Capitulo 14: " No Es Por Ti "

Unas manchas oscuras podían verse bajo los ojos de Irina, serían a consecuencia de su exceso en el esfuerzo que estába haciendo para lograr incorporar todos los conocimientos que le hacían falta para ingresar a Asteria, o había otro motivo.

Después de leer el último libro que le quedaban, Irina dió vueltas en su cama, mirando al lejano techo blanco pensó.

- Irina:[ si cierro los ojos volverás a aparecer de nuevo...]

Cuando Irina cerraba los ojos, la nítida imagen de Alejandro se apoderaba de sus pensamientos, la cálida sonrisa y la dulce voz que pronunciaba su nombre, resonaban como un eco en su cabeza.

Era inútil, Irina había perdido la cuenta ya de las veces en las que se acostó para tratar de conciliar el sueño, tratando de despejar su mente, y de no sobrepensar nada, pero fué una estupidez creer que así sería.

Sus pensamientos no le dieron tregua alguna, aunque trato de borrarlos, fracasaba en cada intento, antes pensar parecía algo inofensivo, pero para Irina, con el paso del tiempo, se volvió una pesadilla.

La imagen de su último encuentro con Alejandro parecía ser la predilecta, la forma despectiva con la que ella lo había tratado y la forma tan dolorosa con la que él la miró, se repetía una y otra vez, Irina lo había tratado mal y eso no la hacía sentirse mejor.

Irina quería tanto a Alejandro que incluso siendo él que quién la hirió, ella se sentía horrible por haberlo tratado con indiferencia y frialdad.

En la noche profunda y oscura del Marquesado Reggis, Alejandro se encontraba en el balcón de su habitación, no había una estrella, ni siquiera la luna podía verse en el inmenso y aterrador cielo nocturno.

Las luces de la noche, las luces del día, todo parecía haber desaparecido para Alejandro, a su alrededor solo había oscuridad.

La oscuridad de sus pensamientos, de sus enredados sentimientos, se devoraba todo a su paso.

Alejandro: luz... brillante luz.

Sí Alejandro pensaba en luz que era lo que le estaba faltando a su vida, solo alguien venía a su mente, Irina.

Más brillante que los mismos rayos del sol, su sonrisa era capaz de despejar la oscuridad que lo rodeaba y que intentaba consumirlo, y si ella lo miraba con aquellos ojos expectantes y radiantes, de seguro sus días serían mejores, pero ahora ella no quería verlo, lo evitaba, y la última vez que lo vió, tan solo hizo que él se sintiera como alguien horrible, como un cobarde que hizo que aquellos brillante ojos se vieran profundamente decepcionados.

Esa mirada era algo que Alejandro no podía soportar, tenía miedo de que fuera así por siempre, tenía miedo de todo, y no sabía como expresarlo o enfrentarlo.

Las posibilidades de un alejamiento, de no poder escuchar su voz, de no poder ver su sonrisa, hacían que Alejandro cayera en un vacío, pero aún estaba a tiempo de no caer, solo necesitaba hablar con ella.

- Alejandro: si... solo tengo que hablar claramente...

Alejandro había ido con más frecuencia al Marquesado Vikram, con la esperanza de cruzarse con Irina, pero incluso así, no la vió.

Si le preguntaba a Aleksei por ella, siempre recibía la misma repuesta.

" Se la ha pasado estudiando en su habitación", Alejandro creyó que ella estaba buscando una forma de mantener su mente ocupada.

Todo en Alejandro le gritaba desesperadamente que arreglará las cosas con ella, porque de no hacerlo, se arrepentiría más tarde, pero como hacerlo cuando no había podido ver un cabello suyo en el último mes.

Pero era suficiente, Alejandro la vería ese día, de una u otra manera, incluso si debía colarse en su habitación, lo haría.

Era la tarde de un día nublado, en la mansión Vikram todo parecía estar como de costumbre, pero ese día había sido el elegido por Irina para informarle a su hermano que se iría en una semana al Imperio Seshat para realizar el examen de ingreso a la academia Asteria.

Irina le había dicho a su hermano si podía pasar a hablar con ella en su habitación.

Aleksei nunca se negaría a nada que Irina le pidiera, le pareció raro que su hermana lo llamara a su habitación para tener una conversación, pero nunca pensó que escucharía aquello.

Aleksei llamó a la puerta de Irina con el entusiasmo que lo caracterizaba cada vez que veía a su hermana.

- Aleksei: Aquí estoy, pequeña!

- Irina: pasa hermano.

Aleksei entro a la habitación de Irina, y fué a sentarse en el lugar que ella le indico.

Desde que Aleksei vió a Irina cuando entró a su habitación, pudo notar que algo no estaba bien, ella evitó mirarlo, tenía una postura nerviosa, jugeteaba con sus manos y parecía perdida.

Después de estar así por un largo rato, Irina rompió el silencio.

