Presentimiento

(Narra Isabella)

Después de la discusión la bruja no regreso más, eso causó un poco de tranquilidad en la mente de Isabella, al menos estaría tranquila hasta que ella volviera.

Observó su la venda cubriendo su piel, recordó los ojos de preocupación de Yareik, era un enigma, tan extraño para ella, aunque lo negara ese hombre bera demasiado atractivo, en otras circunstancias le hubiera llamado la atención.

Suspiro frustrada y se regaño mentalmente ahora tendría que pensar en algún plan para escapar, estaba más que ansiosa por volver a ver a su adorada hermana y a su abuela.

La noche empezaba a caer, ella cerró los ojos y se acomodo, el sonido de la puerta hizo que volviera su mirada a ella, se encontró con la silueta de Yareik, por un momento sintió tranquilidad pero suspiro, el no dejaba de ir a dormir con ella, por más que ella se molestará el dormía abrazando su cuerpo, no la había tomado de nuevo pero parecía que en cualquier momento lo haría.

Se empezaba a acostumbrar al olor del joven y a sentir sus fuertes brazos cubriendo su piel, acariciando su piel y por algún momento sintió seguridad a su lado, lo observo hasta que este se acostó a su lado, fingió estar dormida y sintió como su cuerpo era rodeado, entre el miedo y todo lo demás se quedó dormida en sus brazos, extrañamente su olor logro calmarla.

El sueño se apoderó de ella cada vez más, se sentía tan segura en los brazos de ese extraño, se acomodo y pudo ver sus sueños, recordó los hermosos momentos a su lado, pero extrañamente el sueño empezó a volverse pesadilla, miró a su hermana, caminando por una oscura calle, tratar de escapar y por último ser tomada a la fuerza y subida a una camioneta extraña, el nerviosismo invadió su cuerpo y vio su rostro lleno de miedo, las lágrimas bajaron por sus mejillas y abrazo fuertemente a Yareik, este acaricio su cabeza con ternura.

Lo que ella no sabía era que ese sueño tenía que ver más con la realidad de lo que pensaba, su hermana Luna era la chica más dulce del planeta y ahora dos secuestro o las podían alejar más o las podían unir más.

Cada vez que imaginaba que algo le pasaba a Luna abrazaba a Yareik y este acariciaba su cabeza y su mejilla, era como si inconscientemente la consolara, ese pequeño gesto hizo que Isabella volviera a sentir que valía la pena darle el beneficio de la duda , era un hombre al menos de palabra.

......

(Narra Caleb)

La chica de Yareik si que era impresionante, algo en ella era tan divertido, tenía unos ojos preciosos y una sonrisa hermosa, era demasiado delicada pero a la vez fuerte la mujer más hermosa que había visto.

Se veía tan indefensa, hacía que naciera el deseo de protección en el, porque tenía que ser de Yareik, era como si la vida le jugará una mala pasada, una mujer tan hermosa y a tan interesante, el no traicionaria nunca a su amigo, pero porque no podía dejar de pensar en ella, era como un ángel, su padre le dijo que eso sintió por su madre y ahora estaba confundido.

Miró frustrado la llave y salió, subió a su auto y manejo al bar del centro, no quería que la tentación de volver a casa de Yareik le ganará.

Entro y fue recibido por algunos conocidos y muchas mujeres, camino hasta la sala privada y se sentó en la parte más oculta pido su whisky favorito y observó al grupo de mujeres que se acercaban, tres para ser precisó, las observo de arriba a abajo y con una sonrisa ladina les pidió que se sentarán, todas ella hermosa y todas ellas sensuales.

El disfrutaba mucho de la compañía de ellas, era bueno para pasar el rato pero en algún punto de la noche, cuando estás cumplían su objetivo, este sentía un vacío inmenso, eran como muñecas , que no tenían sentimientos, movidas por el poder y el deseo, estaba tan arto de eso que les entrego unas cuantas pacas que dinero y les pidió que se largarse, no podía soportar su olor a perfume caro y su mirada de interés un rato más .

Le dió un trago a su vaso y suspiro frustrado, porque no podía quitarse de la mente el bello cuerpo de la chica de Yareik, por qué de todas ella, el sonido de unos paso hizo que levantara la vista, un joven de aspecto rudo lo miro con determinación y Caleb puso su cara de molestia, de nuevo este hombre aquí.

Emilio: Buenas noches amigo, bueno verte de nuevo por aquí, se ve que estás disfrutando de la noche

Caleb: Sabe que no me interesa convivir contigo, asi que dime qué demonios quieres, no ves que estoy muy ocupado

Emilio: Porque no quieres hablar conmigo, todos los días te veo aquí no creo que sea por algo malo

Caleb: No confío en ti.

Emilio: Porque, no te he hecho nada, te dije que quiero hacer negocios contigo

Caleb: Yo nunca haría negocios con escorias como tú

Emilio: eres un miserable, porque me odias tanto, chico acomplejado, yo te ofrezco más poder

Caleb: Eres italiano y se que en escorias como tú no se debe confiar y lárgate antes que mis hombres te saquen a patada, este no es tu país y no eres bienvenido, tengo suficiente poder para destruirte mil veces así que lárgate

El rostro de Emilio estaba cubierto en odio, ese idiota era difícil de engañar, desde antes le había quedado claro que Caleb odiaba a los italianos y al parecer sus aliados también, nadie quiso hablar con el, varias amenazas de muerte y esto logro que el se alejara, pero no sé quedaría así y muy pronto el plan de la madre de Emilio se pondría en marcha.

Al verlo desaparecer la sonrisa volvió así rostro, llamo a su mano derecha que era Nio y le dijo con tranquilidad.

Caleb: Has que lo vigilen el plane algo y quiero que investigues de dónde proviene, quien lo respalda y porque tanto interés en nosotros, algo oculta y no me trago su falda careta de que no hace nada.

Nio: Cómo diga jefe, una cosa más , su hermana le manda saludos, volvió a Japón, su tío espera pronto contar con su presencia en la junta, que les digo.

Caleb: Bien, quiero el reporte para mañana y asegúrate de no dejar pasar nada, en cuanto a la junta, me presentaré, confirma mi asistencia y prepara todo.

Nio: Cómo ordene jefe, su padre estará también, creo que en representación de el difunto ser Ryu

Caleb: Lo se, con el consultaré cada punto, gracias Nio puedes retirarte.

El guardaespaldas desapareció tras la cortina y Caleb mando traer a una mujer, está se acomodo a su lado y lo beso con fuerza, no era la mujer que el deseaba pero apagaría el deseo ferviente que crecía en su ser y que golpeaba con fuerza sus entrañas, porque no podía dejar de pensar en la mujer de Yareik, acaso Isabella había robado algo más que su mente, no podía ser o si.

"Caleb eres mas seguro y un tanto enojón pero muy muy guapo"

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