Capítulo 8

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Una semana antes de la tragedia...

Escucho la voz de mi madre llamarme desde las escaleras para que bajara a comer, hoy tenía el día libre por lo tanto disfrutaría de mi día con mi familia como otras veces.

-¡YA VOY MAMA! - la grito desde mi cuarto cuando la escucho de nuevo llamarme.

Salgo de mi cuarto escuchando a mí padre hablar por teléfono con alguien cuando me quedo en mitad del pasillo ya que su cuarto no estaba muy lejos del mío.

Frunzo mi ceño cuando escucho la voz seria de mi padre, como si estuviera cabreado con la persona que estaba hablando por llamada.

Me acerco despacio escuchando mejor su voz viendo que tenía su puerta un poco abierta y podía ver como caminaba de un lado al otro como si estuviera inquieto por algo que le estuviera preocupando.

Pocas veces había visto a mí padre así...

Poso mi mano en la puerta empujándola despacio abriéndola un poco más sin entrar al cuarto.

-No me metas presión tengo casi todo terminado necesito más tiempo... - habla mi padre con ese tono serio.

-Papa... - rápido se da la vuelta apartando su móvil de su oreja pegándolo contra su pecho mirándome fijamente sorprendido, pero luego su rostro cambia a una de póker intentando disimular.

-Antonella... - me observa viendo que su mirada estaba algo diferente. - ¿Qué te he dicho siempre? Llama antes de entrar... - me regaña.

-Perdón yo solo venía para avisarte... - me corta antes de que pudiera terminar la frase.

-Ahora bajo cariño estoy en una llamada importante – solo con su mirada me dice que me valla.

Le miro por unos segundos sin entender porque estaba así de serio, otras veces le he dicho algo por llamada y su voz era tranquila y dulce.

-Está bien... - le digo cerrando la puerta caminando por él pasillo hasta llegar a las escaleras.

Bajo las escaleras escuchando las voces de mis tíos y mi madre viendo como la puerta principal se abre entrando mi primo con su cartera.

-Hola prima – deja un beso en mi mejilla entrando al salón dejando su cartera en él pequeño sofá.

-¿Y tu padre Antonella? - me pregunta mi madre.

-Esta con una llamada importante... - la miro viendo como ella frunce su ceño, pero no le toma importancia comenzando a servir la comida en nuestros platos cuando nos sentamos.

Mis tíos comienzan a preguntarle a mi primo que tal estuvo su día en él trabajo ya que él entrenaba a niños pequeños, era más mayor que yo.

Empieza a contar su mañana cuando mi padre baja uniéndose con nosotros cuando se disculpa con mi madre sentándose a su lado.

Observo a mis padres mientras se escuchaba la conversación a fondo de mis tíos con mis primos, mi madre comienza a decirle algo a mi padre en bajo que no logro escuchar, pero veo y siento como la contestación de mi padre era bastante seria.

Comemos tranquilos como siempre hablando de los trabajos, lo que queremos hacer más adelante con nuestras vidas y demás.

-Podemos ir al parque donde hacen pícnic y pasar la tarde en familia allí - los digo a todos cuando estaban hablando de que hacer esta tarde.

-Me parece buena idea cariño - me contesta mi madre mientras disfrutábamos del postre que había hecho en su tiempo libre esta mañana.

Él móvil de mi padre comienza a sonar, todos le miramos ya que siempre le apagaba cuando estaba con nosotros para que no le molestaran.

Le seguimos mirando cuando no lo coge.

-Mi amor, te están llamando – le dice mi madre.

-Seguro que no es nada importante, estoy con mi familia – nos sonríe colgando la llamada.

Yo le sigo mirando mientras que los demás siguen con la conversación, pero no pasan ni diez minutos cuando llaman al timbre.

Me levanto echando hacía atrás mi silla.

-Ya voy yo – los digo dándolos la espalda para ir a abrir la puerta.

-No – me giro observando a mi padre viendo como se había levantado. - Voy yo siéntate – pasa por mi lado dirigiéndose él a la puerta.

Abre la puerta, me asomo, pero no veo de quien se trataba tenía que estar más cerca.

-Mama, ¿Necesitas que valla al almacén a por más servilletas? - la pregunto cómo modo de excusa para poder pasar por la puerta.

Decíamos almacén a la pequeña despensa donde guardábamos las botellas de vino, de alcohol, las bebidas con gas cosas así.

-Si, gracias, cariño - sonrió caminando despacio escuchando la conversación que estaba teniendo mi padre.