- Irina: Aleksei Hermano... tengo algo que decirte....

- Aleksei: sí? Te escucho, habla pequeña.

- Irina: yo-yo... solo no te vayas a enojar mucho hermano..

- Aleksei: por qué... dices eso?

- Irina: sabes que he estado estudiando mucho este último tiempo... es por que iré a Asteria... en él Imperio Seshat.

Aleksei dejó caer su mano golpeando fuertemente la mesa que los separaba, Irina se contrato y se sorprendió, Aleksei tenía una mirada furiosa.

- Aleksei: Qué estás diciendo?

- Irina: Hermano... cálmate, ya está decidido, padre y madre me dieron permiso.

- Aleksei: estás mintiendo! Por qué harías eso! Es una broma verdad!

- Irina: No-no-, no lo es...por favor entiende, es algo que yo quiero, lo deseo hace mucho tiempo.

Aleksei no le creía, se enojó y la reprendio pero siguió recibiendo la misma respuesta, entonces salió enfurecido a hablar con sus padres, aún no podía creer que enviarían a su hermana a otro Imperio, él no podía acéptalo.

Nada cambiaría la decisión que los marqueses yá habían tomado, y por más que Aleksei protestará, todo siguió como Irina lo había planeado.

Irina sintió alivió por al fin haberle confesado a su hermano que se iría a estudiar a un lugar lejano, pero Aleksei no fué el único que escucho la conversación.

Su habitación como la mayoría de las habitaciones de la gran mansión Vikram, tenía balcón, de pronto las puertas que daban al balcón fueron abiertas abruptamente.

La mirada confusa de Irina se dirigió a ese lugar, y no podía creer lo que estaba viendo.

Una figura masculina que salía enredada de entre las cortinas, el cabello color plata fue lo primero que vió, y los ojos esmeralda la veían de una forma indescriptible, tantas emociones podían verse reflejado en ellos, que era imposible deducir que estaba sintiendo exactamente Alejandro.

Alejandro estaba en su habitación, y a grandes pasos se acercó a ella, la tomo bruscamente por el brazo.

Irina lo veía con asombro, incertidumbre, y no comprendía, como y porque él estaba ahí, además de la absurda reacción que había tenido.

Entonces Alejandro que la veía directamente a los ojos le dijo, con una voz temblorosa.

- Alejandro: es cierto... es cierto que te vas?

- Irina: suéltame... joven marques suelteme.

- Alejandro: Irina contestame! Es cierto que te vas!

- Irina: lo es! Lo es y qué!

- Alejandro: no... no puedes, es broma, es broma verdad?

Irina no contestó y desvío su mirada de la de él, con una voz angustiada volvió a decirle.

- Irina: por favor suelteme.

- Alejandro: mírame... por favor mirame...es por mí, es por lo que dije, si es así

Irina no dejó que Alejandro terminará de hablar, con una voz más aguda y fría, lejana a la suave y dulce voz con la que solía hablarle a Alejandro le dijo.

- Irina: No es por usted, suelteme joven Marqués me está lastimado.

Cuando Alejandro escucho que le estaba haciendo daño la soltó rápidamente, entonces Irina volteó hacia la puerta de su habitación, camino hacia ella y la abrió.

- Irina: no sé como entraste aquí, pero vete ahora.

Alejandro aún no lograba procesar todo lo que estaba pasando, tenía su mirada en el piso, trataba de contener sus emociones, en ese momento podría romper cualquier cosa que estuviera a su alcance para liberar su irá, pero no lo haría, por qué ahí estaba Irina.

- Alejandro: estás mintiendo... no te irás.

- Irina: no tengo por qué darle explicaciones al joven Marqués, por favor retirese.

- Alejandro: joven Marqués -joven Marqués! sabes lo horrible que suena eso para mí! Dime como siempre lo has hecho, llámame Alejandro...

- Irina: es imposible... retirese, si no sale entonces yo me iré.

Irina se dispuso a salir de su propia habitación, dejando a Alejandro atrás, pero pronto fue retenida por él que la abrazo por detrás.

Irina se sorprendió tanto al encontrarse rodeada por sus brazos, Alejandro apoyaba su mentón en su hombro, Irina podía sentir su respiración chocar contra su cuello, sus latidos se aceleraron, de seguro Alejandro podía escucharlos, pero ese no era un momento para ser débil.

Irina se trago cualquier cosa que pudiera sentir en ese momento, y tan solo libero palabras que nunca quiso decir, pero las dijo.

- Irina: suelteme está siendo muy molesto joven Marqués, no quiero verlo o escucharlo, por favor no vuelva a buscarme.

Al escuchar esas palabras tan dolorosas, tan hirientes, Alejandro la soltó y ella se perdió por el pasillo sin voltear a verlo una sola vez.

Alejandro estaba cayendo en el abismo de sus miedos, el miedo de no volver a verla.

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