No por mucho.

...———...

Después de la discusión Bernardo decide marcharse. Vuelve a su oficina y le pide a Esmeralda que le cancelé las citas. Se va al gimnasio y encuentra a Gael.

— Hola cuñado. — Saluda el con ironía y una pequeña sonrisa.

— El esposo de mi hermana es Axel. — Le dice Bernardo.

— No por mucho.

— Tienes mucha confianza en ti mismo. Me preguntó por qué.

— Un buen villano nunca revela sus secretos.

— ¿Villano.?

— Sí tú hermana me acepta por las buenas, tendré que ser el villano

— No quiero que la lastimes.

— ¿Por qué te preocupas.? Tú la odias.

— Pero mi madre no. Y yo quiero a mi madre. Así que mantente alejado de Belén. Ya tuviste tú oportunidad y viste que no funcionó. Mi hermana ni siquiera llegó a quererte.

— Eso crees tú.

— Lo ví cuándo regresó. Estaba más que feliz con Axel. Confieso que nunca la había visto de ese modo.

— Estaba fingiendo. Siempre lo ha hecho.

— No me importa si finge o no. Ya te lo dije, aléjate de ella, lo que sea que planes no me involucres. No volveré a ayudarte.

— Cómo quieras. — Gael continúa haciendo ejercicio.

...———...

Axel va a casa de su suegra por la tarde. Comen juntos y conversan. A la madre de Belén se le ocurre sacar el tema de los niños.

— Si por mi fuera Belén ya estaría embarazada. — Axel ve a su esposa con una sonrisa, Belén por su parte no sabe cómo actuar.

— Hija, ¿sucede algo.?

— No. Es sólo que, esté vino me supo muy dulce. — Busca un pretexto para cambiar la conversación. — ¿De dónde lo trajeron.?

— De México. Ya sabes cómo es tú padre. Le gusta comprar cosas a dónde se que va.

— Buenas tardes. — Llega el padre de Belén y besa a su esposa. — Amor. ¿No me esperaste.? — Ve que ya van a mitad de la comida.

— No sabía que vendrías. Debiste avísame.

— Quería darte la sorpresa. — Le da otro beso. Belén voltea la cabeza cómo si no quisiera ver esas muestras de afecto. — Mírala, todavía parece una niña. — Su padre se ríe de ella.

— Hija ya deberías estar acostumbrada a ésto.

— Me dan envidia. — Dice Belén.

— ¿Envidia porqué.? También tienes un esposo guapo. — Comenta su madre.

— Yo deseó verme así de feliz con mi esposo, cuándo llevemos más de 20 años casados. — Axel suelta una sonrisa de alegría.

— Seguro que te voy a complacer. — Le dice con sinceridad, Belén comentó eso sin recordar que ya está casada. Así que se avergüenza un poco.

— Ya escuchaste a tú marido. El te va a cumplir tu deseó. — Su madre también se ríe.

Belén mira a Axel con ojos llenos de ternura, el por su parte le roba un pequeño beso.

...— — —...

Días después Belén está bailando en el gimnasio. Al final de su rutina Axel le aplaude.

— ¿En qué momento llegaste.?

— Hace unos minutos. — Se acerca a besarla.

— Estoy llena de sudor.

— ¿Y qué.? — La abraza contra su pecho. — Aún con sudor no dejas de ser hermosa.

— ¿Y si ensució tú traje.? — Axel comienza a desvestirse.

— ¿Qué haces.?

— Así no lo vas a ensuciar. — Axel queda con el torso desnudo. Besa nuevamente a Belén y le quita la blusa, baja su boca al cuello de ella y luego a sus pechos. Belén se dejá llevar y mientras siguen besándose de repente piensa en Gael. Eso hace que alejé a Axel con brusquedad.

— Lo siento. No puedo. — Belén recoge su ropa y se va a la habitación. Se baña y por su mente pasan recuerdos que ella había olvidado.

No sabe si son reales o sólo alucinaciones. Axel no se atreve a cuestionar su actitud, pero siente que algo malo está pasando con ella.

En la noche Belén de nuevo tiene pesadillas con Gael. Sueña que están durmiendo juntos y que el se está pasando con ella. Despierta alterada y con sus movimientos despierta a Axel también.

El le pregunta que pasa pero Belén es incapaz de responder.

Dos días después Belén sale a dar un paseó, necesita relajarse. Ella recibe una llamada de su madre y responde.

— Hola mamá....

— Hola amor. Te ves muy linda hoy. — Le dice la voz de Gael. Belén al tener tantas pesadillas piensa que está de nuevo alucinando.

— ¿Mamá.?

— Belén hermosa, ¿no reconoces mi voz.? No soy tú madre, soy Gael.

— ¿Qué quieres.? ¿Por qué tienes el teléfono de mi madre.?

— Ella me lo prestó un momento. Es muy amable.

— ¿Dónde está ella.?

— No llamé para que hablemos de tú madre. Te extraño y me gustaría verte.

— Yo no quiero verte nunca en mi vida.

— Si no aceptas verme nunca volverás a ver a tu madre.

— Déjala en paz. Ella no te ha hecho nada.

— Pero tú si. Me hiciste algo imperdonable.

— ¿Qué te hice.?

— Me robaste el corazón.

— ¿Y cómo te lo devuelvo.? No quiero tener nada tuyo.

— Dejá a tu esposo, ven conmigo. O de lo contrario tú madre la pasará muy mal.

...Belén....

No puedo permitir que le pase algo malo a ella. ¿Qué culpa tiene de haberme adoptado.?

— Iré. Dame la dirección. — Escuché su sonrisa y posteriormente el sonido de un mensaje. Era la ubicación. Me había citado en un hotel. No me gustaba nada ese lugar pero no me quedó de otra. Tomé un auto y fuí al lugar. Esperé en la recepción. Gael bajó unos minutos después.

— Hola hermosa. — Intentó besar mi mejilla pero lo esquivé.

— ¿Dónde está mi madre.?

— No lo sé. Supongo que en su casa.

— No juegues conmigo. Dime dónde está.

— Ya te lo dije. No sé. Sólo le robe el celular. — Me lo mostró y se lo arrebaté. — No me digas que pensaste que la había secuestrado.

— Eso fue lo que me hiciste creer.

— Qué mal piensas de mi. Yo soy incapaz de dañar a mi suegra.

— Mi madre no es tu suegra.

— Aunque seas adoptada ella no deja de ser tu madre. Así que es mi suegra.

— Yo no soy nada tuyo. A eso me refiero. Ya estoy casada con alguien. — Le mostré mi anillo de compromiso.

— Es bonito, pero un poco viejo. El mío es mejor. — Me mostró un anillo de rubíes. Luego tomó mi mano e intentó colocarlo en ella.

— Déjame en paz. O te voy a denunciar.

— ¿Le dirás a la policía que abusé de ti.?

— Le diría si lo hubieras hecho.

— ¿Cómo sabes que no lo hice.? Siempre dormías profundamente.

— ¿Me hiciste algo.? — Sentí que mi pecho se volvió pesado.

— Me ofende que no lo recuerdes. Yo me la pasé muy bien.

— No es verdad. Tú no me hiciste nada.

— Tal vez hasta estés embarazada de mi. — Sonrió con satisfacción. Yo no soporté su presencia y salí del hotel.

Regresé a casa y me esforcé en recordar las noches que pasé con el. Pero no había nada extraño en ellas. Dominamos y nada más. Pero al recordar las pesadillas que he tenido me brotó un miedo inexplicable..

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