Mirada

(Narra Isabella )

Me sentía extrañamente preocupada, era como si algo pasaba pero no sabía que era, observó el lugar de Yareik a su lado, estaba vacío y extrañamente se sintió sola, camino con cuidado y a paso lento, tomo la bata del buró.

Moví con cuidado al cerradura y la puerta se abrió, me sorprendió, no tenía cerradura, camine a paso lento, la herida había casi sanado por completo pero aún era difícil caminar, llevaba una sonrisa en el rostro, sintió que no todo estaba perdido, Yareik confiaba en ella, al menos en que no escaparía.

Bajo la gran escalera y avanzó por los pasillos hasta llegar a la cocina, se encontró con la mirada sería de 78 y junto a ella una mujer con un número 13 en su ropa, ambas la miraron.

78: que aquí niña tonta, sabes que no tienes permitido salir de la habitación, tu solo eres la prostituta del jefe.

Una cachetada resonó y la cara de 68 se envolvió en irá, se acercó a mi, pero de golpe se puso 13 enfrente de mi y le gritó.

13: Tu no aprendes, sabes que ella es la mujer del jefe, respetala o ya olvidaste todo lo que te paso, el Jefe nunca dijo que no podría salir de su habitación.

78: tu eres una sirvienta de rango inferior nunca debes responderme

13: el jefe me dejó a cargo para proteger a su mujer, así que no me retes, anda ve y termina tus labores, la señora no quiere verte cerca.

78 salió hechando rayos, yo sonreí esa vieja bruja había desaparecido dejándome con 13, al menos Yareik me había puesto alguien que si era conciente y que al menos era amable.

13: Perdone señora, veo que se encuentra mejor, el patrón salió pero me pidió que les prepare el desayuno, así que no se preocupe puede esperar en la barra mientras yo preparo el desayuno.

Isabella: Muchas gracias, pero yo, yo no soy la señora.

13: Si lo es, el patrón dijo, mejor dígame qué quiere de desayunar.

Suspiré y me acerque al refrigerador, en el encontré muchas cosas, sonreí ampliamente, tenía tantas ganas de comer algo de mi país, estaba extrañando tanto el sabor que decidí ponerme a cocinar, a 13 le sorprendió, trato de detenerme pero no pudo, puse una gran olla de leche a calentar y recordé el delicioso chocolate caliente de mi amada abuela.

Busque entre todo los anaqueles y por fin encontré varias cosas, mi abuelita era panadera, en su juventud, hacía un pan delicioso y siempre lo preparaba en tiempos así, en la mañana olía delicioso a pan y era mi abuela, cómo la extrañaba, al menos Luna estaba con ella, lo único que quería es que ella estuviera bien.

13 me observó sorprendida, mientras me veía preparar todo, no entendía como yo siendo tan joven pudiera saber de memoria cada cosa de la receta, con cuidado forme los pequeños panes y dejé que todo estuviera listo, prendí el horno y con ayuda de 13 lo puse en el calor exacto.

Puse la bandeja dentro y acomode el temporizador, termine de hacer el chocolate y acomode la mesa, nos sentamos a esperar, puse el chocolate y 13 fue por Yareik mientras yo preparaba la bandeja, el olor delicioso inundó no solo mis fosas nasales si no toda la cocina.

Estaba emocionada por la reacción de Yareik, el sonido de la puerta hizo que Isabella caminara hasta ella, la puerta se abrió y se encontró con una joven hermosa, el cabello pelirrojo caía enmarcando su cara y le pareció tan bonita, nunca había visto a nadie así, la jóven la miro de arriba y abajo, mientras su rostro se llenaba de ira, no dijo nada y se dió la vuelta pero era evidente su molestia.

Isabella suspiro confundida y cerró la puerta, Yareik camino hasta ella y la rodeo, mientras caminaba a su lado, sonrió ampliamente.

Yareik: quien tocaba?

Isabella: No lo sé, tal vez alguien se equivocó, era una chica que se fue sin decir nada

Yareik se encogió de hombros dudoso pero sigui caminando, pude ver su rostro cuando el olor a pan llegó a sus rosas nasales y este me miró.

Yareik: Vaya que cocino 13, eso huele delicioso

Sonreí, pero me encogí de hombros, lo seguí hasta la cocina y está estaba vacía, en excepción de la bandeja de pan y las dos tasas. Nos sentamos frente a frente y Yareik habló con una enorme sonrisa.

Yareik: Esto nunca lo había preparado 13

Isabella: Tienes razón, porque yo prepare esto.

Yareik me miró, comió con entusiasmo el pan y tomo la bebida, su mirada estaba llena de alegría, era como ver a un niño pequeño, sus ojos parecían mas hermosos y el chocolate formó un bigote del chocolate, mi risa inundó la habitación y sonreí ampliamente, Yareik me miró con alegría y se acercó a mi, beso mi frente y me lleno de chocolate.

Yareik: es tan delicioso, nunca antes comí algo tan rico, quien te enseño a prepararlo.

Isabella: mi abuela me enseñó, ella era panadera y nos enseñó a mi hermana y a mi- dije con tristeza

Yareik: es muy delicioso

Comimos en silencio, mientras Yareik me veía pensativo, suspiré, sentí la mirada alegre de, el me dijo que te iba una cita de negocios con un socio y que 13 me ayudaría a ver el resto de la casa.

Yareik: eres una excelente cocinera tu abuela estaría orgullosa- dijo besando mi frente.

(Narradora)

Luz iba hecha una furia, el quería sorprender a su hermano pero la sorprendida fue ella, quien diablos era esa mujer, que hacía en bata y recién levantada en casa de su querido Yareik.

No pudo decir nada el odio crecía con fuerza dentro de lo más profundo de su corazón, porque había una mujer, ella planeaba quedarse en casa de Yareik pero ahora con esa mujer sus planes se habían arruinado, ella la haría desaparecer, esa mujer no ocuparía su lugar, ese sería su lugar y no importaba lo que tuviera que hacer para que Yareik entrará en razón.

Camino frustrada hasta la mansión de sus padres, sonrió ampliamente y miro el número en el teléfono, el sería el señuelo indicado para atraer a su hermano, marco el nombre y el hombre del otro lado contesto.

Luz: Sabes que he regresado, te extrañe mucho, sabes que eres la primera persona que quiero ver

...

Luz: Claro que sí, dónde te veo, no te preocupes, Yareik no lo sabe, yo le avisaré, pero prométeme qué dejaras que yo le daré la sorpresa.

....

Luz: si nos vemos, claro que sí.

...

Luz sonrió su plan estaba en marcha y con su ayuda el lograría conquistar a su eterno amor, Yareik no era su hermano y su corazón le dictaba que ella sería su mujer, sabía que ese era su lugar, nunca antes había deseado algo con tanta fuerza.

Abrió la puerta de la enorme mansión, se sintió sola, camino con cuidado hasta la antigua habitación de Yareik, era la que su madre había pintado y llenado con tanto cariño.

Se acomodo en la cama y cubrió su cuerpo con la cobija y el olor de Yareik inundó sus cosas nasales, no sabía si era el sueño o que sucedía, se quedó completamente dormida soñando con la vida a lado de Yareik

"Las cosas han empezado a volverse turbias"

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***