Capítulo 4

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Suelto un quejido llevando mi mano a mi cabeza sintiendo un gran dolor como si me hubiera dado un golpe en la cabeza.

Entonces a medida que pasaba los segundos empecé a recordar lo que había pasado, al instante me removí asustada mirando alrededor mío por la habitación viendo que estaba sola pero la ventana estaba abierta por eso él aire entraba más haciendo que la cortina se agitara.

Uno de los que había tenido que ver con él gran asesinato de mí familia había estado aquí dentro amenazándome para que no investigara por mí misma.

¿Es que acaso iban a cerrar el caso? ¿Tan pronto? Es imposible estoy segura que llegaran hasta el final.

Entre quejidos me levanto asustándome de nuevo cuando dos toques fuertes se hacen en la puerta.

-¿Antonella? - era la psicóloga.

Suelto él aire aliviada porque pensaba que era otra vez ese chico que vino a amenazarme.

Asqueroso no solo viene a amenazarme si no que también me toca sin pudor alguno.

-¿Estás bien? - vuelve a hablar la psicóloga, veo cómo va a abrir la puerta, pero él seguro estaba echado, yo recuerdo que no le había puesto. - No es por nada cariño, entiendo que te sientes vacía que ya nada tiene sentido, pero yo sé que lo superaras no estás sola, ábreme la puerta hablemos – me habla rápido.

¿Se piensa que me voy a quitar la vida? Bueno tenía la cabeza tan liada ahora que ni si quiera había pensado en eso.

Rápido quito él seguro abriendo la puerta viéndola como estaba preocupada por su expresión, suelta un suspiro abrazándome.

-No vuelvas a hacer eso por favor Antonella – me dice cuando se separa.

-Lo siento solo quería que nadie me molestara, nada más - miento mirándola fijamente.

Va a decirme algo más cuando unos ruidos extraños se hacen presentes en la puerta de la entrada donde los dos policías se habían quedado vigilando por si acaso.

Me mira extrañada para después girar su rostro comenzando a caminar hacía la puerta.

-¿Agente Fernando? - le llama quedándose a unos pasos de la puerta.

Suelto un grito asustándome llevando mis manos a mi boca cuando la ventana de la cocina se rompe en mil pedazos.

-¡AHHHHHHH! - grito cuando veo a uno de los policías que vigilaban en la puerta sin vida con sus ojos abiertos teniendo cristales clavados por la caída.

-¡Dios mío! - exclama asombrada la psicóloga.

Rápido lleva su mano a su bolsillo sacando su móvil marcando rápido.

Llevo mis manos al albornoz haciéndome un nudo comenzando a temblar de nuevo cerrando mis ojos fuertes intentando coger aire, pero la presión de nuevo en mi pecho comenzaba a aparecer al tener a un policía muerto a pocos pasos de mí.

-¿¡QUE ESTA PASANDO!? - le grito asustada cuando se hace presente un ruido en la puerta principal.

-Mierda – se queja ella mirando al móvil. - Antonella vamos sube las escaleras rápido – justo cuando dice eso la puerta principal cae al suelo haciendo un gran ruido.

Vuelvo a gritar asustada comenzando a subir rápido las escaleras sin creerme que esto estuviera pasando.

-¡Si por favor necesito que manden a más policías nos están atacando uno de los policías está muerto! ¡DENSE PRISA VIENEN A POR LA CHICA! - grita la psicóloga desesperada detrás de mí guiándome.

Nos asustamos de nuevo cuando escuchamos unos pasos firmes y fuertes comenzando a subir las escaleras.

-Antonella escúchame – la psicóloga lleva sus manos a mi rostro obligándome a que la mirara mientras yo estaba temblando teniendo mis ojos llorosos sin control alguno. - Tienes que esconderte cariño, ¿sí? - asiento rápido escuchándola. - Metete en esa habitación debajo de la cama, ten – abro mis ojos de sobremanera cuando saca un arma y ella tiene otra. - Es del policía la cogí rápido – me explica rápido al ver mi expresión.

-Pero yo... no se usarla – le digo aún más asustada que antes temblándome las manos cuando me hace cogerla.

-Solo aprieta el gatillo cariño, corre – niego rápido con mi cabeza.

-Esperemos a que vengan más policías – ella rápido niega.

-¡No! Antonella – intenta no gritar escuchándose golpes y pasos como si estuvieran revisando y tirando todo abajo buscándonos. - Ellos tardaran, esto va así solo se salva él que huye él más inteligente si tienes que correr, corre no mires atrás - la miro con terror.

-Tú... - me corta rápido.

-No te preocupes por mí no solo soy psicóloga si no también policía se cuidarme, vamos – no me deja contestarla cuando hace fuerza alzándome animándome a ir a la habitación que me dijo.

