principito debo ganármelo antes de que aparezca el esperpento de Lucinda y me lo arrebate.

-Hola Isabella, traje a Nube y a Pegaso, para que montemos un poco por el prado- con una bella sonrisa me ofrece ir con él... (debo preguntarle por su higiene bucal, ¡Esos dientes si se ven bien blancos!)

-Pietro, no recuerdo muy bien, ¿Yo sé montar a caballos?- él se ríe.

-Tontita, me suplicaste que te enseñara y aquí estoy para hacerlo- yo sonrío.

-Vaya, es muy amable de tu parte, tomarte el tiempo para hacerlo, muchas gracias. En seguida voy a cambiarme, espérame aquí, por favor- Subo de dos en dos las escaleras, él se sorprende nunca actuaba fuera de las normas de etiqueta. Se ríe. Le empieza a gustar mi espontaneidad.

Al llegar a mi habitación, ese armario tiene solamente vestidos extravagantes, tomo una tijera, y acomodo uno de forma sencilla, me pongo unas botas, y bajo unos 30 minutos después, me convertí en Diseñadora de Ropa en tres fáciles lecciones. Realicé un traje de equitación blanco muy a lo moderno, pantalón y camisa con chaqueta del mismo juego.

Supongo que al ser esto una novela, puedo aparecer con la ropa que me imagino sin mucho esfuerzo. ¿Ahora que lo pienso? ¿Por qué eso no aplica para el agua, el jabón y la pasta de dientes?.

Bajo para encontrarme con Pietro:

-Perdóname, pero no había nada apropiado para montar, tuve que improvisar, él me mira sorprendido, tenía puesto un magnífico traje de equitación blanco.

-¡Te ves muy linda!- se sonroja, yo lo tomo de la mano y él se sonroja más, no está acostumbrado al roce de piel y al afecto.

Me sigue con una gran sonrisa.

Había dos caballos hermosos, él me ayuda a montar a Nube un caballo blanco, cuando me pongo con mis piernas a ambos lados del caballo, me reprende,

-Así no montan las damas, lo hacen de lado-.

-No, así es muy incómodo, quiero hacerlo como tú, vamos por un camino solitario, en las praderas de mi casa, así nadie me ve- él asiente cómplice, se sube a Pegaso, el otro caballo negro. Da la orden a sus guardias que lo esperen allí. Va tomando las riendas de mi caballo y cabalgamos despacio.

-¡Me encanta montar, es fascinante!- él empieza a hablar de los caballos, yo le voy haciendo preguntas conversamos por largo rato.

De pronto se para en un lago y me baja del caballo, quedando muy cerca su rostro del mío al bajarme. Él se sonroja, eso me parece muy adorable, esa expresión inocente. Dios ¿por qué nunca conocí a alguien así en mi otra vida? ¡Me siento como una pervertida! Mi edad real en la otra vida es de 25 años y este niño tiene 15. 

Me acuesto en la grama y él a mi lado, yo tomo su mano, él se está acostumbrando a mis gestos, no me suelta.

-Pietro, ¿puedo pedirte me enseñes otra cosa?-

-¡Por supuesto! ¿Qué quieres ver de mí...?- se va acercando, desabotonándose la camisa.

-¡Pietro! ¡Quiero que me enseñes a nadar! ¿Qué estabas pensando?- Se abotona nuevamente la camisa.

- ¡Nada, no estaba pensando nada inapropiado! Sí, te voy a enseñar a nadar, podemos venir en una semana aquí nuevamente y comenzamos a enseñarte - Cambio la incómoda situación:

-Sabes, me siento bien cuando estoy contigo, eres muy buen amigo- eso no era lo que él quería escuchar.

-¿Me consideras solo tu amigo?- pregunta desilusionado.

-¿Debo verte de otra forma?- pregunto con inocencia fingida.

-No, no lo entenderías eres muy joven todavía- me dice viéndome, apretando mi mano.

-¿Por qué no me explicas?- le digo con una gran sonrisa invitándolo a hablarme. Me incorporo en la grama sentándome muy cerca de él. Se pone un poco nervioso, pero no se aparta. Lo estoy llevando al límite de sus emociones.

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