Se hace el chistosito

...Días después. Belén....

Axel y yo todavía no sabíamos cómo anunciar el final de nuestra relación. Yo tenía una presentación al día siguiente, y el me dijo que sería un buen lugar, pero yo no estaba muy segura.

No le di una respuesta afirmativa.

Esa noche me fui a dormir con eso en mente. ¿Iba a poder lidiar con mi mundo sin el apellido de Axel.? El mío no lo respetan por qué saben que soy adoptada. Tener a Axel era la seguridad de que nadie me iba a faltar nunca. Ahora que no lo tengo no se que va pasar.

Al día siguiente al despertar me sobresalté. Esa no era mi habitación. Mire para todos lados y me dí cuenta de que estaba en un lugar totalmente diferente..

— Tal vez sigo dormida. — Pensé. Y traté de despertarme pero no lo logré.

— No estás dormida. — Dijo una voz que venía de un hombre, sentado en una silla no muy lejos de la cama.

— ¿Quién es usted.? — Me tapé bien con las sábanas. — ¿Cómo llegué aquí.?

— Soy Gael Styles. Y el cómo llegaste aquí no es importante. — Se sentó en mi cama y tocó mi rostro con sus manos. — Lo importante es que ya estás conmigo.

— No me toqué. — Lo alejé. — Usted es un enfermó.

— Hace poco fui al médico y dijo que estoy sanó.— Ja, y se hace el chistosito. Qué imbécil.

— Al que debió visitar fue al sicólogo. Su enfermedad es de la cabeza. — El se rió.

— Enserio eres más bonita en persona. — Un momento. Esas palabras ya las había escuchado. El tipo del elevador. Observé bien a esté tipo y sus ojos grises me dijeron que si era el mismo de ese día..

— ¿Usted me estaba siguiendo.? — Tal vez por eso me sentí de ese modo al volver a casa de mis padres.

— Si.

— ¿Por qué.? ¿Está enfermo o algo.? — Ya esa pregunta tenía una respuesta para mí.

— Llamaste mi atención. Eso es todo. — ¿Llamé su atención.? ¿Y sólo por eso me sacó de mi casa.? Quién sabe cómo.

— No me diga. ¿Por qué me trajo.? — Esperó que tenga intención de regresarme lo antes posible.

— Para que conozcas mi casa. — A okay.

— Bien. Creó que ya ví lo suficiente. Ahora por favor me lleva de regresó. — Sone un poco arrogante pero si quería lograr mi objetivo tenía que ser de esté modo.

— Creó que no me has entendido. — ¿No entendí.? Pensé que si. No soy estúpida después de todo.

— ¿Qué debí entender.? — Otra vez pregunté con arrogancia.

— Te traje aquí para que estemos juntos. — ¿Estemos juntos.? ¿Hablá enserio.?

— ¿Se refiere a que me secuestro.? — Esa es la explicación más lógica que encuentro.

— No lo veas de ese modo. ¿Sí.? Ve ésto cómo un modo de conocerme y que yo te conozca. Tal vez podamos ser más que dos extraños.

— Es usted un Imbécil. ¿En qué película piensa que está.?

— En una dónde el protagonista secuestra a la protagonista. — Reí con ironía.

— Usted está muy enfermo. Más le vale que me regresé a mi casa o se va meter en serios problemas con la ley. — Mis padres no se quedaran con lo brazos cruzados cuándo sepan que desaparecí.

— No lo creó. Envié mensajes a tu familia diciendo que estás bien. Y arreglé todo para que piensen que andas en Europa.

— ¿Qué.? — ¿Cómo supo la contraseña de mi teléfono.? Tal vez lo hackeo. ¿Pero cómo me sacó de mi casa.? Esa duda no deja de rondar en mi cabeza.

— Soy muy inteligente verdad. No te sorprendas. — También era arrogante al decirme.

— Yo no quiero estar con usted. — Yo lo que quiero es despertar y saber que todo ésto es una pesadilla.

— No me estás entendiendo. No te pregunté si quieres. — ¿Me va obligar a estar aquí.? ¿Eso es lo que me quiere decir.?

— ¿Qué planea hacer conmigo.? — Más le vale que no me ponga un sólo dedo encima.

