Jaqueline

...Gael....

¿Cómo te ganas el corazón de alguien que lo ha tenido todo.? Lo único que no tiene es amigos. Pero no estoy buscando se un amigo para ella. No la traje para eso. Mis intenciones son otras.

— ¿Qué tanto me ves.? — Preguntó Belén molesta. Incluso mi mirada le fastidia.

— Te ves muy bonita. — Debo reconocer que mi víctima es hermosa. Me gusta más de lo que debería.

— Ya se que soy bonita. Sin embargo nunca me ha gustado que me miren cómo tú lo haces.

— ¿Y por qué eres bailarina.? — Sentí que estaba siendo hipócrita. Sí no le gusta que la vean no bailaría. Y menos de la forma que lo hace. Sus movimientos son muy sensuales.

— No tengo por qué explicarte. — Se molestó y salió de la habitación.

...Belén....

Ese tipo es un idiota. Piensa que sólo por qué bailó soy una fácil. Está muy equivocado. Cada hora que pasó aquí aumenta mi deseó de irme. Entré a una habitación, tenía la intención de buscar un teléfono. Pero no encontré ninguno. Seguro que el tipo se deshizo de todos.

— ¿Qué haces aquí.? — Gael apareció detrás de mí. Pegando me un susto. Yo lo hacía en la habitación aún. — Responde. ¿Qué haces aquí.? — Tenía que inventar algo y rápido.

— Me perdí. No conozco la casa. Y es grande.— Ojalá creá mi mentira. No he salido desde que me trajo, no le será muy difícil creer.

— El camino es por aquí. No te pierdas. — Salió y me hizo señas para seguirlo. Bajamos unas escaleras grandes y ví la decoración de su casa. No era muy distinta a las que he visto, lujosa, elegante, y un poco exagerada.

Salimos al patio, ahí estaba su auto, entramos y me fuí viendo todas las calles, los nombres de estás, no conozco para nada esta zona. Mis padres jamás me trajeron por acá.

Observé por el espejo retrovisor y ví dos autos negros siguiendo el de Gael. Escapar será más difícil de lo que pensé.

Unos minutos pasaron y llegamos a una boutique, adentro no había nadie. Genial, ¿a quien se supone que le voy a pedir ayuda.? Seguro esté imbécil cerró esté lugar sólo para nosotros.

— Gael. — La que me parece es la dueña fue a saludarlo, y me parece que son más que amigos.— Te extrañe. ¿Por qué no has venido.? — Le besó la mejilla de una forma extraña.

— Ya vine. — Dijo el con una sonrisa. Luego la chica desvío su mirada hacía mí.

— ¿Quién es.? — No dejaba de analizarme, o tal vez me estaba buscando algún defecto. Tengo muchos pero no están en el exterior.

— Es Belén. Ya te había contado sobre ella. — ¿Y por qué le cuenta sobre mi.? Ni siquiera nos conocíamos.

— Vaya. — Me miró con una sonrisa. — Si que es hermosa. ¿Ya son novios.? — Nunca seré novia de esté tipo enfermo.

— El me tiene secuestrada. — Dije con indignación. Gael se rió.

— Tiene mucho sentido del humor. — ¿Sentido del humor.?¿Creés que me parece divertido estar secuestrada.? Es un imbécil.

— No estoy tratando de ser divertida. El de verdad me secuestro. — Le aclaré a la mujer frente a nosotros.

— Gael. — Le habló con reproche.

— Ella tuvo la culpa. — ¿Yo.? ¿Qué hice para que me eché la culpa a mi.? — Debió salir conmigo cuándo se lo pedí amablemente. — ¿Amablemente.? El sabía que yo estaba con Axel. Y no dejaba de enviar flores y regalos.

— No puedo creer que hayas llegado a ésto. — Lo regañó. — Pero bueno. A lo que viniste. Aparté lo mejor en está sección. — Me observó. — Prueba lo que más te agrade. — ¿Enserio está así de tranquila.? ¿No piensa ayudarme o que.?

— Gracias. Me gustaría que me ayude a elegir. Se nota que usted tiene un gusto impecable. — Tal vez sólo está disimulando. Hablaré con ella en privado.

— Yo encantada. Así te convenzo de elegir la más cara. — Me acompañó a la ropa que había apartado. — Mirá, la tela de esté vestido es de Italia. Este otro es un diseño exclusivo de la marca...— A mi que menos me importaba era la tela o la marca, pero fingí tener interés hasta que Gael desvío su mirada de nosotras.

— Por favor ayúdame. Se que no me conoces, pero te lo pido de corazón. — Le suplique en voz baja.

— Lo siento. No puedo. — Ella siguió mostrándome los vestidos y la absurda tela.

— ¿No has escuchado sobre la sororidad.? Soy una mujer en peligro, te suplico que me ayudes. — Ella se rió.

— Yo creó que no eres adecuada para pedir eso.— ¿Qué.? ¿Por qué parece que me está reclamando.? — No será fácil deshacerte de Gael. Está obsesionado contigo desde hace años. Mejor dale lo que quiere. Tal vez así puedas conseguir algo. — Se iba alejar pero la tomé del brazo. Si no me ayuda a escapar, al menos me ayudará a dejar las cosas claras.

— No se con qué clase de mujeres acostumbras a tratar. Pero te diré algo. Yo no soy cómo todas ellas. No me dejó comprar por telas de Italia ni marcas.

— Eres más arrogante de lo que imaginé. Costaras un poco más de trabajo. Pero tarde o temprano todas caen. Y tú no serás una excepción. — Aseguró ella. Pero le voy a demostrar que está muy equivocada.

...Gael....

Seguro Belén le pidió ayuda a Jaqueline. No sabe que ella es mi mejor amiga. Jamás me traicionara.

— ¿Qué te dijo.? — Le pregunté cuándo vino hacia mi.

— Quiere escapar de tu lado. — Jaqueline se sentó junto a mí y me dió una taza de café.

— No va poder. — Le aseguré.

— Te pido que no le hagas daño. — ¿Ahora se preocupa por ella.?

— Tú sabes cuáles son mis intenciones. Quiero enamorarla no hacer que me odié.

— ¿De verdad es necesario.? Ya deberías...

— No me digas que hacer. Ni siquiera a mí padre le hago caso. Mejor ve y vigila que no intenté algo. — Jaqueline se levantó.

— Es hermosa y tiene carácter. Las mujeres cómo ella enamoran muy fácil a los hombres. Ten cuidado con eso.

— No debes preocupes. Yo se lo que hago.

— A veces pienso que no. — Se regresó por dónde vino.

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