Isabella

La hermosa joven parpadeo varias veces para poder ver con claridad, su cabeza se sentía estallar, el olor a aceite quemado, la suciedad y los grafitis frente a ella le causaron desagrado, poco a poco pudo ver mejor, era un lugar horrible, los sollozos la hicieron mirar a frente de ella había varias chicas, todas ellas jóvenes, hermosas y lo más sorprendente de todo había dos chavos, que al igual que ella estaban atrapados, más al fondo de la habitación había un hombre vestido de negro y que le causaba una desconfianza enorme.

Era una especie de bodega, demasiado grande, como una vieja fabrica abandonada, los pasos hicieron que ella dirigiera su vista a la puerta, un hombre de aspecto peligroso se acercó hasta ella.

Paso su mano por su mejilla y la observó con cuidado, sus porosos dedos raspaban la delicada piel, era demasiado hermosa para no acercarse, la miró con seriedad.

Hombre: El tenía razón, eres tan hermosa, pagarán mucho por ti.

El rostro de la jóven se cubrió de lágrimas, quien había provocado que ella terminará en ese horrible lugar, se sentía más perturbada y el olor a cigarro, mezclado con licor amargo la mareo más.

Joven: Eres un maldito animal, un ser asqueroso

El sonido de la cachetada hizo que las chicas a su alrededor empezarán a sollozar, el había golpeado a la hermosa joven quien lo veía con seriedad, otro hombre entro con rapidez y lo miro.

Hombre: Que diablos te pasa Victor, porque demonios dañas la mercancía

Victor: Es demasiado habladora, deja de cuestionarme Erik , mejor dime dónde está la inútil de Laura

Una joven de aspecto cansado y con la mirada triste se acercó, su piel estaba dañada por la falta de luz solar y sus ojos proyectaban un dolor enorme se paró frente a la chica y con cuidado limpio la herida y puso un pequeño parche que apenas y se notaba gracias al cabello que caía por la cien, después tomo una prueba de sangre del brazo de la chica.

Y así lo hizo con el grupo de mujeres que estaban en la bodega, entrego las muestras a un hombre y regreso rápidamente con la primera joven, la paso a una especie de camilla y trato de revisarla, la jóven se movió de un lado a otro molesta, no quería que esa mujer la tocará, nunca nadie la había tocado y esa mujer no sería la primera.

Pero el hombre frente a ella la retuvo y dejo que la revisaran, sus manos frías hacían que cada toque la hiciera sentir miserable, era doloroso sentir sus manos tocandola, las lágrimas bajaron por su mejilla y miró de manera molesta a la jóven que parecía lamentarse con la mirada.

Laura: Esta chica sigue siendo virgen, su salud buena y parece estar bien de físicamente, solo esperamos los resultados del laboratorio.

Victor: Bien, revisa a la siguiente y tú Isabella deja de llorar, eres una mojigata con complejo de princesa- dijo señalando a la chica.

Erik: Tu solita te ganaste tu lugar con nosostros, si no lo hubieras despreciado no estarías aquí.

Victor: no le des explicaciones y tú te doy un consejo que te va a servir en el futuro, cierra la boca y permanece con ella cerrada si no quieres problemas muñequita - dijo besando la mejilla lastimada.

( Narra Isabella )

Cada vez que esa mujer me tocaba sentía dolor, asco y me sentía tan sucia, suspiré aliviada cuando dijo que era virgen y vi la mirada de molestia de ambos hombres, al menos mantendría mi honor seguro por ahora, pero me quedé helada cuando escuché las palabras que salieron de la boca de Erik.

Entonces todo tenia sentido ese maldito miserable había cumplido con su amenaza cuando le dijo que se iba a arrepentir por ser una mojigata, por nunca querer actuar más allá con el, pero ella tuvo razón el era un miserable que no valía la pena y fue su error fijarse en el.

Cuando terminaron de revisar a todos, nos llevaron a una especie de regaderas en la parte trasera de la bodega, les entregaron un cambio de ropa y nos metieron en ellas, lave con cuidado cada parte de mi cuerpo y me cubrí lo mejor que pude y cuando me vestí me sentí peor la ropa era igual de horrible que todo, apenas y la cubría pero tenía que hacerlo para que ese horrible hombre no la golpeara, debía de ser más prudente.

Cuando salió se encontró con los hombres revisando los resultados de las pruebas, fueron separados uno a uno, ellos vio como se llevaron a varias chicas en una camioneta negra y desaparecieron sin dejar rastro.

Después fue subida a otra camioneta y mientras avanzaba se sentía más que miserable, ahora que pasaría con ella, a casó terminaría muerta, no volvería a ver a sus padres o amigos y todo por ese miserable que nunca la amo.

La cuerda en sus brazos calaba y aún sentía el calor del golpe en su mejilla, la cinta que cubría su boca lastimaba y se juro que si tenía que luchar, lucharia, no sabía que le esperaba en manos de esos hombres miserables.

"Pobre Isabella dónde terminaste"

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