Capitulo 5: " El Lado Oculto "

Él Alejandro que se mostraba frente a Aleksei e Irina, era muy diferente al que se mostraba frente a su padre, u otros nobles.

Aunque Aleksei se daba cuenta de ello, Irina ni siquiera lo imaginaba.

Irina solo conocía la cara amable, las palabras dulces y el buen trato de Alejandro, nunca lo había visto ser grosero, tener malos comportamientos, no sabía que tuviera algún vicio, fumar o beber, ni mucho menos apostar, la inocencia de Irina era mucha.

Los jóvenes nobles del Imperio Valkano, debutaban a los dieciocho años, Alejandro ya tenía veinte y había hecho su debut, mantener contacto y relaciones estrechas con otros nobles era necesario para asegurar el éxito de los nuevos ingresantes a la sociedad, crear vínculos fuertes de confianza para en un futuro ser personas confiables para realizar negocios y participar en la política Imperial, era fundamental.

Todo se basaba en la mera imágen, lucir como personas correctas ante la sociedad, pero los mismos que en el día alardeaban de sus modales y hablaban de valores, en las noches se olvidaban de todo aquello, la mayoría tenía una doble cara.

Alejandro era bueno en decir lo que los otros querían escuchar, su imagen en la emergente sociedad joven era exitosa, gracias a su capacidad de socializar a su favor acompañada de su buen aspecto, le habían traído beneficios, las jóvenes de la sociedad Valkana que ya habían debutado y conocían a Alejandro, no podían ignorarlo, él era tema de conversación en muchas reuniones de las jóvenes, aunque algunas no podían omitir el hecho de que eran un hijo ilegítimo, veían a Alejandro como a alguien con quién divertirse un rato, ya que dudaban si en realidad heredaría el título de marqués, pero así como ellas lo veían a él de ese modo, él no era diferente con ellas, mujeres para divertirse un rato.

Quienes estaban en contra de este tipo de comportamiento y no lo practicaban, eran las familias conservadoras, pero por más que estuvieran en contra, no significaba que pudieran detener aquél tipo de comportamiento, es más, en el último tiempo solo había aumentado.

Alejandro participaba activamente en los juegos de azar, tenía buena suerte y era el mejor en ese tiempo, casi todas las noches participaba en el exclusivo casino de la capital.

Jóvenes de todo tipo asistían a ese lugar, aunque también lo hacían los mayores.

- Oh! Miren quien llegó! El Rey de la noche.

- Alejandro: dejá de decir estupideces Bran.

Bran Stephan, primer hijo del Conde Sthepan, era el socio de noche de Alejandro, juntos apostaban y se divertían en la otra sociedad, la de la noche.

- Bran: por qué estás de mal humor? Acaso no has podido ver a la linda hija del Marqués?

- Alejandro: cierra la boca Bran.

- Bran: vamos, olvídate de lo que pasó en el día, hoy hay nuevas y lindas Señoritas que han venido por primera vez, será divertido.

Un moso con el acostumbrado trago que Alejandro bebía, llegó y se lo sirvió sin siquiera preguntar, Bran le ofreció un cigarrillo, y así empezó la noche de apuestas, como de costumbre Alejandro ganó una buena cantidad de dinero, gracias a las apuestas, estába haciendo su propia fortuna.

- Bran: maldición! Cómo es que eres tan bueno para estos juegos!

- Alejandro: no es que yo sea bueno, es que tú eres muy tonto para apostar.

- Bran: dejá de burlarte de mí! Sabes que puedo destapar ese lado que le ocultas a esa jovencita. Qué tan linda debe ser la hija del Marqués para qué te comportes como un santo frente a ella, qué haría sí viera el lado que le ocultas.

- Alejandro: deja de decir tonterías, y deja de hablar de ella.

- Bran: no conozco a la joven, pero viendo al Joven marqués puedo imaginarla, lindos ojos rosas, un cabello dorado como rayos de sol... encantadora sin duda.

- Alejandro: Bran hoy me estás cansado, estás siendo jodidamente irritante.

- Bran: no entiendo porque te enojas, si dices que ella es como una hermana, no debería molestarte que me interese en ella, quién sabe y tal vez en el futuro termine cortejando a esa joven...

Bueno ya me callare, pareciera que podrías matarme con esa mirada...

- Alejandro: [ si ... ella es como una hermana que no necesita saber de este torcido lado mío...]

- qué ha estado haciendo la Señorita éstos días? Se ve muy emocionada y esta corriendo de aquí para allá.

- Es que en unos días es el cumpleaños del joven Marqués Alejandro, de seguro está preparando algo para él.

- Oh vaya, ahora entiendo su emoción.

Así era, en una semana era el cumpleaños de Alejandro, Irina estaba organizando con los cocineros que hicieran el plato favorito de él, además de encargarles un pastel para ese día, también estaba en la búsqueda de un regalo.

Le había regalado muchas cosas en sus cumpleaños anteriores, y ahora le costaba pensar en uno.

- Irina: [ qué iría bien con él... ya es un adulto, es elegante y lindo... me gustan mucho sus ojos, parecen esmeraldas... oh sí! Gemelos de esmeraldas irán perfectos con él! Debo decirle a mí madre que llamé al joyero para ver si tiene ese tipo de gemelos.]

Irina pudo conseguir el regalo que quería darle a Alejandro, y el tan esperado día llegó.

Irina: feliz cumpleaños!

Aleksei: feliz cumpleaños!

Alejandro: gracias, gracias a los dos.

- Irina: vamos! ten toma mi regalo primero!

- Aleksei: no necesitabas comprarle un regalo... con el mío contaba por los dos.

- Irina:Qué dices! como no lo haría.

-Alejandro: mmm Aleksei estás celoso de que me de un regalo jajaja no has cambiado en nada. Bien veamos.

Alejandro abrió el regalo de Irina, un par de gemelos de esmeraldas brillaron cuando abrió la pequeña caja.

Los expectantes ojos de Irina esperaban con impaciencia su reacción, Alejandro lo sabía, río alegremente cuando vió el regalo, ella pensaba en cada detalle, era obvio que había pensado en el color de sus ojos para elegir aquel regalo.

- Alejandro: es muy bonito, me ha gustado mucho, sin duda los usaré , aunque... me hubiera gustado más si fueran del color de tus ojos.

- Aleksei: Alejandro! dejá de engantuzar a mi hermana con palabras ridículas! Toma este es el mío.

Alejandro se divertía con la reacción de su amigo, pero Irina en cambio se sintió muy avergonzada por las palabras de él, no sabía sí se trataba de un juego o si en realidad era lo que pensaba, pero ella quería creer que así lo era.

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