No entendía nada ni como ella se iba a salvar y más cuando las habitaciones estaban siendo revisadas por ellos.

¿No solo le basto con amenazarme que ahora hace todo esto?

Cierro despacio la puerta cuando entro a la habitación corriendo agachándome metiéndome debajo de la cama como me lo había dicho ella sin soltar él arma aferrándome a él como si fuera lo más preciado que tuviera ahora.

Cierro mis ojos tapando mi boca intentando que no se escuchara mi sollozo cuando se escuchan unos cuantos disparos que me taladran la cabeza sobre todo cuando se escucha él sonido de un cuerpo caer.

Dejo la pistola a mi lado abriendo mi boca intentando coger una bocanada de aire cuando la puerta se abre de un gran golpe volviendo a taparme mi boca con ambas manos callando mi sollozo.

-Tenemos que encontrarla si no queremos problemas con él jefe – se escucha una voz masculina.

-Encárgate de la puta de la psicóloga ella nos vale por ahora – cierro mis ojos apretándolos cuando veo unas botas negras.

¡DIOS MIO!

Nunca en mi vida había tenido tanto miedo, no podía explicar con palabras, pero mi corazón latía demasiado rápido, él sudor por mi cuerpo de los nervios además de que no podía parar de temblar rezando porque no me vieran.

-Joder... - escucho una voz algo conocida. - Esto no pudo quedarse en una amenaza si hubiéramos recibido la llamada antes ya la hubiéramos encontrado, la dio tiempo a poderse esconderse - ¿era él que me amenazo? No estaba segura aun...

Me escondo entre mis brazos cuando empiezo a ver y a escucharse cosas impactar contra él suelo cuando empiezan a tirar la habitación abajo.

-¡NO SULIONARAS NADA ESCONDIENTE ZORRA TE ACABARE ENCONTRANDO TARDE O TEMPRANO! - por favor que se vallan...

Escucho un gruñido destapándome viendo ropa caer al suelo imaginándome que esta era la habitación de la psicóloga.

-¿Con que quieres jugar? Bien juguemos zorra... - tapo de nuevo mi boca cuando le veo como se mueve.

Es como si sintiera que estaba cerca.

Sus pies se quedan quietos y no las quito la mirada ni un solo segundo cuando se queda todo en completo silencio.

Mi respiración se detiene también en esa milena de segundo entonces...

-¡AAAHHHH! - grito cuando siento un agarre.

-¡YA TE TENGO ZORRA! - me arrastro saliendo rápido de la cama con la pistola en mano y antes de salir por la puerta comienzo a disparar como loca sin mirar para comenzar a correr.

-¡AHHHH! ¡HIJA DE PUTA! - escucho que uno de ellos grita dejándome en claro que acabe dando a uno de ellos.

Bajo rápido las escaleras terminando casi por bajarlas todas cuando me tropiezo con mis propios pies y acabo cayendo los últimos escalones con mi cuerpo.

Suelto un jadeo de dolor viendo como la pistola se me había caído por el impacto del suelo deslizándose por él suelo alejándose un poco.

Me remuevo rápido cuando veo a uno bajar rápido las escaleras, me levanto intentando coger el arma, pero no me da tiempo tenía que correr.

-¡VEN AQUI ZORRA! - suelto otro grito cuando consigue agarrarme un poco del albornoz.

Le pego con mis manos consiguiendo pegarla una patada en sus partes, solo veo como suelta un gruñido cuando salgo corriendo descalza de la casa.

-¡CORRE ANTONELLA NO TE DETENGAS CORRE! - escucho la voz de la psicóloga.

Por un segundo mientras no paro de correr miro por encima de mi hombro viéndola que estaba siendo agarrada por otros.

-¡AAAAHHHHH! - vuelvo a gritar cuando siento como unas balas impactan cerca de mí.

-¿¡PORQUE MALDITA SEA NO HABÍA LLEGADO LA POLICIA AUN!?

Sigo corriendo sobresaltándome cuando un coche pita en la calle y termino apoyando mis manos en él capo.

Miro al conductor que comienza a gritarme por cruzar la calle sin mirar, me tropiezo con mis pies de nuevo, pero mantengo él equilibrio de nuevo corriendo bajando por una pequeña cuesta en él que había césped.

Sentía que me estaban siguiendo por eso pocas veces miraba hacia atrás haciéndome daño en mis pies por andar descalza clavándome palos.

Levanto mi cabeza cuando veo unas luces azules en la otra carretera un poco lejos de donde estaba yo, tal vez eran esos los refuerzos.

Me detengo apoyando mi mano en un árbol intentando recuperar el aire sintiendo como si en cualquier momento me iba a desmayar.

¿Qué iba a hacer ahora?

Para él próximo capítulo tenemos que llegar a 1,8K👍

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Antonella

Ashton

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