CAPITULO 20

De pronto  Luis se levantó y se dirige al  gran ventanal, se estiró se chaqueta, con una mirada relajada, vuelve a mirar a Aníbal con aire aparentemente tranquilo.

Luis: "me despiden, ¿No vas a decir nada? te vas a quedar tan tranquilo mientras mi futuro se va al piso, pensé que aparte de ser mi jefe eras mi amigo, recuerdas que tenemos negocios en común".

Aníbal: le clava una dura y fría mirada, gruñe - “Luis, sabes que últimamente te he advertido varias veces que estabas poniendo tu trabajo en juego, con tus salidas nocturnas con personal femenino de la empresa, te había dicho que fueras más discreto, responsable porque esto podía pasar, sabes que nos habían pedido los informes y te hice responsable de ellos, pero últimamente estás fallando y aquí solo queremos los mejores y...”

Luis: no lo dejó terminar, estaba furioso por todas las estupidez que decía y explote - “¿y qué, viejo zorro?, quiero que sepas que si yo caigo, caerás tú también, yo no soy el único que ha cometido faltas en esta empresa”, - luego desvía la mirada hacia mí y dice con voz fría continúa - “mira preciosa, yo ya no tengo nada que perder, pero ten cuidado con este viejo zorro que siempre acecha a sus presas en silencio y nunca te fíes de un superior que te trate como a un igual, ese ha sido mi error,”. - luego me dirijo hacia la puerta y cuando llegó hasta ella me volvió y aclaró, - "recogeré mis cosas hoy mismo, no estoy dispuesto a ser la burla de esta empresa, póngase en contacto con el departamento de personal, para que vayan preparando mi liquidación y sepan que no estoy dispuesto a aceptar cualquier miseria, espero que lleguemos a un buen acuerdo económico, si no quieren que meta una demanda contra ustedes" - me di la vuelta y me marcho.

Me quedo horrorizada por lo sucedido, no entendía nada, Sr. Grau y los consejeros miraron al Sr. Escobar, esperando a que este aclarara ciertas cosas que había dicho Luis.

Escobar: levantándose del asiento, con una voz fuerte - “a esta rata la voy a hundir!, no va a volver a encontrar trabajo” - luego mirando a Sr Grau, dijo - “no le hagamos caso a lo que dijo Luis, no tenemos que preocuparnos de las posibles calumnias que pueda decir de nosotros, tengo información de él, que lo mantendrá con la boca cerrada, quédense tranquilos que no va crear problemas”, - para luego caminar y retirarse de la sala de reuniones.

El Sr. Grau me da instrucciones del viaje, me informa que tendré una oficina en piso presidencial, me preguntó si quería cambiar de secretaria o prefería quedarse con la que tenía, le comente que me quedaba con Rebeca porque era la mejor secretaria que podía tener, aclarada la situación, mi jefe llamó por el teléfono a su secretaria Anna, quien segundos después entró en la sala de reuniones y tomó notas de lo que su jefe le decía sobre los nuevos cambios en cuanto a la Asesoría Jurídica, luego Anna se dirigió a la salida y cuando pasó por mi lado me guiñó un ojo, con cara de alegría.

Sr. Grau: “Mariana, ¿puedo tutearla?” - preguntó mi jefe mientras se levantaba, yo asistí, y continuo - “crees que en una semana tu secretaria y tú se puedan mudar a su nuevo despacho”.

Mariana: aún sin creer lo que había pasado, sorprendida, le dice con voz dulce, - “¡sí! Muchas gracias, señor Sr. Grau”.

Sr. Grau: abre la puerta de la sala de reuniones y me indicó - "acompáñame".

Nos dirigimos por el pasillo hacia uno de los despachos que estaban vacíos, observó el lugar, es más amplia que mi antigua oficina, con un escritorio más cómodo, extensas gavetas, mi vista se posa en un gran ventanal que ocupa toda una pared, que se encuentra detrás del espalda del escritorio, camino hipnotizada hacia él, puedo visualizar el hermoso paisaje de montañas verdes, árboles frondosos, a lo lejos casas coloniales, nada comparado con el hueco de cuatro paredes donde estaba trabajado, sin ninguna distracción, estoy emocionada, tenía ganas de llorar pero de alegría, cuando mi jefe me habla.

Sr. Grau: “tenemos que encontrar más personal para la Asesoría, habrá que buscar dos abogados más y por supuesto dos secretarias, este es tu futuro despacho, ¿qué te parece?, creo que en el momento en que pongas tu toque femenino quedará perfecto, ¿no crees?".

Mariana: todavía estoy asimilando la noticia, le dice con voz insegura - “¿este será mi despacho?”.

Sr. Grau: la observa nerviosa, para que se sienta segura de sí misma, le dice con voz natural, - “¡claro que sí!, tienes que dar una buena imagen cuando hagas las entrevistas y la selección de tus futuros ayudantes en la empresa".

Mariana: esto es algo que siempre desee, tener una oficina más amplia y delegar labores pero con incertidumbre comento, - “pero el señor Aníbal,  es el encargado de las entrevistas para acceder a este departamento, ¿qué va a decir?, yo no sé si estaré al nivel de poder decidir quién es mejor que otros”.

Sr. Grau: con una mirada relajada, - “Mariana, he visto tu desempeño desde que estás con nosotros y has evolucionado a la par con la empresa, quiero que seas tú quien cree ese equipo, quiero gente nueva, gente emprendedora y que sepan aprovechar las oportunidades que le vamos a ofrecer, estamos pasando un momento de crisis mundial, y no quiero que eso afecte a mi empresa”.

Mariana: estaba feliz porque la empresa estaba tomando en cuenta mis esfuerzos y conocimientos, con voz alegre, - “yo me siento muy honrada y feliz por esta oportunidad que me ofrece Señor Grau”.

Sr. Grau: “Mira, Mariana, te confesaré algo, en este último año, aunque tú no lo supieras, he estado observando a cada personal de esta empresa, se la cantidad exacta de veces que Luis te ha pedido ayuda y tú le has ayudado desinteresadamente, tengo buenos informantes”,- me mira sonriendo prosigue, - “tampoco creas que no he notado el poco interés que Aníbal ha mostrado hacia tu trabajo, en la reunión le dije que Aníbal  que él consideraba a Luis el número uno, pero ese calificativo te corresponde a ti, solo quiero, y necesito, que continúes como las mismas ganas que hasta ahora, la única diferencia que habrá entre antes y ahora es un ascenso en tu carrera, la oferta que te estoy haciendo es interesante para ti y tu futuro, no creo que seas tonta y vayas a desaprovechar esta oportunidad”, - Ambos nos sonreímos – “en cuanto a Aníbal, no te preocupes, se va a encargar de una nueva sede en otra ciudad; todo depende de ti, si eres la persona que creo que eres, aceptarás este reto, si necesitas hablar conmigo algo más referente al tema, solo tienes que ponerte en contacto con Anna y ella sabrá dónde estoy, espero tu respuesta después del viaje” - dijo tendiéndome la mano para luego retirarse.

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