Con la ayuda de Ningyō, Donnie lleva a Luvian al auto para llevarla a un hospital. Ahori reacciona y va tras ellos, pero cuando ella se disponía a subir al auto, Ahori la arroja al suelo.
—¡¡¿Qué crees que haces estúpida?!!
—¡Yo también quiero ir y estar con Luvian!
—¡Aléjate de mi madre o te mataré!
La deja advertida y sube al auto para conducir, pero ella no se rinde y se pone enfrente de ellos.
—¡¡Quítate de ahí!!
—¡¡Yo también quiero ir!!
—Ahori. Deja que ella vaya.
Donnie ha notado el interés de ella por la señora Luvian.
—¡¿Qué te pasó?! ¡¿Ahora eres un hombre benevolente?!
—No... Pero deberías...
—¡Qué se Joda!
Sin dudar más, Ahori embiste con el auto a Ningyō quien cae adolorida al suelo, pero no se rinde y arrastras va tras ellos.
Ahori conduce como loco, sin respetar las señales de tránsito porque cada segundo es crucial para salvar la vida de su madre.
—Ahori... ¿Por qué arrollaste a mi Ningyō?— La voz moribunda de su madre lo cuestiona.
—Mamá no hables, guarda tus energías.
—Aho-ri...
Se acaban las fuerzas en ella.
Llegan a un hospital en medio de la noche y rápidamente la atienden, llevándola a terapia intensiva.
—¡Doctor por favor ayude a mi madre! ¡Sálvela!
Ahori ve como se la llevan para que los doctores se encarguen del resto, pero Donnie lo enfrenta.
—¡No era necesario que pase esto Ahori! ¡¿No podías simplemente calmarte y dejar que esa chica hable?!
—¡¿Qué cosas dices?! ¡Escúchame bien Donnie! ¡Que seas mi hermano menor no significa que cuestiones mi forma de actuar ante espías!
—¡Es que estás equivocado! ¡No tenías porque arrollarla de esa manera tan cruel!
—¡¡Ya te dije que no me cuestiones!!— Ahori le da un empujón a Donnie, enfurecido lo aparta de su vista para ir a la salida del hospital. Intenta calmar todo su enojo y la frustración que siente caminando. Llega a la salida y ve algo insólito. Ningyō los había seguido aún con las lesiones que la embestida del auto dejó en ella.
—¿Qué le sucede a esta mujer?
Ahori observa cómo ella a duras penas camina hasta el fondo del hospital preguntando por Luvian, lo cual no es agradable para él.
—¡¡Oye tú!! ¡¡Deja de buscar a mi madre!!
No puede controlar su temperamento agresivo y la saca arrastras del hospital. Donnie los vio, entonces va tras ellos para que su primo no haga una estupidez.
—¡¡¿Cómo te atreves a venir después de lo que hiciste?!!
—¡¡Yo no hice nada!! ¡¡No hice nada para ayudar a Luvian!!
—¡¡Cállate estúpida!!
Le da un fuerte revés.
—¡Mi madre no te necesita seas quien seas! ¡Ella me necesita a mí, que soy su hijo! Ella... Me... Me necesita solo a mí...
Ahori se desploma, cayendo de rodillas al suelo y comienza a llorar.
—Esto no era lo que yo quería...—
La noche se volvió nostálgica. Un hijo que no volvió por más de diez años a casa con su madre, hoy llora inconsolablemente por como terminó el caos que se armo en su casa. Llora porque no pudo cumplir su promesa, pero más que todo llora porque aún sabiendo que su madre es una mujer valiosa, sus caprichos y déspota comportamiento lo llevó a presenciar lo que podría ser el final de la mujer que le enseñó que no todo en la vida es el poder y la riqueza, pues eso es material, pero el amor de una madre es eternamente valioso.
Después de esa escena de arrebato, Donnie llevó a quién conoce como Kattier, a ser atendida por un médico, mientras que Ahori espera el diagnóstico de su madre. Llega el día siguiente, Ningyō despierta adolorida, pero eso no le impide levantarse de la cama para ir en busca de Luvian.
—Quédate en cama Kattier o empeorará tu salud.
Donnie la sorprende, quien la cuido toda la noche.
—Debo saber como esta Luvian.
—Está estable, pronto darán un nuevo diagnóstico.
—¿Por qué negaste que me conoces?
Ella Obviamente iba a preguntar eso por la forma en que él la desconoció.
—Lo siento. No es nada personal Kattier, pero el jefe es alguien a quien no puedes contradecir.
—... O quizás solo, tienes miedo de él.
Ella decide volver a la cama y observar a Donnie, quien ve a través de la ventana al jefe, dando vueltas, preocupado por su madre.
—¿Señor Ahori?
Se le acerca un doctor.
—¿Tiene noticias sobre mi madre?
—Señor... Su madre está en un estado muy crítico. Lamentablemente, la fractura de los huesos en el tórax perforó el pulmón y tiene una leve fractura en el cráneo. Además, la pierna derecha está rota y también un brazo fracturado. Siento decirle que debe estar preparado para lo peor.
—Pero usted y los demás médicos deben salvarla.
Ahori empieza a desesperarse.
—¡Sálvela doctor! ¡¡Sálvela!!
No aguanta más e intenta agredir al médico.
—¡Señor cálmese!—
El médico se asusta, pero Ahori se detiene y lo obliga a llevarlo con su madre. Ya en la habitación de su madre, Ahori pide estar a solas con ella, quien está conectada a un respirador artificial y en su rostro se puede notar la gran batalla que ella está teniendo para aferrarse a la vida.
—Mamá perdóname... Perdóname por favor.
Rompe en llanto y se inclina para llorar en las manos de su madre. De repente una mano acaricia su cabeza.
—No llores hijo...
La voz agotada de su madre hace que él rompa más aún en llanto.
—¡Mamá…! ¡Todo esto es mi culpa! ¡... Mamá!
No se puede describir el inmenso dolor que él siente viendo a su madre moribunda, sin saber si podrá resistir.
—Aho-ri, qui-qui-ero ver a Ning-Ning...
Luvian ya no tiene fuerzas, por lo que Ahori va en busca de Ningyō.
—¡Ven conmigo!
Sorpresivamente él se hace presente en la habitación de Ningyo y sin mediar más palabras ella es retirada la cama torpemente.
—¿A dónde me llevas?
Él sigue callado, pero llegando a la puerta de la habitación en la que su madre se encuentra, Ahori le pide que vea a su madre y que si eso mejora la salud de su madre la dejaría libre.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste. ¡Ahora entra!
Empuja a la ingenua jovenzuela, creyendo que ella es la solución para que su madre siga aferrada a la vida.
...****************...
/Mansión Ukeda/
Wolfblack tiene a Ninel bajo vigilancia, después que esta despierta, él le entrega el desayuno.
—¿Ahori ha regresado?
Su pregunta no tiene respuesta ya que ella no es grata a los ojos de Wolfblack.
—Se que no soy de tu agrado, pero al menos podrías...
—No llego desde anoche.
Reponde de manera abrupta y se va.
Ninel cree que él no llego porque pasó la noche con alguien más. Entonces al terminar el desayuno, Ahori reaparece en la habitación. Un hombre que se arroja a los brazos de Ninel, para echarse a llorar como un niño, dejando a dicha mujer extrañada y preocupada.
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