capitulo 8: “la luna, las estrellas y el gato"

El emperador no soltaba la mano de aquella mujer. Caminando a las afueras del palacio en uno de los patios principales.

El lugar estaba completamente solo con la luna y estrella siendo los únicos testigos de lo que sucederá.

— su majestad. ¿Por qué quería verme?

— las preguntas las hago yo, Midori. ¿Por qué no querías traerme la comida?

— no estaba en condiciones de presentarme. El uniforme se encontraba muy sucio, cuando fui a pedir uno de repuesto, me lo negaron...

— aún así...— Isao le daba la espalda, pero cuando se voltea hacia Midori, le dice suavizando su voz—... No me hubiera importado verte así...— la mira observando su vestimenta—... Pero valió la pena la espera.

La joven veía con los ojos en blanco al emperador, jamás pensó que sería gentil, también de que no le hubiera importado verla sin arreglaste, pero aunque no lo dijo directamente, le quiso dar a entender que estaba hermosa. El corazón le comienza a palpitar con velocidad al verlo directamente a los ojos, no creía que llegaría a sentir atracción por él de esta forma.

Isao al verla de la misma forma, ve ese brillo que el no tiene en sus ojos. Él piensa.

“con ésto ya me confirma todo, pero quiero oírlo de su boca. Que ella misma me declare... Para así yo..."

— mi seño-...

— Midori, ¿Quien eres en realidad?— la chica se asombra más de lo debido, él continúa con las preguntas—... No eres de este mundo ¿Verdad? O... Mejor dicho, tu alma no lo es.

Ay Dios... No creí que me descubriría. Pero supongo que era inevitable, el carga una maldición y como tal, le deja ver muchas cosas que los ojos de los otros humanos no son capaces de ver. Si hemos llegado hasta aquí, le contaré la verdad...

— mi señor. Tiene razón... No pertenezco a este mundo, soy de otra realidad, pero morí en ella, al despertar estaba en este cuerpo... No quiero que piense que lo estaba engañando yo sólo-...

El emperador no se impresiona, pues él ya lo sabía, sin embargo, quiere conocerla, quiere saber aún más de ella y del porqué le sigue pareciendo algo única y capaz de... Tal vez... Salvarlo.

— Midori. Solo te pediré dos cosas, a partir de ahora...— mientras él más se acercaba, quedando tan cerca de ella, él la toma del mentón y la sube...— quiero que me sigas cocinando y ...— se sigue acercando y más a sus labios...— quiero que me acompañes todo el tiempo...

No sé cómo hacer para que mi corazón no salga del pecho, verlo tan cerca me daba ese cosquilleo en el estómago y sus labios que se acercaba a los míos. Él de verdad está sintiendo algo y por mí. O tal vez sea curiosidad al saber que no soy de este mundo... Sea lo que sea, no me resistiré del beso.

A solo poco de besarse. Midori siente algo peludo caminar entre sus tobillos dentro del vestido, al no saber lo que era, se asusta de inmediato dando un grito...

— ¡AAAAH!...— separándose del emperador, ella se toma del vestido y lo alza un poco.

Al ver al gato que Isao acogió ronronear. Se tranquiliza un poco...

— dios... Casi me muero otra vez...— ella se agacha y lo acaricia...— por suerte no le di un mal golpe. ¿Como se llamará?

— Nero...— respondió el emperador— es mío, aunque no me deja de seguir siempre se esconde para que no lo vea...

— ya veo... Mi señor, le seré sincera... Le diré todo sobre mí mañana... Me retiro. Buenas noches.

Cuando Midori le da la espalda para irse, Isao extiende su brazo para alcanzarla, con un suspiro entre sus labios a punto de decirle que se quedará, pero no pudo... Al no verla más, exhala con pesadez...

“no puedo creer lo que estaba haciendo... Yo... Cuando estoy al frente de ella, soy otra persona, no soy el mismo hombre que no soporta la presencia de nadie, no la aparto de mi, no soy frío con ella, aún tengo la maldición, de eso estoy seguro, pero... Midori... ¿Que me diste en la comida para no dejar de pensar en tí?

El gato al ver a su dueño indiferente, maulla para llamar su atención.

— Miau...— da vueltas y sigue con el ronroneo.

— ahora tu también estaba celos de ella ¿No?— Isao se agacha y toma a su mascota.

Midori por otra parte, se recostaba en una pared dentro del palacio. Se miraba la mano temblorosa y su corazón aún no dejaba de latir fuerte. Casi era besada por el emperador si no fuera por el gato, sin embargo, tienes que pensar muy bien las cosas y por eso se retiró, ademas que el cansancio ya se hacía presente. Luego de unos segundos meditando para tranquilizarse, se encamina para irse a descansar...

En la madrugada un individuo no podía dormir, siendo el emperador. Sentado en su silla, veía los papeles de trabajo que aún no había terminado, teniendo la esperanza de poderse distraer un poco leyendo sobre el trabajo y no seguir pensando en Midori. Entre sus piernas dormía Nero, la ventana de su habitación abierta para que entra la suave brisa de la noche, y en entre ese viento, una pequeña flor entra, posándose sobre la pierna de Isao. Al tomarla, observaba la delicada flor, su aroma era el mismo y aunque fuera simple, no dejaba de ser única. Era inevitable pensar en ella cuando el mismo destino te lo recuerda...

🙋🏾‍♀️hola, aquí de nuevo yo. más tarde habrá capítulos nuevos, y con ellos más imagen sobre esa pareja. espero que le este gustando, nos veremos más tarde...🙆🏾‍♀️

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