Cuando paso por la puerta es como si él tiempo pasara más lentamente, veo a un hombre no muy mayor su pelo era algo oscuro vestía con ropa normal cómoda llevando unos pantalones vaqueros que se ajustaban perfectamente a su cadera, parecía que estaba en forma porque a pesar de que llevara una camiseta casual sus músculos se marcaban bajo la tela de la ropa dejando en claro que se cuidaba.

Sus ojos se posaron en los míos observándome formándose una sonrisa perfecta en sus labios mostrando su dentadura perfecta.

Se recarga en el marco de la puerta sin despegar su mirada de la mía como si me estuviera atravesando el alma.

Mi padre se da cuenta cuando mira por encima de su hombro cuando yo me alejo de la puerta.

No podía dejar de mirar, pero lo que hace que salga de mi pequeño trance es cuando escucho la voz de mi padre.

Te dije que ya nos veríamos, no tenías por qué presentarte en mi casa ya te dije las cosas como eran – la voz de mi padre de nuevo era seria solo que esta vez era más fría.

-Las circunstancias hicieron que me presentara en su preciosa casa señor, están esperando una buena excusa de su parte - la voz del hombre era ronca y podría decir que sexual. - ¿Tiene una preciosa hija verdad Lukas? - me quedo rígida.

Solo le llamaba Lukas mi abuela...

Veo como mi padre sale de la casa casi cerrando la puerta escuchando que esta vez su voz salía con gran cabreo.

Tal vez era curiosidad por saber porque mi padre estaba así, pero me acerco pegándome en la puerta escuchando a mi padre.

-Los negocios no se mezclan con la familia así que más te vale que mantengas lejos a mi familia de todo esto, ¿estamos? Por ellos soy capaz de hacer cualquier cosa y más te vale no seguir pisando la raya roja porque si no saldrás muy mala de esta y me da igual si eres un mandado – le advierte mi padre.

Corro rápido hacía la despensa abriendo la puerta metiéndome dentro cuando mi padre abre la puerta entrando de nuevo a la casa.

Cojo él paquete sin abrir de las servilletas saliendo de nuevo como si nada, como si no hubiera estado escuchando la conversación que tenían.

Cuando vuelvo mi padre se estaba sentando me mira fijamente.

-Antonella, ¿Qué hacías? - me pregunta sin despegar su mirada un solo segundo de la mía.

-Había ido a por servilletas no quedaban – le digo enseñándosela cuando se las doy a mi madre.

Mi padre me mira por unos segundos más, más tarde cuando terminamos y pensaba que íbamos a pasar una tarde en familia mi padre nos avisa de que tenía que salir al trabajo por una urgencia que hubo tenido que ocupar el puesto de uno de sus compañeros.

Desde ese día mi padre salía estar más tiempo ocupado, siempre pensé que era por él trabajo, siempre teníamos alguna racha en él que teníamos más tiempo o no así que lo entendía.

Mi madre estaba algo diferente en el sentido de que se preocupaba más de las cosas y no entendía él motivo como cuando me besaba más que de costumbre y me decía que tuviera cuidado al ir a mi trabajo y cuando volviera de noche.

Pensé... la típica preocupación de los padres y sus miedos.

En la actualidad...

Me quedo mirando a Bianca teniendo sus manos con las mías.

-Ahora que lo pienso... - la digo dándole vueltas en mi cabeza después de haberla contado ese día extraño en él que mi padre no paraba de recibir llamadas y tuvo esa visita inesperada. - Es todo bastante extraño - niego con mi cabeza intentando tener mi cabeza centrada, pero parecía que en cualquier momento me reventaría. - ¿Tú crees que él que se presentó en mi casa tiene que ver algo con lo que le paso a mi familia? - Bianca me mira quedándose pensativa como yo por unos largos segundos.

-¿Y si tú padre estaba metido en negocios turbios? - me pregunta.

Niego de nuevo con mi cabeza.

-No – me negaba a pensar en eso. - Mi padre toda la vida no has inculcado lo que es bueno y lo que es malo Bianca, mi padre no haría cosas malas como robar dinero o yo que se... - me desesperaba no poder saber porque había pasado todo esto. - Tiene que ser otra cosa, pero hasta hoy que te lo conté al recordarlo no termine de caer que esa persona podría tener que ver algo o saber algo, ya no sé qué pensar sinceramente me duele la cabeza demasiado nunca me había encontrado en una situación así – la miro apenada. - No sé qué voy a hacer con mi vida ahora, tengo miedo...

Para él próximo capítulo tenemos que llegar a 2,40K👍

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Antonella

Ashton

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