— Mm, tal vez robarte unos cuántos besos. — Se acercó pero lo evadi. — Y quitarte lo arisca.

— Es usted un idiota. — No me cansó de llamarlo así.

— Es tú culpa el haber llamado mi atención. — ¿Mi culpa.? — Bailas muy bien. — Ya se que bailó bien. He ganado muchas medallas y trofeos por esa razón. Pero eso tampoco es importante ahora.

— ¿Siempre secuestra a las mujeres que llaman su atención.? — No sé cómo terminó la relación con las otras pero está vas era diferente. De eso me encargo yo.

— No siempre. En ocasiones sólo les doy regalos y obtengo lo que quiero. — De mi no va obtener nada imbécil. — Pero tú me rechazaste todo lo que te envié.

— ¿Fué usted.? — No lo puedo creer. Me encontré con el imbécil de cerca. He perdido la cuenta de las veces que rechacé sus regalos.

— Así es. Fuí yo. Te pedí citas incontables veces. Pero todas mis invitaciones regresaron rotas.

— Parece que no le quedó claro que tengo novio.— Axel siempre estuvo conmigo en esos momentos. Era el quién me ayudaba a romper las invitaciones. Lo veia disfrutar el momento.

— Terminaste con el. — Maldita sea. ¿El lo sabe.? Lo sabía. Nadie me iba a respetar sin el apellido de Axel a mi lado. Pero no imaginé que las cosas llegarían a tanto.

— Volveré con el. Yo lo amo.

— Ja ja. — El se rió. — Tú nunca lo has amado. Lo has rechazado desde la universidad. — ¿Y eso cómo lo sabía.?

— ¿Desde cuándo me ha tenido vigilada.? — Pregunté con mucha molestia.

— Desde antes de lo que imaginas. — Me dió un beso en la mejilla y salió. — ¿Qué haré ahora.? Obviamente no puedo quedarme. No sé que planea esté Imbécil conmigo. Axel sálvame por favor. ¿Por qué pienso en Axel.? En mis padres es en quién debería pensar. De alguna manera tengo que comunicarme con ellos.

...Por la noches. Axel....

¿Dónde estará Belén.? Su show iba empezar hace una hora y no aparece.

— Hola Axel. — Me saludó Miray. Una chica que conocí en la universidad y se que odia a mi novia falsa.

— ¿Qué quieres.? — Respondí sin amabilidad. Ella no la merece.

— Vine a ver el show. Y me encuentro con está decepción. No sé cómo lo hace pero Belén siempre logra decepcionarme.

— Ve a tirar tú veneno a otro lado. Yo soy inmune a el. — Me alejé de ella y fuí con los que iban a ser mis suegros. Ellos estaban hablando con el dueño del espectáculo. Le estaban diciendo que Belén no asistiría y que cancelaba el contrató con ellos. Según yo Belén quería mucho esté contrato. ¿Por qué lo cancelaría de un momento a otro.?

Los señores Miller terminaron de hablar y fuí a preguntar por Belén. La respuesta que me dieron me dejó perplejo.

— Belén se fue a Europa.

— ¿Qué.? ¿Por qué.? — Se supone que hoy íbamos a decir que terminamos.

— ¿Por qué.? ¿Tienes el descaro de preguntar.? — ¿Perdón.? ¿Qué se supone que le hice.? Ella fue la que rompió mi corazón.

— No entiendo porqué me hablá así. — Le pregunté a su madre.

— Terminaste con ella. Estaba muy triste. — ¿Qué.? ¿Belén les inventó eso.? Fue capaz con tal de que yo sea el regañado. Pero tenía que seguir con la mentira. No la quería meter en problemas.

— Yo ... Lo siento. Lo nuestro ya no funcionaba.— Nunca funcionó. Ella lo quiso así. Ellos hicieron un gesto de decepción y se fueron. Yo le marqué a Belén para reclamarle el haberme echado toda la culpa a mi. Pero la cobarde no me respondió. Ni creas que te vas a ir a Europa a disfrutar mientras yo lidio con todos los problemas.

Te voy a encontrar. No importa si tengo que buscarte debajo de las piedras.

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